El "gol de la placa" de Pelé (1961)
Estamos en Maracaná, donde el Santos visita al Fluminense, por el antiguo torneo Río-São Paulo, que más tarde dará origen al actual Campeonato brasileño...
Alfredo Relaño, As
Estamos en Maracaná, donde el Santos visita al Fluminense, por el antiguo torneo Río-São Paulo, que más tarde dará origen al actual Campeonato brasileño. Se jugaba el minuto cuarenta y ganaba ya el Santos 0-1 cuando se produjo una jugada excepcional, que Albio Castro Filho, periodista de O’Globo, asistente al partido, describió así:
"A los 40 minutos del primer tiempo Pelé recibió un pase del marcador lateral izquierdo, Dalmo, muy cerca de su propia área. Dominó la pelota, levantó la cabeza y comenzó a correr hacia el arco del Fluminense. Su inseparable compañero de paredes, Coutinho, lo acompañó. Pelé fue amagando, zigzagueando… Superó al primero, el artillero Valdo, y siguió… Quedó frente al mediocampista Edmilson: lo gambeteó fácilmente. Continuó. Surgieron Clovis y Altair, los dos zagueros, por el flanco izquierdo: pasó entre los dos. Cara a cara con el brillante Pinheiro. Un amague y Pinheiro quedó en el piso. Clovis y Altair, que habían sido eludidos, fueron detrás de Pelé. Y Pelé, nada… Solo corriendo, gambeteando. En la entrada al área del Fluminense apareció el violento Jair Marinho. Llegó para derribarlo de cualquier forma. Pero, con una finta de cuerpo, Pelé lo dejó a un lado y simultáneamente se dispuso a rematar… Es el momento de la definición. Castilho abandonó el arco y cerró el ángulo. Pelé tocó suavemente y con efecto. La pelota engañó al buen arquero y fue entrando mansamente sobre su derecha. Entrando, entrando… La torcida del Fluminense no se lo podía creer. La pelota penetró, rebotó en el parante y volvió para morir antes de la línea de gol. Castilho quedó en el suelo.
Pelé, perseguido por Coutinho, corrió para celebrarlo. Cerró su mano derecha y dio un puñetazo al aire. Los compañeros se apresuraron para sumarse al festejo. Cayó. Los compañeros le cayeron encima. En la cabina de Radio Continental, Waldir Amaral gritaba: «¡Gooooool! ¡Goooooool! Este gol debe tener una placa...".
Pelé hizo también el tercer gol del Santos y el partido terminó 1-3. El Santos no fue campeón de ese Río-São Paulo (el título fue para el Flamengo), pero nadie jamás volvió a hacer un gol en el Maracaná de semejante dificultad y belleza. Tiempo después, un diario deportivo de São Paulo, O Esporte, ya desaparecido, colocó una placa en el Maracaná para que aquel gol nunca más fuese olvidado. Aunque todo el mundo dice que, aun sin la existencia de esa placa, ningún brasileño sería capaz de ignorar el «gol de la placa». Con excepción de Pelé: «¿Bonito? Nada de eso. Es gentileza de ustedes…».
El texto de la placa, que aún puede verse en Maracaná, es este:
Neste campo no dia 5-3-1961 Pelé marcou o tento mais bonito na historiá do Maracaná. O Esporte, São Paulo.
Alfredo Relaño, As
Estamos en Maracaná, donde el Santos visita al Fluminense, por el antiguo torneo Río-São Paulo, que más tarde dará origen al actual Campeonato brasileño. Se jugaba el minuto cuarenta y ganaba ya el Santos 0-1 cuando se produjo una jugada excepcional, que Albio Castro Filho, periodista de O’Globo, asistente al partido, describió así:
"A los 40 minutos del primer tiempo Pelé recibió un pase del marcador lateral izquierdo, Dalmo, muy cerca de su propia área. Dominó la pelota, levantó la cabeza y comenzó a correr hacia el arco del Fluminense. Su inseparable compañero de paredes, Coutinho, lo acompañó. Pelé fue amagando, zigzagueando… Superó al primero, el artillero Valdo, y siguió… Quedó frente al mediocampista Edmilson: lo gambeteó fácilmente. Continuó. Surgieron Clovis y Altair, los dos zagueros, por el flanco izquierdo: pasó entre los dos. Cara a cara con el brillante Pinheiro. Un amague y Pinheiro quedó en el piso. Clovis y Altair, que habían sido eludidos, fueron detrás de Pelé. Y Pelé, nada… Solo corriendo, gambeteando. En la entrada al área del Fluminense apareció el violento Jair Marinho. Llegó para derribarlo de cualquier forma. Pero, con una finta de cuerpo, Pelé lo dejó a un lado y simultáneamente se dispuso a rematar… Es el momento de la definición. Castilho abandonó el arco y cerró el ángulo. Pelé tocó suavemente y con efecto. La pelota engañó al buen arquero y fue entrando mansamente sobre su derecha. Entrando, entrando… La torcida del Fluminense no se lo podía creer. La pelota penetró, rebotó en el parante y volvió para morir antes de la línea de gol. Castilho quedó en el suelo.
Pelé, perseguido por Coutinho, corrió para celebrarlo. Cerró su mano derecha y dio un puñetazo al aire. Los compañeros se apresuraron para sumarse al festejo. Cayó. Los compañeros le cayeron encima. En la cabina de Radio Continental, Waldir Amaral gritaba: «¡Gooooool! ¡Goooooool! Este gol debe tener una placa...".
Pelé hizo también el tercer gol del Santos y el partido terminó 1-3. El Santos no fue campeón de ese Río-São Paulo (el título fue para el Flamengo), pero nadie jamás volvió a hacer un gol en el Maracaná de semejante dificultad y belleza. Tiempo después, un diario deportivo de São Paulo, O Esporte, ya desaparecido, colocó una placa en el Maracaná para que aquel gol nunca más fuese olvidado. Aunque todo el mundo dice que, aun sin la existencia de esa placa, ningún brasileño sería capaz de ignorar el «gol de la placa». Con excepción de Pelé: «¿Bonito? Nada de eso. Es gentileza de ustedes…».
El texto de la placa, que aún puede verse en Maracaná, es este:
Neste campo no dia 5-3-1961 Pelé marcou o tento mais bonito na historiá do Maracaná. O Esporte, São Paulo.