Alemania celebra que hace 500 años legisló cómo elaborar cerveza pura
La canciller usa el aniversario para defender el tratado de libre comercio con EEUU
Enrique Müller
Berlín, El País
Alemania, un país que ama y respeta las tradiciones centenarias que han marcado su historia, comenzó a celebrar este viernes el 500 aniversario de una ley que regula la fabricación de la cerveza, la famosa Reinheitsgebot (Ley de pureza de la cerveza) que fue ordenada el 23 de abril de 1516 por los duques bávaros Guillermo IV y Luis X en la ciudad de Ingolstadt.
La ley, por supuesto, no mencionaba la levadura, un ingrediente que ayuda a la fermentación y que recién fue descubierta en 1880 por Luis Pasteur, pero el capítulo de los libros de historia que comentan la importancia del decreto para las costumbres germanas, recuerda que la principal motivación que tuvo el duque Guillermo IV para decretarla tenía una base económica poco patriota: el duque tenía en Baviera el monopolio de la cebada.
El decreto real, que estableció que la cerveza debía ser elaborada en base a solo tres ingredientes –lúpulo, cebada y agua-, se convirtió con el tiempo, en algo más que una ley. Así como los alemanes están orgullosos del “Made in Germany”, la Reinheitsgebot, en la actualidad es venerada casi como un mandamiento religioso y sigue ostentando el honor de ser la primera regulación legal de un alimento que sigue estando vigente.
La importancia del nuevo aniversario fue destacado incluso por la canciller Angela Merkel, que dejó a un lado sus obligaciones en Berlín y viajó a la ciudad de Ingolstadt este viernes para inaugurar una larga fiesta que se prolongará hasta el domingo. La visita de la canciller no fue improvisada y para nadie pasó desapercibido que su presencia en la fiesta le podía ayudar a recobrar la simpatía de sus compatriotas, que han hecho de la cerveza la bebida nacional del país.
“La ley de la pureza de la cerveza es una historia exitosa”, dijo la canciller, que aprovechó para buscar el apoyo de sus compatriotas al Tratado de Libre Comercio que está siendo negociado entre la Unión Europea y Estados Unidos, que genera grandes recelos en Alemania y contra el que hay convocada una manifestación este sábado en Hannover. "La cerveza es la prueba más convincente de que Dios ama al hombre y lo quiere ver feliz”, añadió, al resaltar que la larga vida de la bebida era una buena razón para buscar un acuerdo transatlántico.
Hablar mal del Gobierno
“La cerveza alemana goza de fama mundial y por eso animo a los críticos de los acuerdos de libre comercio a volver a reflexionar con más detenimiento acerca de las oportunidades que pueden representar éstos también en la cerveza”, insistió la canciller, que arrancó aplausos y risas cuando recordó, con una buena dosis de ironía política una frase pronunciada por Otto von Bismarck: “Es una necesidad fundamental de los alemanes hablar mal del Gobierno cuando beben cerveza”. Merkel concluyó la cita con una frase propia: “Excepto si se trata del Gobierno bávaro”.
Como buena protestante, la canciller tampoco se olvidó de recordar otra frase pronunciada por Martin Lutero que hace más de 500 años afirmó casi con convicción religiosa que “las personas que no tienen cerveza, no tenían nada para beber”. Más risas y aplausos.
La larga historia de la Reinheitsgebot sigue impregnando la vida de millones de alemanes, pero la fiesta de aniversario ha sido vista por los cerveceros como un nuevo desafío. Según estadísticas oficiales, los alemanes consumen cada año menos cerveza. En 1976, un alemán bebía en promedio 151 litros al año. En 2015 solo bebió 99,5 litros.
Enrique Müller
Berlín, El País
Alemania, un país que ama y respeta las tradiciones centenarias que han marcado su historia, comenzó a celebrar este viernes el 500 aniversario de una ley que regula la fabricación de la cerveza, la famosa Reinheitsgebot (Ley de pureza de la cerveza) que fue ordenada el 23 de abril de 1516 por los duques bávaros Guillermo IV y Luis X en la ciudad de Ingolstadt.
La ley, por supuesto, no mencionaba la levadura, un ingrediente que ayuda a la fermentación y que recién fue descubierta en 1880 por Luis Pasteur, pero el capítulo de los libros de historia que comentan la importancia del decreto para las costumbres germanas, recuerda que la principal motivación que tuvo el duque Guillermo IV para decretarla tenía una base económica poco patriota: el duque tenía en Baviera el monopolio de la cebada.
El decreto real, que estableció que la cerveza debía ser elaborada en base a solo tres ingredientes –lúpulo, cebada y agua-, se convirtió con el tiempo, en algo más que una ley. Así como los alemanes están orgullosos del “Made in Germany”, la Reinheitsgebot, en la actualidad es venerada casi como un mandamiento religioso y sigue ostentando el honor de ser la primera regulación legal de un alimento que sigue estando vigente.
La importancia del nuevo aniversario fue destacado incluso por la canciller Angela Merkel, que dejó a un lado sus obligaciones en Berlín y viajó a la ciudad de Ingolstadt este viernes para inaugurar una larga fiesta que se prolongará hasta el domingo. La visita de la canciller no fue improvisada y para nadie pasó desapercibido que su presencia en la fiesta le podía ayudar a recobrar la simpatía de sus compatriotas, que han hecho de la cerveza la bebida nacional del país.
“La ley de la pureza de la cerveza es una historia exitosa”, dijo la canciller, que aprovechó para buscar el apoyo de sus compatriotas al Tratado de Libre Comercio que está siendo negociado entre la Unión Europea y Estados Unidos, que genera grandes recelos en Alemania y contra el que hay convocada una manifestación este sábado en Hannover. "La cerveza es la prueba más convincente de que Dios ama al hombre y lo quiere ver feliz”, añadió, al resaltar que la larga vida de la bebida era una buena razón para buscar un acuerdo transatlántico.
Hablar mal del Gobierno
“La cerveza alemana goza de fama mundial y por eso animo a los críticos de los acuerdos de libre comercio a volver a reflexionar con más detenimiento acerca de las oportunidades que pueden representar éstos también en la cerveza”, insistió la canciller, que arrancó aplausos y risas cuando recordó, con una buena dosis de ironía política una frase pronunciada por Otto von Bismarck: “Es una necesidad fundamental de los alemanes hablar mal del Gobierno cuando beben cerveza”. Merkel concluyó la cita con una frase propia: “Excepto si se trata del Gobierno bávaro”.
Como buena protestante, la canciller tampoco se olvidó de recordar otra frase pronunciada por Martin Lutero que hace más de 500 años afirmó casi con convicción religiosa que “las personas que no tienen cerveza, no tenían nada para beber”. Más risas y aplausos.
La larga historia de la Reinheitsgebot sigue impregnando la vida de millones de alemanes, pero la fiesta de aniversario ha sido vista por los cerveceros como un nuevo desafío. Según estadísticas oficiales, los alemanes consumen cada año menos cerveza. En 1976, un alemán bebía en promedio 151 litros al año. En 2015 solo bebió 99,5 litros.