De Bruyne: Denostado por Mou y un peligro para el Madrid

Manchester, As
Kevin de Bruyne no solo pasa por ser uno de los mejores jugadores del planeta en la actualidad, uno de los futbolistas más caros del planeta o, con permiso (o sin él) de Hazard, el llamado a liderar a una excelente generación de futbolistas belgas en la siguiente Eurocopa. Además, quedará para siempre como uno de los grandes errores de Jose Mourinho.


De hecho, si no fuera por el portugués, muy probablemente estaría hoy defendiendo la camiseta del Chelsea, club del que salió ante la falta de confianza del extécnico del Real Madrid, club que tendrá que ‘sufrirle’ en la eliminatoria de semifinales de Champions que echa a andar mañana en Manchester.

De Bruyne llegó al Chelsea en el mercado de invierno de 2012, cuando el conjunto londinense estaba dirigido por André Villas-Boas. Aunque lo de que llegó es un decir, ya que estuvo varios años cedido: primero en su equipo de procedencia, el Genk, que cobró 8 millones de euros por el traspaso. Luego, en la 2012/13, con Di Mateo en el banquillo, su destino fue Bremen. En ambos destinos, especialmente en la Bundesliga, su crecimiento fue mayúsculo y dejó muchas muestras de su tremenda calidad y su impresionante golpeo de balón, su mejor arma.

Y entonces llegó julio de 2013 y el momento de regresar al Chelsea, donde le esperaba Mourinho, que iniciaba su segunda etapa en el banquillo de los ‘blues’. Ese año llegaron a Stamford Bridge, entre otros, el brasileño Willian (por 35,5 millones de euros), Schürrle (22), Salah (16,5) o Etoo (libre con 32 años). Mourinho decidió que De Bruyne no tenía sitio en aquel equipo pese a que el chico creía merecer esa oportunidad por lo demostrado en el ‘exilio’. Hubo clonflicto, según ha relatado el agente del jugador recientemente: “Mourinho me decía que Kevin no quería entrenar con él si no iba a jugar”. De Bruyne terminó traspasado.

El Wolfsburgo pagó por él 22 millones de euros. Una cifra que en aquel momento parecía más que justa por un centrocampista que, para aquellos que no le habían visto demasiado, solo había hecho dos buenas temporadas en la Jupiter League y en la Bundesliga. Podía parecer hasta excesivo. Con su nuevo equipo conquistó una Copa de Alemania y una Supercopa. Nada mal, teniendo en cuenta que enfrente tenía al todopoderoso Bayern. La temporada culminó con la clasificación para la Champions, con De Bruyne como claro estandarte del equipo que un año después, pese a su buena labor en Europa, ha bajado su nivel notablemente en la competición doméstica.

El pasado verano estalló la bomba. El Manchester City pagaba nada menos que 74 millones de euros por su traspaso. Una cantidad que de nuevo hizo que muchos se llevaran las manos a la cabeza, pero que teniendo en cuenta las cifras que se manejan hoy en día y la evolución imparable del jugador, podría no haber sido el despilfarro que muchos aventuraron. Por el momento ya se ha echado el equipo a la espalda para eliminar al PSG. Y eso pese a la falta de fe de Mourinho.

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