España: El debate sobre el liderazgo de Rajoy frustra la estrategia del PP
Los dirigentes populares pensaban recuperar la iniciativa tras la investidura frustrada de Sánchez y no han podido
Javier Casqueiro
Natalia Junquera
Madrid, El País
Aguantar vivos los dos meses y medio transcurridos desde las elecciones del 20-D, evitar la imagen de la derrota en un duro debate de investidura para Mariano Rajoy y evidenciar luego el fracaso en el intento de ser elegido de Pedro Sánchez. Esa era la estrategia del PP antes de poner en marcha una larga precampaña hasta el 26-J. Los casos de corrupción, primero, y el debate que ha calado entre los partidos sobre el liderazgo de Rajoy han frustrado el plan.
La estrategia del PP tras la investidura fallida de Pedro Sánchez hace aguas, como admiten miembros de la dirección nacional, porque al menos en la clase política y en la opinión pública ha cuajado el para ellos indeseado debate sobre la sucesión de Rajoy. Cuando el presidente en funciones declinó la oferta del Rey para ser investido, desde el Gobierno y el PP se transmitió el mensaje de que empezaba un tiempo exclusivo para Sánchez. Algo más de un mes que se despreció como una fase de “investidura ficción” e “impostada” llena de “egos”, “fotos”, poses y “ruedas de prensa”. Terminado el frustrado debate para la elección como presidente de Sánchez, el PP pensó que podría recuperar la iniciativa con una nueva oferta de diálogo con el PSOE que todavía no podido concretar ni cómo ni cuándo ni con qué formato piensa poner en marcha.
El misil de Ciudadanos
Fue Albert Rivera el que trastocó la planificación al soltar la andanada a la bancada del PP para que traicionase a su líder y al insistir luego, toda esta semana, en la idea de que Rajoy debe abandonar y dejar paso a otro candidato para facilitar la negociación con el PSOE y Ciudadanos.
El misil cogió rumbo y desde entonces todos los líderes del PP se ven en la obligación de refrendar a diario, en la decena de entrevistas e intervenciones en los medios de comunicación a los que concurren, su adhesión a Rajoy.
Soraya Sáenz de Santamaría, Dolores de Cospedal, Rafael Hernando, Javier Maroto y Juan Manuel Moreno fueron los más relevantes de los dirigentes del PP que se vieron forzados este jueves a asegurar que Rajoy es su único candidato y que no aceptarán intromisiones ni de otros partidos ni de representantes populares que se consideran “de salida”. Maroto criticó a esos dirigentes del PP que empiezan a pedir individualmente que Rajoy se aparte por representar así la “vieja política” y ser solo “leales cuando van en listas y cuando no, se dedican a despotricar”. Hernando solo aceptó que el único “clamor en el PP pasa por que Rajoy sea el presidente” y descalificó lo demás como “voces interesadas detrás de las que solo hay ambiciones personales o frustraciones individuales”.
El debate sobre la figura de Rajoy, en cualquier caso, frustra la propia programación de actos del partido para retomar su actividad normal. El líder viajará este fin de semana a Pontevedra, donde se está fraguando otra sucesión que implica a Alberto Núñez Feijóo y su no declarado delfín en Galicia, y en las semanas siguientes se han programado convenciones sobre las Diputaciones y otros asuntos relacionados con su oferta de pacto para la gran coalición.
Javier Casqueiro
Natalia Junquera
Madrid, El País
Aguantar vivos los dos meses y medio transcurridos desde las elecciones del 20-D, evitar la imagen de la derrota en un duro debate de investidura para Mariano Rajoy y evidenciar luego el fracaso en el intento de ser elegido de Pedro Sánchez. Esa era la estrategia del PP antes de poner en marcha una larga precampaña hasta el 26-J. Los casos de corrupción, primero, y el debate que ha calado entre los partidos sobre el liderazgo de Rajoy han frustrado el plan.
La estrategia del PP tras la investidura fallida de Pedro Sánchez hace aguas, como admiten miembros de la dirección nacional, porque al menos en la clase política y en la opinión pública ha cuajado el para ellos indeseado debate sobre la sucesión de Rajoy. Cuando el presidente en funciones declinó la oferta del Rey para ser investido, desde el Gobierno y el PP se transmitió el mensaje de que empezaba un tiempo exclusivo para Sánchez. Algo más de un mes que se despreció como una fase de “investidura ficción” e “impostada” llena de “egos”, “fotos”, poses y “ruedas de prensa”. Terminado el frustrado debate para la elección como presidente de Sánchez, el PP pensó que podría recuperar la iniciativa con una nueva oferta de diálogo con el PSOE que todavía no podido concretar ni cómo ni cuándo ni con qué formato piensa poner en marcha.
El misil de Ciudadanos
Fue Albert Rivera el que trastocó la planificación al soltar la andanada a la bancada del PP para que traicionase a su líder y al insistir luego, toda esta semana, en la idea de que Rajoy debe abandonar y dejar paso a otro candidato para facilitar la negociación con el PSOE y Ciudadanos.
El misil cogió rumbo y desde entonces todos los líderes del PP se ven en la obligación de refrendar a diario, en la decena de entrevistas e intervenciones en los medios de comunicación a los que concurren, su adhesión a Rajoy.
Soraya Sáenz de Santamaría, Dolores de Cospedal, Rafael Hernando, Javier Maroto y Juan Manuel Moreno fueron los más relevantes de los dirigentes del PP que se vieron forzados este jueves a asegurar que Rajoy es su único candidato y que no aceptarán intromisiones ni de otros partidos ni de representantes populares que se consideran “de salida”. Maroto criticó a esos dirigentes del PP que empiezan a pedir individualmente que Rajoy se aparte por representar así la “vieja política” y ser solo “leales cuando van en listas y cuando no, se dedican a despotricar”. Hernando solo aceptó que el único “clamor en el PP pasa por que Rajoy sea el presidente” y descalificó lo demás como “voces interesadas detrás de las que solo hay ambiciones personales o frustraciones individuales”.
El debate sobre la figura de Rajoy, en cualquier caso, frustra la propia programación de actos del partido para retomar su actividad normal. El líder viajará este fin de semana a Pontevedra, donde se está fraguando otra sucesión que implica a Alberto Núñez Feijóo y su no declarado delfín en Galicia, y en las semanas siguientes se han programado convenciones sobre las Diputaciones y otros asuntos relacionados con su oferta de pacto para la gran coalición.