Francia mete a los inmigrantes de Calais en la campaña contra el ‘Brexit’
Un ministro advierte de que si hay ruptura el campamento puede ir al otro lado del canal
Gabriela Cañas
París, El País
El primer ministro británico, David Cameron, y el presidente francés, François Hollande, diseñan este jueves en una cumbre bilateral la coordinación de sus mensajes para persuadir a los británicos de que no abandonen la Unión Europea. El ministro francés de Economía, Emmanuel Macron, les ha tomado la delantera caldeando el ambiente con una explosiva declaración al rotativo británico Financial Times: “El día en que la relación se rompa, los migrantes dejarán de estar en Calais y el pasaporte financiero funcionará peor”. Con el Brexit, en definitiva, el campamento donde malviven unos 3.000 inmigrantes y refugiados podría trasladarse a la británica Dover y los financieros británicos tendrían más difícil operar en el resto de la UE.
Una vez producido el Brexit, el intercambio que apunta Macron, una mera "hipótesis", como señala su portavoz oficial, no puede ser más desigual porque París podría intentar atraer al mundo financiero del país vecino. “Podríamos facilitar algunas repatriaciones desde la City de Londres”, advierte el ministro como medida recíproca a la que en 2012 adoptó el propio Cameron invitando a las empresas francesas a establecerse en el otro lado del canal de la Mancha cuando Francia aumentó los impuestos. A cambio, Francia podría dejar de retener a los refugiados que pretenden cruzar el canal de la Mancha. Hollande ha sorteado después la cuestión suscitada por su ministro Macron asegurando que, lógicamente, la salida del Reino Unido de la Unión Europea tendrá consecuencias a todos los niveles.
En plena crisis migratoria europea la Jungla de Calais ha entrado en la campaña conjunta contra el Brexit justo cuando París continúa el difícil desmantelamiento de parte del campamento de refugiados. Hacinados en tiendas de campaña de plástico y maderas, los más de 3.000 moradores de este precario asentamiento tienen por objetivo cruzar el canal. Ocho migrantes iraníes han protestado este jueves contra el desmantelamiento cosiéndose los labios. Muchos han abandonado ya Calais y buscan más al norte, en Dunquerque, la vía para cruzar el mar. El acuerdo de Le Touquet franco-británico, de 2003, permite a Londres mantener este tipo de enclaves en suelo francés desentendiéndose del control de sus fronteras. La posible revocación de tal acuerdo ha sido ya evocado por David Cameron y propuesta como solución por la líder ultraderechista francesa Marine Le Pen y el presidente de la región de Calais, el conservador Xavier Bertrand.
Francia, sin embargo, no prevé revocar dicho acuerdo con Londres. Hollande ha logrado en su reunión de este jueves en Amiens —en la que también se celebra por adelantado el centenario de la batalla de Somme— una ayuda financiera británica suplementaria de 22 millones de euros para abrir nuevos centros de acogida en la costa occidental del país y asegurar las infraestructuras portuarias de Calais y el túnel bajo el mar, constantemente asaltados por grupos de migrantes que intentan cruzar el canal. Londres añade 22 millones de euros a los 60 con los que ya contribuye Londres para la gestión de la crisis. "Esto nos permitirá reforzar la frontera", ha dicho Cameron en comparecencia conjunta con Hollande a primera hora de la tarde. El primer ministro británico ha añadido: "Calais no es un lugar de paso. Los refugiados deben pedir asilo en Francia y los que no tengan derecho a ello debe retornar a su país".
Ambos mandatarios han acordado acelerar las gestiones para los menores no acompañados que siguen en suelo francés. Estos tienen derecho a cruzar hacia el Reino Unido en caso de que un familiar allí establecido los reclame.
A pesar del refuerzo de esta cooperación bilateral, lo que Hollande y Cameron desean es que los refugiados puedan quedarse "en condiciones dignas" en los países más próximos a sus lugares de origen. De ahí que ambos aplaudan las ayudas europeas a Grecia y Turquía. "El desafío está en Oriente Próximo y seremos más fuertes en una Unión Europea reformada", ha dicho Cameron, ya en campaña por el no al Brexit.
Francia y Reino Unido, las dos principales potencias militares de la UE y miembros permanentes ambas naciones del Consejo de Seguridad de ONU, "observan atentamente" los acontecimientos que se están produciendo en Libia. Tanto Cameron como Hollande se han mostrado preocupados por el avance del ISIS en el país, la presencia de combatientes extranjeros y los posibles flujos migratorios que pueden orginarse hacia Europa. Confirmaron estar coordinados también en este asunto, pero no que hayan lanzado ninguna operación conjunta. "Hay que esperar la formación del nuevo gobierno para poder reaccionar", ha aclarado Hollande.
Ambos países han suscrito también hoy un acuerdo de inversión de 2.000 millones de euros para desarrolllar drones de combate.
Gabriela Cañas
París, El País
El primer ministro británico, David Cameron, y el presidente francés, François Hollande, diseñan este jueves en una cumbre bilateral la coordinación de sus mensajes para persuadir a los británicos de que no abandonen la Unión Europea. El ministro francés de Economía, Emmanuel Macron, les ha tomado la delantera caldeando el ambiente con una explosiva declaración al rotativo británico Financial Times: “El día en que la relación se rompa, los migrantes dejarán de estar en Calais y el pasaporte financiero funcionará peor”. Con el Brexit, en definitiva, el campamento donde malviven unos 3.000 inmigrantes y refugiados podría trasladarse a la británica Dover y los financieros británicos tendrían más difícil operar en el resto de la UE.
Una vez producido el Brexit, el intercambio que apunta Macron, una mera "hipótesis", como señala su portavoz oficial, no puede ser más desigual porque París podría intentar atraer al mundo financiero del país vecino. “Podríamos facilitar algunas repatriaciones desde la City de Londres”, advierte el ministro como medida recíproca a la que en 2012 adoptó el propio Cameron invitando a las empresas francesas a establecerse en el otro lado del canal de la Mancha cuando Francia aumentó los impuestos. A cambio, Francia podría dejar de retener a los refugiados que pretenden cruzar el canal de la Mancha. Hollande ha sorteado después la cuestión suscitada por su ministro Macron asegurando que, lógicamente, la salida del Reino Unido de la Unión Europea tendrá consecuencias a todos los niveles.
En plena crisis migratoria europea la Jungla de Calais ha entrado en la campaña conjunta contra el Brexit justo cuando París continúa el difícil desmantelamiento de parte del campamento de refugiados. Hacinados en tiendas de campaña de plástico y maderas, los más de 3.000 moradores de este precario asentamiento tienen por objetivo cruzar el canal. Ocho migrantes iraníes han protestado este jueves contra el desmantelamiento cosiéndose los labios. Muchos han abandonado ya Calais y buscan más al norte, en Dunquerque, la vía para cruzar el mar. El acuerdo de Le Touquet franco-británico, de 2003, permite a Londres mantener este tipo de enclaves en suelo francés desentendiéndose del control de sus fronteras. La posible revocación de tal acuerdo ha sido ya evocado por David Cameron y propuesta como solución por la líder ultraderechista francesa Marine Le Pen y el presidente de la región de Calais, el conservador Xavier Bertrand.
Francia, sin embargo, no prevé revocar dicho acuerdo con Londres. Hollande ha logrado en su reunión de este jueves en Amiens —en la que también se celebra por adelantado el centenario de la batalla de Somme— una ayuda financiera británica suplementaria de 22 millones de euros para abrir nuevos centros de acogida en la costa occidental del país y asegurar las infraestructuras portuarias de Calais y el túnel bajo el mar, constantemente asaltados por grupos de migrantes que intentan cruzar el canal. Londres añade 22 millones de euros a los 60 con los que ya contribuye Londres para la gestión de la crisis. "Esto nos permitirá reforzar la frontera", ha dicho Cameron en comparecencia conjunta con Hollande a primera hora de la tarde. El primer ministro británico ha añadido: "Calais no es un lugar de paso. Los refugiados deben pedir asilo en Francia y los que no tengan derecho a ello debe retornar a su país".
Ambos mandatarios han acordado acelerar las gestiones para los menores no acompañados que siguen en suelo francés. Estos tienen derecho a cruzar hacia el Reino Unido en caso de que un familiar allí establecido los reclame.
A pesar del refuerzo de esta cooperación bilateral, lo que Hollande y Cameron desean es que los refugiados puedan quedarse "en condiciones dignas" en los países más próximos a sus lugares de origen. De ahí que ambos aplaudan las ayudas europeas a Grecia y Turquía. "El desafío está en Oriente Próximo y seremos más fuertes en una Unión Europea reformada", ha dicho Cameron, ya en campaña por el no al Brexit.
Francia y Reino Unido, las dos principales potencias militares de la UE y miembros permanentes ambas naciones del Consejo de Seguridad de ONU, "observan atentamente" los acontecimientos que se están produciendo en Libia. Tanto Cameron como Hollande se han mostrado preocupados por el avance del ISIS en el país, la presencia de combatientes extranjeros y los posibles flujos migratorios que pueden orginarse hacia Europa. Confirmaron estar coordinados también en este asunto, pero no que hayan lanzado ninguna operación conjunta. "Hay que esperar la formación del nuevo gobierno para poder reaccionar", ha aclarado Hollande.
Ambos países han suscrito también hoy un acuerdo de inversión de 2.000 millones de euros para desarrolllar drones de combate.