Messi sólo descansó el 13'8% de los minutos desde Navidad
Barcelona, As
Convocado Messi, si no hay novedades para jugar este jueves en Vallecas y con la sensación de que mientras haya cosas en juego ya no parará, Messi suma minutos y no para en 2016. Desde que los jugadores del Barça se fueron de vacaciones en Navidad tras ganar el Mundial de Clubes, el argentino suma 1.395 minutos de los 2.759 que lleva esta temporada (se incluye el partido del 30 de diciembre ante el Betis). Desde Navidad, el Barça ha jugado 1.620 minutos y el cinco veces Balón de Oro sólo ha dejado de hacerlo 225', un inapreciable 13,8 por ciento. De fondo, por supuesto, está la lesión que sufrió a final de septiembre. Pero también la sensación de que el argentino ha partido el curso en dos. Sólo hace falta ver cifras (minutos y, ojo, goles) para comprobarlo. Messi ha marcado 18 de sus 30 goles en estos dos meses, el 60 por ciento de su producción esta temporada.
Siempre justificado por la lesión que le tuvo parado entre el 26 de septiembre y el 21 de noviembre, Messi parece haber dividido en dos fases claras su temporada con las Navidades como punto de inflexión. Después de jugar la final de la Copa América el 4 de julio de 2015, Messi regresó a los entrenamientos con Mascherano el 30 de julio, una semana antes de lo que estaba previsto. Llegó justo pero llegó a la Supercopa de Europa, que decidió con dos golazos de falta y el disparo que remachó Pedro en el 5-4. En la Supercopa de España también marcó en la vuelta pero muy pronto tocó un parón de selecciones. A su regreso, fue suplente en el Calderón en una señal de que era consciente de que debía dosificarse este año. Luego, a final de septiembre sufrió la rotura del ligamento colateral interno de la rodilla izquierda. Messi no se precipitó en la recuperación, ni siquiera ante la llegada inminente del Clásico. El día del 0-4 también fue suplente. Ahí empezó a arrancar… Pero sin riesgos. Cuando tuvo los problemas de cálculos renales antes de la semifinal del Mundial de Clubes contra el Guangzhou, también se decidió no arriesgar.
Desde Navidad, sin embargo, Messi ha jugado todos los minutos que ha podido. Ni una rotación. Se perdió 45 minutos de Liga porque notó molestias musculares en el partido ante el Athletic. Eso le impidió jugar por precaución la ida de cuartos de fina en San Mamés. Desde entonces, el único partido en el que no se ha visto a Messi fue la vuelta de las semifinales ante el Valencia. El argentino aprovechó el 7-0 de la ida para acudir a la clínica a someterse a una litotricia que quitase los últimos restos de sus problemas con los cálculos renales. En total, un descanso de sólo 225 minutos. Y que ha llegado a su pico alto de forma lo dicen sus números. Desde Navidad, 18 goles de los 30 que ha marcado este curso: 11 goles en Liga, dos en Champions y 5 en Copa. La gran pregunta es si a Messi le alcanzará la fatiga y si está forzando. Y de fondo aquella lesión en el tramo clave de la temporada 2012-13, antes del 0-7 encajado ante el Bayern. Era otro Messi entonces, que ya había dado señales de estar tocado en la zona dañada. Y era otro Barça. Por si acaso, Luis Enrique ya advirtió este miércoles: "Estos tranquillos, nunc a corremos riesgos".
Convocado Messi, si no hay novedades para jugar este jueves en Vallecas y con la sensación de que mientras haya cosas en juego ya no parará, Messi suma minutos y no para en 2016. Desde que los jugadores del Barça se fueron de vacaciones en Navidad tras ganar el Mundial de Clubes, el argentino suma 1.395 minutos de los 2.759 que lleva esta temporada (se incluye el partido del 30 de diciembre ante el Betis). Desde Navidad, el Barça ha jugado 1.620 minutos y el cinco veces Balón de Oro sólo ha dejado de hacerlo 225', un inapreciable 13,8 por ciento. De fondo, por supuesto, está la lesión que sufrió a final de septiembre. Pero también la sensación de que el argentino ha partido el curso en dos. Sólo hace falta ver cifras (minutos y, ojo, goles) para comprobarlo. Messi ha marcado 18 de sus 30 goles en estos dos meses, el 60 por ciento de su producción esta temporada.
Siempre justificado por la lesión que le tuvo parado entre el 26 de septiembre y el 21 de noviembre, Messi parece haber dividido en dos fases claras su temporada con las Navidades como punto de inflexión. Después de jugar la final de la Copa América el 4 de julio de 2015, Messi regresó a los entrenamientos con Mascherano el 30 de julio, una semana antes de lo que estaba previsto. Llegó justo pero llegó a la Supercopa de Europa, que decidió con dos golazos de falta y el disparo que remachó Pedro en el 5-4. En la Supercopa de España también marcó en la vuelta pero muy pronto tocó un parón de selecciones. A su regreso, fue suplente en el Calderón en una señal de que era consciente de que debía dosificarse este año. Luego, a final de septiembre sufrió la rotura del ligamento colateral interno de la rodilla izquierda. Messi no se precipitó en la recuperación, ni siquiera ante la llegada inminente del Clásico. El día del 0-4 también fue suplente. Ahí empezó a arrancar… Pero sin riesgos. Cuando tuvo los problemas de cálculos renales antes de la semifinal del Mundial de Clubes contra el Guangzhou, también se decidió no arriesgar.
Desde Navidad, sin embargo, Messi ha jugado todos los minutos que ha podido. Ni una rotación. Se perdió 45 minutos de Liga porque notó molestias musculares en el partido ante el Athletic. Eso le impidió jugar por precaución la ida de cuartos de fina en San Mamés. Desde entonces, el único partido en el que no se ha visto a Messi fue la vuelta de las semifinales ante el Valencia. El argentino aprovechó el 7-0 de la ida para acudir a la clínica a someterse a una litotricia que quitase los últimos restos de sus problemas con los cálculos renales. En total, un descanso de sólo 225 minutos. Y que ha llegado a su pico alto de forma lo dicen sus números. Desde Navidad, 18 goles de los 30 que ha marcado este curso: 11 goles en Liga, dos en Champions y 5 en Copa. La gran pregunta es si a Messi le alcanzará la fatiga y si está forzando. Y de fondo aquella lesión en el tramo clave de la temporada 2012-13, antes del 0-7 encajado ante el Bayern. Era otro Messi entonces, que ya había dado señales de estar tocado en la zona dañada. Y era otro Barça. Por si acaso, Luis Enrique ya advirtió este miércoles: "Estos tranquillos, nunc a corremos riesgos".