El primer ministro islandés presenta su dimisión por el escándalo de los ‘Panama Papers’

La firma 'offshore' de su mujer es acreedora de los bancos nacionalizados durante la crisis


Agencias
Madrid / Reikiavik
El primer ministro de Islandia, el liberal Sigmundur David Gunnlaugsson, ha anunciado ante la formación que lidera, el Partido Progresista (PP), su dimisión tras aparecer vinculado a una empresa radicada en un paraíso fiscal en los Panama Papers, un trabajo de investigación que destapa actividades ocultas al fisco a través de sociedades (offshore). La renuncia como jefe del Ejecutivo de Sigmundur David, de 41 años, necesitará aún la aprobación del Partido de la Independencia (PI), con el que gobierna en coalición -ocupan 38 de los 63 escaños del Parlamento-, y del presidente del país, Ólafur Ragnar Grímsson. Tras la renuncia del primer ministro, el jefe de Estado tendrá que firmar la disolución del Parlamento y proceder a la convocatoria de elecciones en un plazo mínimo de 45 días.


Según la filtración de los Panama Papers, el primer ministro fue copropietario junto a su mujer, Anna Sigurlaug Palsdottir, de una offshore radicada en Tortola, en las Islas Vírgenes británicas. La firma, Wintris Inc., de la que Anna Sigurlaug es hoy única propietaria, es acreedora de deuda emitida por los bancos que quebraron en 2008 (3,6 millones de euros, según los documentos), un hecho que ha enardecido a los islandeses, sobre todo a tenor de que la promesa estrella de Sigmundur David fue precisamente el alivio de la deuda de los hogares, por las nubes tras años de préstamos sin restricciones indexados a moneda extranjera (yen, marco suizo) y con una moneda nacional, la corona, muy debilitada. Ese alivio pasaba por la renegociación con los acreedores, entre ellos, según trasciende ahora de los papeles, su actual mujer.

Pocas horas antes de informar de su dimisión, Sigmundur David se personó en la residencia del presidente para que accediera a disolver el Parlamento. "He hablado con el jefe del Partido de la Independencia [Bjarni Benediktsson]", señaló esta mañana el primer ministro en un comunicado publicado en Facebook, "de que si los diputados no tienen confianza para apoyar las acciones de gobierno conjuntas, disolveríamos el Parlamento y convocaríamos elecciones lo antes posible". Ólafur Ragnar, tras una reunión de unos 40 minutos, no accedió a la petición del primer ministro y condicionó cualquier decisión al diálogo previo con las principales formaciones políticas. Según informa la prensa islandesa, el presidente está recibiendo este martes a los líderes de los principales partidos.

La oposición, encabezada por la Alianza Socialdemócrata y el Partido Pirata presentaron el lunes en el Parlamento una moción de confianza contra el Ejecutivo. Fuera de la Cámara, en el pequeño parque de Austurvöllur, miles de manifestantes se concentraron como en los días del batacazo financiero para protestar contra el primer ministro. También marcharon en la segunda urbe del país, Akureyri, donde los líderes de PP y PI, las dos formaciones que coaligan en el Ejecutivo, expresaron su pérdida de confianza en la alianza de Gobierno. Para este martes hay convocadas nuevas concentraciones.

Sigmundur David tomó las riendas del Gobierno islandés tras obtener un fenomenal resultado en las elecciones de abril de 2013. En el Ministerio de Finanzas, clave para las reformas postcrisis, situó a Benediktsson, también presente en la filtración de los Panama Papers. Los islandeses, después de cuatro años de gobierno de socialistas y verdes, aupados tras la quiebra de la banca y artífices de las primeras reformas, dieron el relevo a Sigmundur David y Benediktsson, representantes de un electorado más conservador, pero también de la gran esperanza: el alivio de la deuda de las familias y el levantamiento del control de capitales, asignaturas pendientes aún hoy, seis años después de que Islandia se sumiera en la crisis.

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