Austria restringe el derecho de asilo y se blinda ante una ola migratoria

Una polémica ley que permitirá decretar el estado de "emergencia" y rechazar refugiados en la frontera

S. V.
Agencias
Madrid / Viena, El País
Austria ha decidido este miércoles medidas drásticas para detener nuevos flujos de migrantes y reducir las peticiones de asilo. Tras fijar un límite anual a las solicitudes de acogida y reforzar con una valla su frontera con Eslovenia —el primer paso para el cierre de la llamada ruta de los Balcanes—, el Parlamento ha votado hoy una dura reforma de la ley de asilo que prevé, entre otras cuestiones, la posibilidad de que el Gobierno decrete un estado de "emergencia" que le permita rechazar a posibles refugiados en la frontera. La norma también pone nuevos límites al reagrupamiento familiar y convierte a los perseguidos en refugiados provisionales durante tres años, tras lo cual se revisará la situación en sus países de origen y se prolongará o no su estancia en Austria.


Tras abrir su frontera para permitir el paso hacia Alemania de decenas de miles de refugiados durante el verano pasado y de criticar la decisión de Hungría de construir una alambrada contra los migrantes, el Gobierno austriaco ha dado un giro a su discurso en los últimos meses, en parte en un intento de responder al avance en las encuestas de la ultraderecha, que clama por un cierre total del país. Austria registró el año pasado 90.000 peticiones de asilo.

La reforma votada hoy contó con el apoyo de los dos partidos del Gobierno, los socialdemócratas (SPÖ) y conservadores (ÖVP), la fracción conservadora del Team Stronach, mientras que votaron en contra Los Verdes, los liberales de Neos y el ultraderechista FPÖ, en su caso porque considera que la reforma no es suficiente y quiere medidas aún más restrictivas. Un total de 98 diputados frente a 67 dieron el visto bueno a los cambios legales en medio de una protesta desde la tribuna de invitados, de donde volaron pasquines de protesta contra la reforma.

Las enmiendas a la ley han provocado el rechazo de parte de la oposición y de numerosas ONG, que consideran que son incompatibles con el derecho de asilo. El debate ha causado también una crisis interna en el partido socialdemócrata (cuatro de sus diputados votaron hoy en contra de la reforma), dividido en torno a la posibilidad de suspender de facto la posibilidad de pedir asilo en Austria ante un hipotético estado de emergencia y de peligro de la estabilidad interna; todo ello en un país orgulloso de su tradición de asilo con la acogida de decenas de miles de refugiados durante la guerra de los Balcanes o tras la primavera de Praga.

El Gobierno encabezado por el socialista Werner Faymann podrá declarar el estado de emergencia por un periodo de seis meses, prorrogable en tres ocasiones, y bloquear la entrada de refugiados en la frontera y las solicitudes de asilo cuando los migrantes lleguen por países vecinos, como Italia o Eslovenia, en los que no hay situaciones de violencia o persecución.

Además, la nueva normativa limita la concesión de asilo a tres años, tras los que se revisará la situación del demandante de protección, por si la situación que le llevó a huir ha variado. Si el conflicto que le ha llevado a huir ha concluido, se le retira el asilo. También se restringe la reagrupación familiar y los beneficios sociales que conlleva, se agilizan las deportaciones y se da más poder a la Policía.

Austria, un país de 8,5 millones de habitantes, acogió el año pasado a 90.000 refugiados y este año el Gobierno de coalición de socialdemócratas y conservadores se ha comprometido a aceptar a un máximo de 37.500. Una cifra que se ha marcado solo como objetivo porque varios dictámenes jurídicos cuestionan su constitucionalidad.

Según datos del Gobierno, Austria ha sido el segundo país de Europa que más refugiados per capita ha acogido, sólo superado por Suecia. "No podemos acoger a todos los necesitados del mundo", dijo el nuevo ministro del Interior, Wolfgang Sobotka, quien achacó el endurecimiento de la ley a la falta de medidas a nivel europeo para frenar los flujos migratorios.
Austria restringe el derecho de asilo y se blinda ante una ola migratoria

La líder de Los Verdes, Eva Glawischnig, criticó que esta normativa supone "la supresión del derecho de asilo", una opinión que también comparte la Iglesia Católica, que la califica de "inaceptable".

El endurecimiento de las políticas de inmigración, como reacción al ascenso del partido ultraderechista FPÖ, no ha impedido que el candidato de esta formación a la presidencia del Estado, Norbert Hofer, se impusiera con claridad el pasado domingo en la primera vuelta de las elecciones, logrando el 35% de los votos. En la segunda vuelta se medirá al independiente apoyado por Los Verder Alexander Van der Bellen.
Nueva valla en el paso de Brennero

El Gobierno austríaco también ha insistido este miércoles que a finales de mayo introducirá controles fronterizos, e incluso planea elevar una valla de 400 metros, en el transito paso alpino de Brennero, lo que ha causa desde hace semanas roces diplomáticos con Italia y críticas de la Comisión Europea (CE).

Las autoridades policiales austriacas han explicado este miércoles que el dispositivo previsto para bloquear la entrada de refugiados desde Italia por el valle del Brennero incluye una alambrada de casi 400 metros de largo y controles en los trenes y los vehículos particulares.

El director de la Policía en la región del Tirol ha explicado al diario local Tiroler Tageszeitung que estos controles podrían aplicarse 24 horas al día si fuera necesario, si bien ha remarcado que aún no se ha llegado a esa situación. La edificación de la valla se está acelerando, según este alto mando policial, pero la decisión de instalar o no la malla de alambrada dependerá del grado de colaboración de Italia para detener el flujo de refugiados.

La Policía podrá revisar turismos y camiones de carga tanto en la autovía como en la carretera nacional que conecta Austria con Italia, acabando así con el paso abierto en esta frontera entre dos países del espacio Schengen de libre circulación. Las autoridades del país centroeuropeo calculan que uno 50 inmigrantes indocumentados cruzan a diario por el Brennero, aunque advierten de que elevarse a 500 si las actuales rutas migratorias se desvían hacia esta zona.

Está previsto que los ministros de Interior de Austria e Italia se reúnan esta semana para buscar formas de cooperación. Italia ha criticado duramente las restricciones al cruce fronterizo que Austria planea introducir a finales de mayo. Tras aplicar el pasado otoño una política de puertas abiertas al paso de refugiados y aceptar unas 100.000 peticiones de asilo en 2015, Austria ha pasado a aplicar duras políticas antiinmigración, que le han llevado incluso a forzar el cierre de la ruta de los Balcanes.

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