Gabriela Zapata en la cárcel: de lujos y glamur a vestir chancletas y servir alimentos
La Paz, ANF
Gabriela Zapata, la glamorosa expareja del presidente Evo Morales, ha dejado de usar los zapatos de tacón, que acostumbraba, para pasar a utilizar unas simples chinelas. Es uno de los varios cambios que ha sufrido su vida, que dio un giro de 180 grados desde que está interna en la cárcel de mujeres de Obrajes de La Paz.
Las internas que recién llegan a la cárcel, durante tres meses, son obligadas, como una forma de degradarlas, a usar chancletas y no zapatos o botas. Por eso Zapata ahora viste chinelas y sirve el almuerzo a las detenidas que están en aislamiento.
Las nuevas detenidas también pasan directamente a trabajar en la cocina, para alimentar al resto. Ello, sin embargo, ha sido evitado por Zapata que, según una voluntaria que trabaja en el penal y que habló con ANF, ha contratado otra interna para que lo haga. Ello es común entre las presas que son adineradas.
La voluntaria dijo que la llegada al penal de Cristina Choque, amiga de Zapata y supuesta cómplice en sus acciones de enriquecimiento ilícito, cambiará un poco las cosas ya que será ella, por ser la más reciente interna, la que lleve los alimentos a las celdas de aislamiento.
Zapata fue aprehendida el viernes 26, sin orden de fiscal, y luego sindicada y enviada al penal de Obrajes, acusada de enriquecimiento ilícito y otros delitos. Zapata es parte de un escándalo de supuesto tráfico de influencias que involucra también al presidente Evo Morales, quien fue su pareja y con quien tuvo un hijo.
Según fotografías publicadas por revistas de farándula, Zapata vivía rodeada de lujos y ostentación en una mansión ubicada en un barrio privado de La Paz que le perteneció en vida a Guillermo Fortún, un ex ministro del régimen de Hugo Banzer. Fortún fue acusado de corrupción por el gobierno actual y murió en la cárcel.
La Fiscalía asegura que Zapata pagó 260.000 dólares por obtener la casa en anticrético, aunque Jimena Fortún, hija del exministro, asevera que el monto que recibió junto a su hermana fue de 100.000 dólares.
Una interna, que también se comunicó con ANF mediante un abogado, dijo que a Zapata se la vio bien vestida los primeros días de su detención, pero que luego aceptó ponerse las chancletas y ahora está con ropa más sencilla.
“Hay oficios que todas las nuevas deben cumplir, ella no quería, más bien quería pagar, ahí han surgido enemistades. Tampoco quiere asistir a las listas (revista que pasa la Policía tres veces al día a las internas), dijo que se encontraba delicada de salud y está casi todo el tiempo en enfermería”, explicó.
“Además ahora está todo el día acompañada de una interna, parece que le pagó para que la cuide”, comentó.
En Obrajes existe una rutina que es seguida por la mayoría de las reclusas. El día inicia muy temprano con el control diario y luego se asean, ordenan sus camas y pertenencias, limpian el espacio que ocupan y desayunan. Después se dedican a actividades como tejer, leer o jugar en la cancha, que es el lugar donde pasan la mayor parte del día.
Zapata no ha realizado nada de ello debido a que está la mayor parte del tiempo en la enfermería.
Además al interior del penal hay diversos oficios, desde la cocina, lavandería, planchado, venta de productos, tejido; también está el oficio de las mujeres “taxi”, quienes contestan el teléfono o anuncian la llegada de visitas.
Algunas internas se quejaron por el hecho de que Zapata no se alimenta con el resto en el comedor.
Primero “se sirvió el almuerzo en el comedor de policías”, agregó la interna, que agregó que la exnovia de Morales “aún no está durmiendo en los dormitorios de población, pero es posible que ya la bajen” (desde la enfermería) a.
“Le designaron la habitación número 2, pero aún no ha dormido ahí. Tampoco va a comer, todo eso genera más malestar en las internas”, sostuvo una abogada a ANF.
Sin embargo, desde su ingreso al penal, Zapata “está más tranquila”, dijeron las fuentes.
Hasta el 2015 la población de mujeres privadas de libertad en el penal de Obrajes alcazaba a un número de 330, además de casi 60 menores que junto a sus progenitoras viven en condiciones de precariedad y hacinamiento, ya que el recinto, que en otrora se constituía en un viejo convento tiene capacidad máxima para albergar a 100 personas.
Su vida ingresó en una vorágine el 3 de febrero pasado, cuando el periodista Carlos Valverde dio a conocer que Zapata era la expareja del presidente Evo Morales, con quien además tuvo un hijo en 2007.
La ahora denominada “dama de azul” utilizaba sus influencias para beneficiarse y beneficiar a su empresa, incluso utilizando bienes y nexos con autoridades del Estado.