Evo enfrenta la peor crisis de imagen debido a sus “errores”

Ivone Juárez / La Paz
"Enero poco, febrero loco”, reza el dicho popular que para el presidente Evo Morales se cumplió a cabalidad. En febrero atravesó -y aún lo hace- por el escándalo más bochornoso de su gobierno de más de 10 años.


Y fue porque él estuvo en el ojo de la tormenta al ser el protagonista del caso Zapata, en el que su expareja, Gabriela, con la que tuvo un hijo - cuya existencia aún está en duda- fue acusada de mediar a favor de la empresa china CAMC para la firma de contratos con el Estado por un valor de más de 566 millones de dólares y de haberse enriquecido súbitamente.

Pero, ¿cómo afrontó Evo el escándalo que derivó en un daño a su imagen?
"Con muchos errores, sin estrategia ni objetivos; con información fragmentada y medias verdades , sin definir claramente qué quería que quedara en la población”, responde Ricardo Paz, experto en marketing político.

"El Presidente debió evitar hablar del tema antes del referendo (realizado en febrero) y comprometerse a decir todo lo que tenía que decir después de la consulta. Eso le hubiera dado tiempo y tranquilidad para pensar bien y establecer un gabinete de crisis para comenzar a responder a las denuncias en su contra de manera adecuada”, añade Paz.

El experto señala que al haber respondido "con medias verdades” generó una gran confusión en la opinión pública.

"En el tema comunicacional, las medias verdades o la verdad fragmentada genera confusión, lo que deriva en incredulidad e incertidumbre en la opinión pública”, explica el especialista.

El que explica se complica
Para el analista y estratega político Marcelo Silva, el presidente Morales se equivocó al dar detalles sobre su relación con Gabriela Zapata porque sólo desató una serie de contradicciones que dañaron su credibilidad.

"El Presidente se complicó al dar explicaciones, porque sus aclaraciones sólo dieron paso a graves contradicciones que provocaron una avalancha de críticas en la opinión pública. Eso demostró que el Gobierno no supo dar una respuesta comunicacional acertada y oportuna ante semejante escándalo y acusaciones”, afirma Silva.

Lo que debió hacer el Presidente Morales -dice - fue apegarse a lo que establecen las leyes de protección a la mujer y a los niños, y no comentar nada sobre su relación con Zapata y su hijo.

"Debió pedir la formación de una comisión multipartidaria que investigue las denuncias de tráfico de influencias”, afirma.

Sin embargo, otros expertos afirman que lo que Morales buscó precisamente era concentrar la polémica en su relación con Zapata para evadir las acusaciones de tráfico de influencias.

"Cara conocida”, "me lo voy a recoger”
Silva agrega que el mayor error que cometió Morales se dio en dos oportunidades: cuando se refirió a Gabriela Zapata como "cara conocida” y cuando salió a decir que si su hijo estaba vivo se lo "recogería”.

"Con esas declaraciones dañó la dignidad de una mujer y la vida de un niño. Esto caló en las clases que ya estaban desencantadas, en el área urbana”, asegura.

En 2000, en Perú, cuando Alejandro Toledo buscaba la presidencia de su país, apareció Zaraí, la hija que tuvo con una economista y a la que negó durante 14 años. En plena campaña electoral, Toledo fue blanco de críticas y cuestionamientos por sus valores morales y porque, además, se negó a realizarse las pruebas de ADN.

A pesar del escándalo, el candidato Toledo ganó las elecciones en 2001. En 2002, ya en la primera magistratura, decidió reconocer a Zaraí.

Historias de amor y desamor

Esta no es la primera vez que el presidente Evo Morales enfrenta un escándalo por su paternidad. En 2005, también en plena campaña electoral, Francisca Alvarado denunció que Morales se negaba a reconocer a la hija que había engendrado con ella. Se trataba de Evaliz.

Evo reconoció a Evaliz, que hoy es una joven de más de 20 años y que lo acompaña en los actos oficiales.

El Presidente también reconoció a Álvaro, su hijo nacido en 1993, de su relación con Marisol Paredes, sobrina de uno de sus maestros sindicales, Avelino Espinoza. De acuerdo con Un tal Evo, biografía no autorizada de Evo Morales, el Presidente también tuvo un hijo con Francisca Alvarado.

"El Evo para todo ha tenido suerte, menos para el amor”, solía decir Avelino Espinoza cuando se refería al dirigente cocalero.

Es que la vida del Jefe de Estado está llena de historias de amor, entre las que se encuentra la vivida con María Luisa Reséndiz, una activista de derechos humanos de México.

¿La investidura presidencial impide amar?

La ministra de Comunicación, Marianela Paco, lo dijo en Cadena A: Para el Presidente Evo Morales, Bolivia está primero, por eso deja de lado su vida personal y tiene en un segundo plano a su familia.

Otros ministros, que se volcaron a atender la crisis desatada en el Gobierno por el caso Zapata, aseguraron lo mismo a la hora de justificar la supuesta sorpresa del presidente Morales al enterarse de que el hijo que tuvo con Gabriela Zapata estaba vivo y al explicar la forma cómo el Primer Mandatario se refiere a Gabriela Zapata, su expareja.

En ese contexto, surge la pregunta sobre si la investidura presidencial impide al Presidente ocuparse de su familia, de una pareja y, en este caso, de un hijo.

Faruk Yapur, psicólogo del Centro de Investigación y Desarrollo Humano Psinergia, responde que "ningún tipo de investidura puede impedir a la persona la elección personal de amar o tener afecto por alguien”.

"De la forma en que el Presidente respondió de manera pública sobre su relación personal, el mensaje que pudo haber llegado a la población es que él es una persona misógina (que siente aversión por las mujeres), que no quiere asumir ningún tipo de responsabilidades con una familia, por considerar como algo más primordial su trabajo, en este caso la conducción del país”, añade Yapur.

El psicólogo considera que ese mensaje, leído en las últimas intervenciones públicas del Jefe de Estado, choca con una sociedad como la boliviana, en la que predomina el apego por la familia, la pareja y, sobre todo, los hijos, a quienes casi se sobreprotege”.

"En este contexto, con una mirada crítica, gran parte de la población seguramente no puede concebir que (el Presidente) se hubiese olvidado de sus responsabilidades como pareja, como responsable de un embarazo y de un hijo”, señala Faruk Yapur.

Añade que Morales, al ser la primera autoridad del país, debe preocuparse porque refleja la imagen de un hombre que no asume su responsabilidad como padre.

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