Los conflictos silenciados en el vestuario del Barça
Julián Carrasco
Diario Gol
No todo son risas y alegrías en el vestuario del Barça. El ambiente es muy positivo y la inercia ganadora contribuye a generar un clima distendido y optimista. Sin embargo, la convivencia entre 24 futbolistas con elevados egos y las siete personas que componen el cuerpo técnico siempre da pie a quejas, descontentos y algún que otro rifirrafe. En estos momentos, a Luis Enrique Martínez se le acumulan varios frentes abiertos: los conflictos silenciados.
Los más conocidos los protagonizan Dani Alves, Marc-André Ter Stegen y Marc Bartra. El lateral brasileño, porque se sabe señalado, cada vez ataca más a los medios de comunicación y tiene un carácter osado que genera una cierta crispación. La posibilidad de que el Barça intente desprenderse de él este verano le tiene con la mosca detrás de la oreja. No se quedará callado.
Los principales descontentos
Ter Stegen, por su parte, sigue empeñado en robarle minutos a Claudio Bravo. Al principio, el chileno asumía con cierta calma y paciencia la ambición del portero alemán. Sin embargo, cada vez lleva peor las presiones de su joven compañero, que a la mínima ocasión que puede recuerda que su objetivo es ser titular. Bravo también ha mandado mensajes conforme le gustaría jugar la Champions League. Si la tensión va a más, alguno de los dos podría salir en verano.
La situación de Bartra es de todas la más dañina, porque hace semanas que no goza de oportunidades. Se trata de una decisión, la de Luis Enrique, que nadie llega a entender del todo. Sin embargo, el central catalán es un jugador disciplinado y, a pesar de su descontento, no genera ruidos ni polémicas. Sigue trabajando en silencio en busca de una salida este verano.
El conflicto con Aleix Vidal
Menos conocido es el caso que afecta a Aleix Vidal, mucho más reciente en el tiempo. El lateral derecho, supuesto relevo futuro de Dani Alves, ha desaparecido del once de Luis Enrique en los últimos partidos. De carácter abierto y dicharachero, Vidal se ha integrado bien en la plantilla, se lleva especialmente bien con Gerard Piqué. Pero esto podría ser contraproducente para él. A Piqué se le permiten cosas que nadie más hace. Vidal no debe perder el norte.
Más allá de estos cuatro casos, hay un conflicto que trasciende las paredes del vestuario: el que afecta a la renovación de Sergio Busquets. Sin embargo, esta situación no afecta en la plantilla ni en el rendimiento del jugador. Lucho está encantado con él y la promesa del presidente Josep María Bartomeu es que el asunto se solucionará pronto. Una vez terminada la temporada.
Fichajes en tela de juicio
Hay otros dos casos que preocupan a Luis Enrique, pero no se trata de enfados por parte de los jugadores. El técnico está muy pendiente de dos jugadores que no rinden como se espera de ellos: Arda Turan y Jeremy Mathieu. En el caso del turco, entienden que todavía está en proceso de adaptación. Ha marcado goles, pero su juego no termina de fluir.
En cuanto al francés, la situación es más preocupante. Es el tercer central de la plantilla pero sigue cometiendo errores graves. No alcanza el nivel necesario para defender la retaguardia del Barça. Es por ello que la prioridad de cara a la próxima temporada es un nuevo central. La opción de Zubizarreta de incorporar a Vermaelen y Mathieu por casi 40 millones de euros no ha funcionado.
Diario Gol
No todo son risas y alegrías en el vestuario del Barça. El ambiente es muy positivo y la inercia ganadora contribuye a generar un clima distendido y optimista. Sin embargo, la convivencia entre 24 futbolistas con elevados egos y las siete personas que componen el cuerpo técnico siempre da pie a quejas, descontentos y algún que otro rifirrafe. En estos momentos, a Luis Enrique Martínez se le acumulan varios frentes abiertos: los conflictos silenciados.
Los más conocidos los protagonizan Dani Alves, Marc-André Ter Stegen y Marc Bartra. El lateral brasileño, porque se sabe señalado, cada vez ataca más a los medios de comunicación y tiene un carácter osado que genera una cierta crispación. La posibilidad de que el Barça intente desprenderse de él este verano le tiene con la mosca detrás de la oreja. No se quedará callado.
Los principales descontentos
Ter Stegen, por su parte, sigue empeñado en robarle minutos a Claudio Bravo. Al principio, el chileno asumía con cierta calma y paciencia la ambición del portero alemán. Sin embargo, cada vez lleva peor las presiones de su joven compañero, que a la mínima ocasión que puede recuerda que su objetivo es ser titular. Bravo también ha mandado mensajes conforme le gustaría jugar la Champions League. Si la tensión va a más, alguno de los dos podría salir en verano.
La situación de Bartra es de todas la más dañina, porque hace semanas que no goza de oportunidades. Se trata de una decisión, la de Luis Enrique, que nadie llega a entender del todo. Sin embargo, el central catalán es un jugador disciplinado y, a pesar de su descontento, no genera ruidos ni polémicas. Sigue trabajando en silencio en busca de una salida este verano.
El conflicto con Aleix Vidal
Menos conocido es el caso que afecta a Aleix Vidal, mucho más reciente en el tiempo. El lateral derecho, supuesto relevo futuro de Dani Alves, ha desaparecido del once de Luis Enrique en los últimos partidos. De carácter abierto y dicharachero, Vidal se ha integrado bien en la plantilla, se lleva especialmente bien con Gerard Piqué. Pero esto podría ser contraproducente para él. A Piqué se le permiten cosas que nadie más hace. Vidal no debe perder el norte.
Más allá de estos cuatro casos, hay un conflicto que trasciende las paredes del vestuario: el que afecta a la renovación de Sergio Busquets. Sin embargo, esta situación no afecta en la plantilla ni en el rendimiento del jugador. Lucho está encantado con él y la promesa del presidente Josep María Bartomeu es que el asunto se solucionará pronto. Una vez terminada la temporada.
Fichajes en tela de juicio
Hay otros dos casos que preocupan a Luis Enrique, pero no se trata de enfados por parte de los jugadores. El técnico está muy pendiente de dos jugadores que no rinden como se espera de ellos: Arda Turan y Jeremy Mathieu. En el caso del turco, entienden que todavía está en proceso de adaptación. Ha marcado goles, pero su juego no termina de fluir.
En cuanto al francés, la situación es más preocupante. Es el tercer central de la plantilla pero sigue cometiendo errores graves. No alcanza el nivel necesario para defender la retaguardia del Barça. Es por ello que la prioridad de cara a la próxima temporada es un nuevo central. La opción de Zubizarreta de incorporar a Vermaelen y Mathieu por casi 40 millones de euros no ha funcionado.