91 años de Bolívar, el club de estrellas y buen fútbol

Mario Alborta fue la primera gran figura celeste. “Bolívar trajo siempre a los mejores, hoy es muy difícil encontrarlos”, dijo el exdirigente Monje.


Marco Mejía / La Paz
Bolívar está de fiesta, la institución más laureada del país cumple hoy 91 años de vida institucional. Desde su fundación, el 12 de abril de 1925, la Academia se caracterizó a lo largo de su historial deportivo por contar con los mejores jugadores del fútbol boliviano que le dieron la calidad técnica para desenvolver el juego elegante y sobrio que le caracteriza, y que su tribuna reclama en cada temporada.


Bolívar se ganó el sobrenombre de la Academia en la década de los años 30. Con sólo seis años de fundación, el equipo empezaba a deleitar a la tribuna con su juego preciso y elegante que mostraba en cada jornada.

El reconocido escritor Fernando Diez de Medina, en los párrafos más sobresalientes de su Apología Lírica del Bolívar Legendario, comentaba lo siguiente: "Una tarde, en Miraflores, al admirar una combinación maravillosa de pases cortos y precisos entre Alborta, Molina y Tapia, como pases de ballet, un fanático grito estremecido de fervor: ‘¡Está jugando la Academia!’ y el sobrenombre para la entidad bolivarista quedaría para siempre”, remarcaba.

Su primera gran figura fue Mario Alborta que junto a Alfredo Molina o Humberto Plaza dieron las primeras satisfacciones a la hinchada celeste que poco a poco fue creciendo y ganando adeptos en todo el país gracias a ese juego vistoso que mostraba en todas las canchas del país.

Llegó la década de los años 50 y el fútbol de Bolívar se engalanó con la presencia de El Maestro Víctor Agustín Ugarte. Desde entonces y por cinco décadas los bolivaristas tuvieron a los mejores "creadores” del país: la técnica de René Rada, las jugadas cerebrales de Ovidio Messa, la habilidad de Carlos Aragonés, las inolvidables gambetas del Chichi Romero, la inteligencia de El Zurdo López, los remates de Erwin Sánchez, las "diabluras” de Marco Antonio Etcheverry, el dribbling de Ramiro Castillo y la personalidad de Julio César Baldivieso. Hicieron vibrar a varias generaciones de bolivaristas en todo el mundo.

"Al Bolívar vamos a verlo jugar para delicia de la visión, para regocijo intelectual, para exaltación de los sentidos. Sus jugadores supieron orquestar la escuadra celeste, con rigorismo de geómetras; no para deslumbrar la prepotencia de la mente colectiva, sino para dar cátedra de empuje con destreza, de habilidad con elegancia, de fortaleza con dominio de la fuerza”, agregaba Diez de Medina en su célebre Apología...

Guillermo Monje es el dirigente más antiguo, con vida que tiene la entidad celeste. Monje, que además fue el gran responsable de llevar al recordado Mario Mercado al club, tuvo la oportunidad de observar a los más destacados volantes de creación que pasaron por filas del plantel celeste.

"Bolívar trajo siempre a los mejores, hoy es muy difícil encontrarlos. Indudablemente que el mejor fue El Maestro Víctor Agustín Ugarte por su gran agilidad mental y física”, recordó hace algún tiempo.

La identidad de juego que tiene el club es única en el país. El Zurdo Carlos López, que brilló entre 1985 y 1992, puso de manifiesto esta afirmación: "Ponerse la camiseta de Bolívar es una gran responsabilidad ya que no sólo sirve ganar, sino jugar bien y deleitar a la tribuna”.

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