La próxima avisen, que me pongo una película
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Si la próxima fecha van a salir a jugar otra vez como contra Lanús avisen, así pongo algo en Netflix y el domingo se hace un poco más pasable. La vergüenza ajena fue tan grande que casi no "salgo" a ver el segundo tiempo. Lamento que cuando elogié al equipo porque contra Unión se dio cuenta de que los partidos se juegan hasta que los termina el árbitro, me haya olvidado de avisarle que es también el árbitro el que los empieza. Cuando el tipo de negro sopla el pito por primera vez, eso significa que el partido ya empezó, que hay que levantarse de la siestonga, que hay que dejar el vermuth y las aceitunas, que hay que sacarse las pantuflas y hacer por lo menos dos cosas elementales: darles la pelota a los que tienen la misma camiseta que uno y ¡correr! ¿Saben lo que es correr? Es igual que caminar, pero más rápido. Busquen en Internet que debe haber tutoriales de la dos cosas.
Si había alguna esperanza de que la llegada de Guillermo subiera al buque escorado llamado Boca Juniors por encima de la línea de flotación en el torneo local, ésta se evaporó en los pocos minutos en que Lanús vio un adversario inane y lo atacó a mansalva. Fueron escenas muy fuertes de necrofilia. Dos llegadas por la izquierda y una reacción defensiva de babosa entablillada abrieron y cerraron el partido de manera fuminante. Entonces, en vez de reaparecer el buen ánimo que logró remontar los partidos contra Bolívar y Unión en el descuento, reapareció el Boca ciclotímico. El que, como Los Pumas, sólo da pases para atrás, patea al bulto cuando se acerca al área rival, no se adelanta, burocratiza el juego y desaparece en una tormenta de indecisiones. Con este cóctel de inoperancia no le ganás ni a un equipo de metegol.
Si no hacemos nombres es porque están muy presentes en sus falencias. Y porque cuando pasan estas cosas -cuando vuelve a pasar "lo de siempre"- el problema no es de Fulano o Mengano sino de la totalidad. Por algo Guillermo dijo que esto iba a ser así hasta junio. Es evidente que con la palabra "así" se refería a la inestabilidad mental del equipo que, del mismo modo en que se borra en un partido a todo o nada, podría ser capaz de ganar al próximo.
