Escalofriante accidente de Alonso. Salva la vida a 310 km/h


Melbourne, As
Miedo. Esa es la palabra al ver el accidente de Alonso. Y más cuando ves a uno de los grandes héroes de la historia de nuestro deporte, uno de los nuestros, un hombre que es un pedacito de nuestra vida pendiente del azar y el destino, con su coche hacia abajo, chocando con un muro, con piezas volando como metralla alrededor de esa recta del circuito de Albert Park. Y un alivio, aún con la carne de gallina, con Fernando Alonso bajando del coche, tocándose las piernas, recibiendo al piloto con el que se tocó a 310 km/h, Esteban Gutiérrez, para darse la mano y un abrazo. Y después quitarse el casco y saludar al público. Y al final recibir un abrazo de un amigo antes de que atendiera a la prensa del mundo para decir que está "deseando volver a subirse al coche". Así es Alonso. Sin palabras.


El accidente sucedió apenas en un instante, vuelta 18 y el español intenta adelantar al Haas de Gutiérrez, pedal a fondo y la rueda delantera derecha del McLaren Honda tocó la trasera izquierda del mexicano. Esteban dijo que fue una sorpresa y que iba por su carril y Fernando asumió su culpa. El resultado fue un escalofriante accidente en el que el coche del asturiano voló por los aires y acabó chocando contra el muro de protección. A Fernando, además de los dioses, le salvó la célula antivuelco, el sistema de protección que hoy día montan montan los monoplazas de la Fórmula 1 y que pasa por mil pruebas, esos famosos crash test.

Después fue trasladado al centro médico donde pasó por todo tipo de controles rutinarios que dejaron claro que su estado es bueno y ni siquiera tuvo que ir a ningún otro hospital. Ahora, claro está, necesita descanso.

Al llegar de nuevo al paddock, después de estar incluso bromeando en el centro médico, recibió el cariño de Gene Haas, propietario de la escudería estadounidense, y de Eric Boullier, su jefe de equipo y con quien se fundió en un emotivo abrazo. Abrazo que repitió con todo aquel que se encontraba por el paddock y que le importa.

Le duele un poco una pierna, la rodilla, dijo el genio astur. Normal. Algo lógico dentro del milagro y la tecnología de la F-1 que ha salvado la vida a uno de nuestros héroes. Aquí estamos. Aquí seguimos.

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