El republicano Carson suspende su campaña presidencial

El doctor retirado dice que no ve un “camino político por delante” tras sus malos resultados

Joan Faus
Washington, El País
El republicano Ben Carson dijo este miércoles que no ve un “camino político por delante” tras sus malos resultados en el Supermartes. El neurocirujano retirado evitó anunciar formalmente el fin de su campaña, pero avanzó que no acudirá al debate televisivo del jueves.


Con la marcha de Carson, quedan cuatro aspirantes -de los 17 iniciales- a hacerse con la nominación del Partido Republicano para las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos. Los senadores Ted Cruz y Marco Rubio, y el gobernador de Ohio, John Kasich, todavía aspiran a erigirse en la alternativa sólida a Donald Trump. Pero el dominio del magnate inmobiliario -ha ganado 10 de las 15 elecciones primarias o caucus- aleja cada vez más esa posibilidad.

Carson, el único candidato negro de ambos partidos, encabezó brevemente en octubre las encuestas republicanas, pero desde entonces se ha ido diluyendo y apenas ha destacado en el proceso de elección de los candidatos.

El renombrado doctor, de 64 años y sin experiencia política, enarboló, como Trump, un discurso contra la clase política y contra el lenguaje políticamente correcto. Carson habla sin tapujos, pero con un tono más reflexivo y conciliador que el empresario neoyorquino. Ideológicamente, es más conservador, lo que le permitió inicialmente ganar popularidad entre los votantes evangélicos.
Tendencia a la polémica

Al inicio de la campaña, Carson se esforzó en evitar su tendencia a las frases polémicas, como cuando en el pasado equiparó a EE UU con la “Alemania nazi”, dijo que ser homosexual es una elección o cuestionó la teoría de la evolución. Pero según avanzaba en las encuestas creció el escrutinio en su contra: se mostró inseguro en política exterior y respondió con ambivalencia a algunas dudas sobre su historia personal, como la anécdota de que de niño trató de apuñalar a un compañero de clase.

Carson fue criado solo por su madre, casi iletrada, en un barrio deprimido de Detroit, y llegó a la prestigiosa universidad de Yale y a ser el primer jefe negro y el más joven del servicio de neurocirugía pediátrica del hospital John Hopkins de Baltimore. Su historia de éxito le hizo popular entre las bases conservadoras.

Carson ganó notoriedad política en 2013 al criticar, durante un acto en Washington frente a Barack Obama, la reforma sanitaria del presidente, que consideró “lo peor que le ha pasado a este país desde la esclavitud”.

Antes, el neurocirujano había plasmado su experiencia personal y profesional en varios libros, que son éxitos de venta. En América la hermosa: redescubriendo qué hizo grande a esta nación, publicado en 2012, denuncia que EE UU ha perdido el “compás moral”, en un símil con otros casos de países en declive, como el Imperio español o la antigua Roma. Defiende la responsabilidad individual en el ámbito socioeconómico -critica los subsidios a minorías raciales- y compara la corrección política con la pérdida de libertad en una dictadura.

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