La crispación irrumpe de lleno en los mítines de Trump

El servicio secreto protege al candidato republicano tras tratar de subir un manifestante al escenario

Joan Faus
Washington, El País
La campaña electoral en Estados Unidos ha entrado en una nueva fase. Los incidentes del viernes en un mitin del republicano Donald Trump supusieron la primera muestra de violencia en la carrera de los aspirantes a las elecciones presidenciales de noviembre.


La crispación, presente en la retórica del magnate inmobiliario, se ha agravado. Este sábado, agentes del Servicio Secreto tuvieron que rodear a Trump durante un discurso en Ohio después de que un manifestante tratase de subir al escenario. Durante el acto, alguien también trató de lanzar una botella a Trump y dos asistentes se pelearon.

Trump escribió en su cuenta de Twitter que el asaltante está vinculado con los terroristas del Estado Islámico (ISIS en sus siglas en inglés).

Se ha convertido en un ritual que en los eventos del republicano —que cuentan con robustas medidas de seguridad— haya protestas puntuales de personas que tratan de interrumpir su discurso, pero Trump siempre se ha mostrado desafiante y ha intentado expulsar a esas personas. Antes del incidente de Chicago, había habido un caso de agresión a un asistente y otro a una periodista.

Trump —favorito para hacerse con la nominación republicana— suspendió el viernes por motivos de seguridad un mitin en Chicago por las protestas de grupos a favor y en contra de su mensaje. Unas 10.000 personas llenaron un pabellón universitario, donde había varios cientos contrarios al empresario neoyorquino. Tras anunciarse que el acto no se iba a celebrar, partidarios y detractores de Trump se enfrentaron.

Se ha convertido en un ritual que en los eventos del republicano haya protestas de personas que tratan de interrumpir su discurso

Los jefes de la campaña anunciaron que Trump canceló el mitin después de reunirse con representantes de las fuerzas del orden. La Policía de Chicago, que detuvo a cinco personas, negó, sin embargo, que lo hubiese recomendado y dijo que los asesores del candidato habían tomado la decisión “por su cuenta”.

Trump aseguró este sábado que los altercados en Chicago fueron resultado de un “ataque planificado” por “profesionales” y atribuyó parte de la responsabilidad al senador socialista Bernie Sanders, uno de los dos candidatos demócratas a la Casa Blanca. “Parte de esta gente representa a Bernie, nuestro amigo comunista”, dijo.

El día anterior, Trump atribuyó las protestas a que hay gente “muy enfadada”, pero esgrimió que ese malestar no va dirigido contra él ni lo ha propiciado él con su retórica incendiaria y populista contra la inmigración o el establishment político.

Sanders negó que sus simpatizantes —algunos de los manifestantes en el acto de Trump corearon el nombre del senador— provocaran los incidentes. “Lo que nuestros seguidores están haciendo es responder a un candidato que, de hecho y de muchas maneras, incita a la violencia”, dijo.

En el debate, entró también implícitamente el presidente estadounidense, el demócrata Barack Obama, que dijo que los líderes políticos “deben alzar la voz contra la violencia”.

Los rivales republicanos de Trump siguieron aprovechando los incidentes para atacar al showman. Los senadores Marco Rubio y Ted Cruz consideraron “aterrador” el ambiente de la campaña de Trump y dijeron que “alienta la violencia”. El gobernador de Ohio, John Kasich, lo acusó de propiciar un “ambiente tóxico”.

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