Iker Casillas y Sara Carbonero, ¿sus horas más bajas?
Oporto, La Vanguardia
A Iker Casillas y Sara Carbonero se les podría haber terminado su vida de cuento en Oporto. Según publica este lunes la revista Dime, la pareja estaría pasando por uno de sus peores momentos, con complicaciones personales y profesionales que estaría afectando a su convivencia en la ciudad portuguesa a la que llegaron el pasado año con el fichaje del portero por el Oporto.
Precisamente, el futuro deportivo del guardameta es una de las cosas que más preocupan, ya que Casillas no está cuajando en el club portugués y el presidente de su actual club, Pinto da Costa, ha declarado recientemente que su fichaje ha sido “un absoluto fiasco”, según asegura El Confidencial. Los intereses de su club pasarían por desprenderse de é, ya que tiene una ficha de 8 millones de euros netos al año, lo mismo que percibía cuando militaba en el Real Madrid. Iker tampoco tiene una buena relación con los aficionados de su club, algunos de los cuales, llegaron a increpar a su esposa cuando Sara estaba haciendo unas compras por la ciudad.
Según asegura Dime , la pareja no tendría muy buena relación tampoco con los padres del guardameta, José Luis y María del Carmen, quien fue su apoderada durante bastantes años, aunque su socio principal sea ahora su representante Carlo Cutropía. La separación económica entre Iker y sus padres empezó en 2010, y a día de hoy la relación con ellos es fría y distante, a pesar de que el portero indemnizó a sus padres en 2013 con un sueldo mensual de 9.300 euros hasta 2015. Según la publicación, padre e hijo no se hablan y, “en la separación de bienes”, los progenitores se comprometieron a no hablar de su vida privada ni de sus negocios.
El imperio empresarial del guardameta y su imagen en diferentes campañas publicitarias le hacen valedor de un impresionante capital, por lo que quedarse sin equipo a final de temporada no parece un drama para él. Por el momento, le queda un año más de contrato con el Oporto, aunque los pobres resultados del equipo hacen improbable que continúe. Los buenos números de Iker, contrastan con el negocio de Sara Carbonero, quien fundó un negocio junto a su amiga periodista Isabel Jiménez de venta por Internet que no tiene los resultados esperados. Parece que la comunicadora no aguanta más en Oporto, un motivo más, ahora que esperan un nuevo bebé, para un posible cambio de vida en búsqueda de recuperar una estabilidad que ahora mismo parece más bien rota.
A Iker Casillas y Sara Carbonero se les podría haber terminado su vida de cuento en Oporto. Según publica este lunes la revista Dime, la pareja estaría pasando por uno de sus peores momentos, con complicaciones personales y profesionales que estaría afectando a su convivencia en la ciudad portuguesa a la que llegaron el pasado año con el fichaje del portero por el Oporto.
Precisamente, el futuro deportivo del guardameta es una de las cosas que más preocupan, ya que Casillas no está cuajando en el club portugués y el presidente de su actual club, Pinto da Costa, ha declarado recientemente que su fichaje ha sido “un absoluto fiasco”, según asegura El Confidencial. Los intereses de su club pasarían por desprenderse de é, ya que tiene una ficha de 8 millones de euros netos al año, lo mismo que percibía cuando militaba en el Real Madrid. Iker tampoco tiene una buena relación con los aficionados de su club, algunos de los cuales, llegaron a increpar a su esposa cuando Sara estaba haciendo unas compras por la ciudad.
Según asegura Dime , la pareja no tendría muy buena relación tampoco con los padres del guardameta, José Luis y María del Carmen, quien fue su apoderada durante bastantes años, aunque su socio principal sea ahora su representante Carlo Cutropía. La separación económica entre Iker y sus padres empezó en 2010, y a día de hoy la relación con ellos es fría y distante, a pesar de que el portero indemnizó a sus padres en 2013 con un sueldo mensual de 9.300 euros hasta 2015. Según la publicación, padre e hijo no se hablan y, “en la separación de bienes”, los progenitores se comprometieron a no hablar de su vida privada ni de sus negocios.
El imperio empresarial del guardameta y su imagen en diferentes campañas publicitarias le hacen valedor de un impresionante capital, por lo que quedarse sin equipo a final de temporada no parece un drama para él. Por el momento, le queda un año más de contrato con el Oporto, aunque los pobres resultados del equipo hacen improbable que continúe. Los buenos números de Iker, contrastan con el negocio de Sara Carbonero, quien fundó un negocio junto a su amiga periodista Isabel Jiménez de venta por Internet que no tiene los resultados esperados. Parece que la comunicadora no aguanta más en Oporto, un motivo más, ahora que esperan un nuevo bebé, para un posible cambio de vida en búsqueda de recuperar una estabilidad que ahora mismo parece más bien rota.