Alemania y Francia piden más poder para revocar la exención de visados

París y Berlín proponen un freno de emergencia para afluencias masivas de extranjeros

Lucía Abellán
Bruselas, El País
Europa teme las consecuencias de su política de puertas abiertas. La UE planea eximir de visado a cuatro países —Turquía, Ucrania, Georgia y Kosovo— cuya población conjunta se acerca a los 130 millones de personas. Pensando en el caso turco, el de mayor impacto y previsiblemente el más inmediato, Francia y Alemania han propuesto este jueves una especie de freno de emergencia que permita reintroducir los visados con rapidez si se producen afluencias masivas de ciudadanos de terceros países.


A pocos días de que la Comisión Europea adopte su trascendente evaluación sobre si Turquía está preparada para quedar exenta de visado en la UE desde julio, algunos Estados miembros comienzan a sentir vértigo. Los representantes de los Veintiocho se han reunido en Bruselas para debatir las consecuencias de esa suspensión de trámites para viajar a la UE, prevista a cambio de que Turquía controle los flujos de refugiados hacia Grecia. Con la mente puesta en el rechazo que el acercamiento a Ankara puede generar en la opinión pública, Alemania y Francia defendieron un mecanismo de salvaguarda, según un documento conjunto al que ha tenido acceso EL PAÍS.

“La actual situación migratoria y las tendencias de los refugiados hacen necesario tener un mecanismo eficaz para suspender la libertad de visados”, admite desde el principio la propuesta. Las normas actuales ya contemplan la eliminación de ese beneficio “en situaciones de emergencia, como último recurso”. Berlín y París quieren ahora extender el margen de los Estados para invocar estas excepciones, que nunca se han aplicado. Y sobre todo agilizar el trámite: con la regulación vigente, hace falta un mínimo de nueve meses para reaccionar a un repunte de llegadas desde un país no sometido al régimen de visados.

"Incremento sustancial" de llegadas

La iniciativa recoge tres circunstancias que deben desencadenar la suspensión temporal (en principio de seis meses) de esos desplazamientos sin trámites consulares: incremento sustancial de los ciudadanos de un determinado país que se quedan irregularmente en el que visitan, incremento sustancial en el número de peticiones de asilo de ese país o incremento sustancial de las negativas de readmisión por parte del Estado (por ejemplo, si Turquía se negara a aceptar la devolución de los ciudadanos provenientes de su territorio que hubiesen intentado permanecer en suelo europeo).

Fuentes diplomáticas explican que la iniciativa ha sido bien recibida —todos los países tienen problemas para defender ante sus electorados la laxitud en fronteras—, aunque hay que afinarla. Los cambios deben ser generales, no dirigirse a ningún país específico, para poder prosperar.

El Parlamento Europeo, que tiene que refrendar cualquier modificación respecto a los visados, ha expresado también este jueves inquietud respecto a la desaparición inminente de visados para los turcos.

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