Gobierno y FARC ultiman la concentración de los guerrilleros
Las delegaciones de ambos lados tratan de acelerar al máximo las negociaciones de paz con la mira puesta en el 23 de marzo
Javier Lafuente
Bogotá, El País
Las delegaciones del Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC tratan de acelerar al máximo las negociaciones de paz en La Habana con la mira puesta en el 23 de marzo. A tenor de las declaraciones de esta última semana de la guerrilla y del presidente, Juan Manuel Santos, parece improbable que se vaya a firmar un acuerdo definitivo en esa fecha, como habían acordado, aunque la intención es poder hacer un anuncio de gran calado.
Nunca antes los negociadores habían permanecido reunidos tantos días seguidos. La delegación del Gobierno aterrizó en La Habana el pasado 1 de marzo y un día después comenzaron las sesiones con la guerrilla, que se prolongarán hasta el 23, cuando el equipo que lidera Humberto de la Calle tiene previsto regresar a Colombia. Las zonas de concentración en las que permanecerán los guerrilleros tras la firma definitiva y el cese al fuego bilateral son dos de los asuntos más complejos que aún le restan a la negociación. El anuncio del próximo 23 podría girar en torno a estos dos aspectos, según varias fuentes consultadas.
Santos y el líder de las FARC, alias Timochenko, acordaron el pasado 23 de septiembre darse seis meses para sellar la paz definitiva entre el Gobierno y la guerrilla. Aquel día, con un apretón de manos auspiciado por el presidente de Cuba, Raúl Castro, parecía haberse sellado el acuerdo de justicia. Sin embargo, este se prolongó hasta mediados de diciembre. Las FARC siempre sostuvieron que esos dos meses que se perdieron impedirían la llegar a un pacto definitivo en la fecha prevista.
Desde principios de año las negociaciones se han acelerado. Un paso crucial fue la aprobación unánime por parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de que verificarán el cese al fuego y la dejación de armas por parte de la guerrilla. Ahora, los negociadores ultiman cuáles y cuántas serán las zonas donde los guerrilleros iniciarán su proceso de desmovilización. Con casi toda seguridad serán las mismas donde cumplirán las sanciones que les imponga el nuevo tribunal especial de justicia, acordado en diciembre.
Un paso clave a este respecto fue el dado esta semana por el Congreso de Colombia al aprobar la ley de orden público que permite crear zonas de desmovilización y otorga al presidente facultades para suspender las órdenes de captura sobre los guerrilleros que estén en esas áreas. Según lo aprobado, las zonas de concentración serán temporales y no deberán encontrarse en zonas urbanas ni próximas a la frontera. Además, no podrán estar en territorios en donde haya cultivos ilícitos o minería ilegal. Los miembros de las FARC que ingresen en las áreas acordadas deberán estar identificados, incluso dactilarmente. Sobre la dejación de armas, se contempla un inventario de las armas y verificación del desarme.
Javier Lafuente
Bogotá, El País
Las delegaciones del Gobierno de Colombia y la guerrilla de las FARC tratan de acelerar al máximo las negociaciones de paz en La Habana con la mira puesta en el 23 de marzo. A tenor de las declaraciones de esta última semana de la guerrilla y del presidente, Juan Manuel Santos, parece improbable que se vaya a firmar un acuerdo definitivo en esa fecha, como habían acordado, aunque la intención es poder hacer un anuncio de gran calado.
Nunca antes los negociadores habían permanecido reunidos tantos días seguidos. La delegación del Gobierno aterrizó en La Habana el pasado 1 de marzo y un día después comenzaron las sesiones con la guerrilla, que se prolongarán hasta el 23, cuando el equipo que lidera Humberto de la Calle tiene previsto regresar a Colombia. Las zonas de concentración en las que permanecerán los guerrilleros tras la firma definitiva y el cese al fuego bilateral son dos de los asuntos más complejos que aún le restan a la negociación. El anuncio del próximo 23 podría girar en torno a estos dos aspectos, según varias fuentes consultadas.
Santos y el líder de las FARC, alias Timochenko, acordaron el pasado 23 de septiembre darse seis meses para sellar la paz definitiva entre el Gobierno y la guerrilla. Aquel día, con un apretón de manos auspiciado por el presidente de Cuba, Raúl Castro, parecía haberse sellado el acuerdo de justicia. Sin embargo, este se prolongó hasta mediados de diciembre. Las FARC siempre sostuvieron que esos dos meses que se perdieron impedirían la llegar a un pacto definitivo en la fecha prevista.
Desde principios de año las negociaciones se han acelerado. Un paso crucial fue la aprobación unánime por parte del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de que verificarán el cese al fuego y la dejación de armas por parte de la guerrilla. Ahora, los negociadores ultiman cuáles y cuántas serán las zonas donde los guerrilleros iniciarán su proceso de desmovilización. Con casi toda seguridad serán las mismas donde cumplirán las sanciones que les imponga el nuevo tribunal especial de justicia, acordado en diciembre.
Un paso clave a este respecto fue el dado esta semana por el Congreso de Colombia al aprobar la ley de orden público que permite crear zonas de desmovilización y otorga al presidente facultades para suspender las órdenes de captura sobre los guerrilleros que estén en esas áreas. Según lo aprobado, las zonas de concentración serán temporales y no deberán encontrarse en zonas urbanas ni próximas a la frontera. Además, no podrán estar en territorios en donde haya cultivos ilícitos o minería ilegal. Los miembros de las FARC que ingresen en las áreas acordadas deberán estar identificados, incluso dactilarmente. Sobre la dejación de armas, se contempla un inventario de las armas y verificación del desarme.