Baltasar Garzón dice que Rousseff y Lula son víctimas de "un aquelarre"
Madrid, AFP
El exjuez español Baltasar Garzón, que en 1999 procesó a Augusto Pinochet, aseguró hoy que la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y su antecesor Luiz Inácio Lula da Silva, son víctimas de "una maniobra de golpe fraguado institucionalmente" y de "un aquelarre expiatorio" por parte de quienes pretenden "alcanzar el poder a cualquier precio".
Garzón, en un artículo difundido hoy por el diario El País, manifiesta que ambos dirigentes "representan el mejor proyecto en términos de política social e inclusiva" y advierte: "El pueblo brasileño nunca perdonará este ataque frontal a la democracia y al Estado Democrático de Derecho", concluyó.
En el artículo, titulado "Ética política y Justicia en Brasil", el exjuez se refiere en esos términos a la situación de Rousseff, que se enfrenta a la posible apertura de un juicio destituyente, y del expresidente Lula, cuyo nombramiento como ministro ha quedado en suspenso por la investigación judicial que le afecta.
A juicio de Garzón, se trata de una "maniobra de golpe fraguado institucionalmente por parte de quienes sólo están interesados en alcanzar el poder a cualquier precio", y destacó que se parece mucho a los ya vividos en Paraguay y Honduras.
El exjuez señala que le "duele en las entrañas" observar que personas, "referentes de la buena política defensora de los derechos de los pueblos, se vean en el punto de mira de las corporaciones" "El objetivo -continúa el artículo- no es ni siquiera, como dicen, acabar con el proyecto político del Partido de los Trabajadores y sus máximos exponentes, sino someter a la población de forma irreversible a un sistema vicarial, controlado por los más poderosos económicamente".
Garzón hace un llamamiento al Poder Judicial brasileño para que defienda a la ciudadanía y no se deje influenciar por los intereses de los políticos.
Además, añade que, "en caso de que hubieran incluido en irregularidades", ambos merecen "un juicio justo y el derecho básico a la amplia defensa y no un aquelarre expiatorio en la plaza pública por quienes no tienen el derecho ni la categoría ética para hacerlo".
El exjuez español Baltasar Garzón, que en 1999 procesó a Augusto Pinochet, aseguró hoy que la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y su antecesor Luiz Inácio Lula da Silva, son víctimas de "una maniobra de golpe fraguado institucionalmente" y de "un aquelarre expiatorio" por parte de quienes pretenden "alcanzar el poder a cualquier precio".
Garzón, en un artículo difundido hoy por el diario El País, manifiesta que ambos dirigentes "representan el mejor proyecto en términos de política social e inclusiva" y advierte: "El pueblo brasileño nunca perdonará este ataque frontal a la democracia y al Estado Democrático de Derecho", concluyó.
En el artículo, titulado "Ética política y Justicia en Brasil", el exjuez se refiere en esos términos a la situación de Rousseff, que se enfrenta a la posible apertura de un juicio destituyente, y del expresidente Lula, cuyo nombramiento como ministro ha quedado en suspenso por la investigación judicial que le afecta.
A juicio de Garzón, se trata de una "maniobra de golpe fraguado institucionalmente por parte de quienes sólo están interesados en alcanzar el poder a cualquier precio", y destacó que se parece mucho a los ya vividos en Paraguay y Honduras.
El exjuez señala que le "duele en las entrañas" observar que personas, "referentes de la buena política defensora de los derechos de los pueblos, se vean en el punto de mira de las corporaciones" "El objetivo -continúa el artículo- no es ni siquiera, como dicen, acabar con el proyecto político del Partido de los Trabajadores y sus máximos exponentes, sino someter a la población de forma irreversible a un sistema vicarial, controlado por los más poderosos económicamente".
Garzón hace un llamamiento al Poder Judicial brasileño para que defienda a la ciudadanía y no se deje influenciar por los intereses de los políticos.
Además, añade que, "en caso de que hubieran incluido en irregularidades", ambos merecen "un juicio justo y el derecho básico a la amplia defensa y no un aquelarre expiatorio en la plaza pública por quienes no tienen el derecho ni la categoría ética para hacerlo".