El Liverpool pasa a cuartos y deja en mala situación a Van Gaal

Manchester, As
El Liverpool acercó al Manchester United al precipicio de su tercera temporada consecutiva en blanco (sólo le queda la FA Cup) tras eliminarle de los octavos de final de la Europa League con un empate a uno en Old Trafford. El equipo de Van Gaal soñó con remontar el 2-0 de la ida con un gol de penalti de Martial a la media hora pero Coutinho se disfrazó de Neymar para equilibrar la balanza y dejar la eliminatoria vista para sentencia justo antes del descanso.


El United entró en el terreno de juego con esperanzas de revancha tras el baño de la ida. Mandó dos avisos tempraneros con un inicio de relámpago y rozó el primer gol a la tercera con un cabezazo de Lingaard. Mignolet frenó entonces el ímpetu local con una buena intervención y permitió la respuesta de los Mersyisiders con una gran oportunidad de Coutinho. De Gea, entonces, replicó al meta belga con una estirada felina para mantener con vida a su equipo como ya hizo para evitar la goleada durante la ida.

El Liverpool parecía entonces haberse sacudido el achuchón inicial del United pero un penalti provocado y convertido por Martial pasada la media hora le puso la soga al cuello con 60 minutos por delante. Rojo, casi acto seguido, tuvo el 2-0 en sus botas para tensar más la cuerda. El argentino, sin embargo, perdonó a place y dio de nuevo aire a un Liverpool que se encomendó a Coutinho para decidir la eliminatoria con un golazo de hubiera firmado su amigo Neymar justo antes del descanso. El ex del Espanyol entró desde el carril izquierdo, como su compatriota, regateó a los defensas como si fueran conos y definió ante De Gea con una picadita sutil e imparable. Un golazo. Y un sopapo para el United de cara a una segunda mitad que con la necesidad de marcar tres goles más se convirtió en puerto de categoría especial.

El equipo de Van Gaal, impulsado por un Martial convertido en pesadilla de Clyne, salió otra vez a buscar un gol tempranero que le volviera a meter en el partido. Sin embargo, a medida que pasaban los minutos y ese gol no llegaba se fue apagando hasta tirar la toalla. El Liverpool, entonces, con la entrada de Origi y un Coutinho en estado de gracia pudo incluso hurgar más en la herida para llevarse la victoria.

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