El caso Zapata-Morales sacude los cimientos del MAS
En 10 años de gobierno, el Presidente salió airoso de varios conflictos, pero ahora está contra las cuerdas por un amorío pasado que está pasándole factura.
Beatriz Layme / La Paz
El presidente Evo Morales dijo en varias ocasiones que está "casado con Bolivia” y en los 10 años de gobierno salió airoso de conflictos como el gasolinazo, el enfrentamiento entre mineros cooperativistas y asalariados en Huanuni, la violenta represión a indígenas que marcharon en defensa del TIPNIS, la corrupción en el Fondo Indígena y otros.
Sin embargo, el "esposo” de Bolivia no logró contener una denuncia en su contra que lo puso contra las cuerdas.
El periodista Carlos Valverde, 18 días antes del referendo constitucional (21 de febrero), denunció un presunto tráfico de influencias por una relación sentimental entre el Jefe de Estado y la exejecutiva de la empresa china CAMC, Gabriela Zapata, que dejó un hijo cuya existencia fue puesta en duda.
En el referendo, los electores debían definir si "daban o no permiso” al binomio Evo-Álvaro para que se postulen por tercera vez continua a la Presidencia en los comicios de 2019.
La china CAMC, en la que trabajaba Zapata como gerente comercial, tiene seis contratos millonarios con el Estado boliviano.
Daños irreversibles
Morales, en reiteradas oportunidades, afirmó que su único amor es Bolivia y descartó la posibilidad de darle al país una primera dama; no obstante, no se conocía hasta febrero que en 2007 tenía una pareja llamada Gabriela y un hijo que, según dijo, falleció aunque después indicó que pretende recogerlo si está vivo.
Ahora está envuelto en un escándalo amoroso de dimensiones telenovelescas que le está debilitando políticamente porque la población, con un 51,68%, le dijo No a una nueva reelección.
"Ese fue el inicio”, afirma Rebeca Delgado, disidente del MAS. Afirma que el escándalo "provocó que se caiga el mito de que Evo Morales es el líder sin tacha y deja de ser la reserva moral indígena- campesina” como se presentaba.
Además -según Delgado-, el caso Zapata causó un "daño irreversible” porque el principal involucrado es el Presidente, "lo que genera la pérdida de credibilidad, mayores fisuras entre ministros y al interior del MAS”.
El Presidente perdió toda credibilidad -según Delgado- porque el Gobierno reaccionó tarde, con contradicciones y "con respuestas soberbias como ‘la vi cara conocida’, ‘mi hijo murió ahora quiero ver al niño, su madre me mintió’ y otras declaraciones”.
Para Delgado, al Presidente le causa más daño el "grupo de llunkus que ingresaron en contradicciones para defender y lavar la cara del Mandatario”.
Problema ético y moral
El exsenador de oposición Luis Vásquez señala que el problema de fondo es de ética y moral, no la moral clásica, porque los bolivianos "se preguntan cómo un padre, en este caso el Presidente, no conoce con certeza si está vivo o muerto su hijo”, a eso se suma "el hecho de que la expareja de Morales (Gabriela Zapata) haya aprovechado las funciones y relaciones del Gobierno para beneficiarse económicamente y hacer contratos lesivos contra el Estado”.
Otro hecho que Vásquez considera grave es el que Morales haya estado con Zapata cuando ella era menor de edad, y que luego la encarcela. "Es un caso único y esto ha permitido descubrir al verdadero Presidente, y eso afecta su credibilidad y continuidad como líder político y a los valores que él representa en el país, sobre todo el mundo aymara”.
En ese sentido, Vásquez indicó que esos hechos van afectando a Morales en su relación con el pueblo, la condena se hace más fuerte y las críticas van creciendo porque el caso involucra recursos del Estado. "No es casual que Zapata haya operado desde ambientes del Ministerio de la Presidencia, destinados para la primera dama, como lo confirmó el Vicepresidente. El que la expareja de Evo Morales haya utilizado el personal, equipos, vehículos, recursos superan todo”, sostuvo Vásquez.
De Lewinsky a Fernando Lugo
Los escándalos amorosos también salpicaron a algunos mandatarios de América Latina, incluso a Estados Unidos.
Es el caso del otrora obispo católico y expresidente de Paraguay Fernando Lugo, quien durante su gobierno (en abril de 2009) admitió la paternidad del niño Armindo, entonces de tres años, concebido cuando era sacerdote.
Luego, en 2013, reconoció como suyo a un niño de 10 años, cuya madre conoció mientras se desempeñaba como obispo diocesano en el norteño departamento de San Pedro. "Ese fue un escándalo, pero no causó daño en la estructura del Gobierno de Lugo, pues no estaba conectado a contratos o recursos con el Estado, como el caso Zapata (en Bolivia)”, afirmó Vásquez.
El "escándalo Lewinsky” es uno de los más emblemáticos. Durante su tiempo como becaria en la Casa Blanca, Monica Lewinsky mantuvo relaciones con el presidente Bill Clinton. Aunque en un principio ambos negaron dicha relación, las noticias sobre ella, la investigación resultante y la acusación del presidente fueron conocidas como "el escándalo Lewinsky”.
La exbecaria admitió que su relación con Clinton consistió en practicarle sexo oral.
El caso finalizó con una acusación penal en contra del presidente por un delito de perjurio.
Sin primera dama
Presidentes Los tres adoran la palabra revolución, los discursos extenuantes y la ovación calurosa del pueblo. Pero algo más hermana a Fidel Castro, el extinto Hugo Chávez y a Evo Morales: los tres son presidentes que no tuvieron primeras damas, y ejercen el poder sin contrapesos femeninos. Pero detrás de cada uno se esconde una historia diferente con exparejas, amantes, escándalos e hijos no reconocidos, según reporte del portal argentino parati.com.ar.
Mandatarios bolivianos implicados en escándalos amorosos
"Muchos han debido ser, probablemente, los presidentes de Bolivia, así como de otros países (incluido Estados Unidos), que tuvieron amantes, pero guardaron discreción sobre sus desvelos amorosos. (Mariano) Melgarejo hizo gala de su concubinato, acaso porque amaba a su "Juanacha”. Prueba de ello es que cuando perdió la Presidencia, viajó a Lima, donde Juana se había refugiado a tiempo. Intentó recuperarla, pero fue rechazado.
Como su insistencia se tornaba amenazante, un día fue victimado de un balazo por un hermano de Juana Sánchez. Esos eran los tiempos”, se lee en el libro Lydia. Una mujer en la historia, del autor Alfonso Crespo.
El exsenador de oposición Luis Vásquez recordó que en los más de 30 años de democracia en Bolivia evidentemente se registraron varios escándalos amorosos en los que se vieron involucrados presidentes, pero ninguno causó tanto revuelo como la relación de Evo Morales con Gabriela Zapata.
"Gran parte de los presidentes tuvieron un conflicto sentimental en su periodo de gobierno, pero eso no afectó ni se constituyó en un gran escándalo porque eran episodios que parecían parte de la vida privada de un presidente. El caso Zapata involucra amor, dinero del Estado y poder”, dijo Vásquez.
El expresidente de la Cámara de Diputados dijo que este caso "no es un escándalo sexual puro y simple, este es un escándalo porque la persona (Zapata) era menor de edad, además involucra a bienes y servicios del Estado”.
Punto de vista
Marco Zelaya
Periodista
Un epílogo de pacotilla para la "década de oro”
En el balance, Gabriela Geraldine Zapata Montaño ha logrado aquello que al parecer buscaba desde el principio: notoriedad. Pero no precisamente la que anhelaba. A juzgar por sus fotos posadas en el caserón del extinto jefe adenista Guillermo Fortún, quería dotarse de una imagen que mezclara, en dosis iguales, el glamour de la femme fatale, de la modelo de pasarela, y la frialdad de la ejecutiva exitosa. O, lo que es lo mismo, parecía que, trasplantada desde un entorno de clase media, buscaba aceptación social con la desesperación típica del que adquiere una repentina y opulenta condición; eso es, finalmente, lo que no deja dormir al nuevo rico: el qué dirán.
Se especuló mucho sobre su metamorfosis física. Se exageró, en las redes sociales, al publicar supuestas fotos suyas, en las que se veía a una joven de vestimenta gris, a la militante de las juventudes masistas -uno piensa en las seguidoras de la revolución cultural de Mao, en China-, lista para gritar consignas a favor del proceso de cambio, al lado de la Gabriela transformada por el bisturí que reflejaban las imágenes no de una, sino de numerosas publinotas y de publicaciones de chimentos. Posiblemente entonces no llegó a columbrar, cuando aún era adolescente, que su ingreso a filas de los Trabajadores Sociales Comunitarios de Bolivia, una agrupación al estilo cubano, venezolano o bolivariano de activistas y valedores de los proyectos sociales del MAS, la conduciría no sólo a aprender el catecismo azul del oficialismo, sino al corazón mismo del poder.
En la vorágine del escándalo, su tía Pilar Guzmán ha revelado que la "robaron” cuando precisamente era adolescente, algo sobre lo cual nadie se ha pronunciado, pese a que el Código Penal tipifica esta conducta punible. No se trata del rapto de Proserpina o de otra aventura del machista y patriarcal Zeus, sino de algo más prosaico, que según la denuncia del periodista Carlos Valverde, hoy parapetado en su casa de Las Palmas, derivó en el nacimiento de otro hijo -ya van tres- del presidente Evo Morales.
Ese niño, para Valverde, es el lazo que prueba un presunto tráfico de influencias entre el Presidente, Gabriela y la empresa china CAMC; para Gabriela, como para toda madre, es alguien al que se debe proteger y si bien se había anunciado que el menor sería presentado ante los medios internacionales, ahora hay una contramarcha; para el Presidente es prácticamente un renacido, porque él dice que le habían informado que estaba muerto, aunque ni siquiera fue al entierro, y por el que hoy incluso se querella contra Zapata, a la que acusa de haber expuesto a su hijo a violencia psicológica. Lo cierto es que nadie sabe a ciencia cierta si el niño de la polémica vive o no, lo cual da un toque de misterio a toda esta telenovela.
Lo que ha quedado claro es que se tiene que dudar de la modalidad de adquisición pública llamada contratación directa, porque una mayoría de las obras del Gobierno se ha efectuado por esta vía, cuando lo más transparente era la licitación; las compras directas dan lugar a la discrecionalidad y a la corrupción; en la década del MAS en el poder, se ha escuchado que la licitación es engorrosa, que traba la gestión pública, pero a la luz de lo que ha ocurrido en el caso CAMC está claro que más vale que las adjudicaciones demoren a que den paso a la corrupción.
La detención preventiva de Gabriela lleva a reflexionar en los extremos del uso desproporcionado del poder. Ese encarcelamiento preventivo es apenas una salida parcial, porque el problema no es exclusivamente Zapata, sino un Gobierno poco autocrítico que no se atreve a decir la verdad, a pedir disculpas -ahora, incluso es tarde para eso- y que prefiere enredarse más y más…
La fatalidad ha escrito un epílogo de pacotilla para la denominada "década de oro” del masismo.
La cronología
3 de febrero, Carlos Valverde denuncia un supuesto tráfico de influencias a favor de la ejecutiva de la firma china CAMC Gabriela Zapata, exnovia y madre de un hijo del presidente Evo Morales.
4 de febrero, el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, confirma la relación Morales-Zapata. Al día siguiente, el Presidente ratifica su relación con Zapata, pero -según dijo- rompió todo contacto en 2007 tras la muerte de su hijo, a pocos meses de nacido.
9 de febrero. Después de que circuló en redes sociales una fotografía de Evo y Gabriela en el Carnaval de Oruro 2015, el mandatario confirmó la veracidad de la imagen y dijo que ese entonces no la reconoció. "Era cara conocida”, justificó Morales.
10 de febrero, Zapata rompe el silencio, se declaró víctima y anunció juicios contra quienes mellaron su dignidad. Paralelamente, Morales pide al Contralor y la Asamblea investigar los contratos con CAMC para desvirtuar que hubo tráfico de influencias.
16 de febrero, se conforma la comisión mixta para investigar a Zapata, los contratos millonarios entre el Estado y CAMC. El 22 se cobran las boletas de garantía de la CAMC porque no avanzó en la construcción de la línea férrea Montero-Bulo Bulo.
26 de febrero, Zapata es detenida por presunto tráfico de influencias. Luego su tía Pilar Guzmán revela que el hijo de Evo "está vivo”. Un día después, Zapata es remitida al penal de Obrajes y luego la Fiscalía detiene a su "amiga íntima”, Cristina Choque.
2 de marzo. Choque es enviada al penal de Obrajes, en donde está su amiga Zapata. En la noche, la Fiscalía allana la casa de Zapata, secuestran documentos. Tras un mes del caso, no hay evidencia de si el hijo de Evo Morales está con vida o no.
Beatriz Layme / La Paz
El presidente Evo Morales dijo en varias ocasiones que está "casado con Bolivia” y en los 10 años de gobierno salió airoso de conflictos como el gasolinazo, el enfrentamiento entre mineros cooperativistas y asalariados en Huanuni, la violenta represión a indígenas que marcharon en defensa del TIPNIS, la corrupción en el Fondo Indígena y otros.
Sin embargo, el "esposo” de Bolivia no logró contener una denuncia en su contra que lo puso contra las cuerdas.
El periodista Carlos Valverde, 18 días antes del referendo constitucional (21 de febrero), denunció un presunto tráfico de influencias por una relación sentimental entre el Jefe de Estado y la exejecutiva de la empresa china CAMC, Gabriela Zapata, que dejó un hijo cuya existencia fue puesta en duda.
En el referendo, los electores debían definir si "daban o no permiso” al binomio Evo-Álvaro para que se postulen por tercera vez continua a la Presidencia en los comicios de 2019.
La china CAMC, en la que trabajaba Zapata como gerente comercial, tiene seis contratos millonarios con el Estado boliviano.
Daños irreversibles
Morales, en reiteradas oportunidades, afirmó que su único amor es Bolivia y descartó la posibilidad de darle al país una primera dama; no obstante, no se conocía hasta febrero que en 2007 tenía una pareja llamada Gabriela y un hijo que, según dijo, falleció aunque después indicó que pretende recogerlo si está vivo.
Ahora está envuelto en un escándalo amoroso de dimensiones telenovelescas que le está debilitando políticamente porque la población, con un 51,68%, le dijo No a una nueva reelección.
"Ese fue el inicio”, afirma Rebeca Delgado, disidente del MAS. Afirma que el escándalo "provocó que se caiga el mito de que Evo Morales es el líder sin tacha y deja de ser la reserva moral indígena- campesina” como se presentaba.
Además -según Delgado-, el caso Zapata causó un "daño irreversible” porque el principal involucrado es el Presidente, "lo que genera la pérdida de credibilidad, mayores fisuras entre ministros y al interior del MAS”.
El Presidente perdió toda credibilidad -según Delgado- porque el Gobierno reaccionó tarde, con contradicciones y "con respuestas soberbias como ‘la vi cara conocida’, ‘mi hijo murió ahora quiero ver al niño, su madre me mintió’ y otras declaraciones”.
Para Delgado, al Presidente le causa más daño el "grupo de llunkus que ingresaron en contradicciones para defender y lavar la cara del Mandatario”.
Problema ético y moral
El exsenador de oposición Luis Vásquez señala que el problema de fondo es de ética y moral, no la moral clásica, porque los bolivianos "se preguntan cómo un padre, en este caso el Presidente, no conoce con certeza si está vivo o muerto su hijo”, a eso se suma "el hecho de que la expareja de Morales (Gabriela Zapata) haya aprovechado las funciones y relaciones del Gobierno para beneficiarse económicamente y hacer contratos lesivos contra el Estado”.
Otro hecho que Vásquez considera grave es el que Morales haya estado con Zapata cuando ella era menor de edad, y que luego la encarcela. "Es un caso único y esto ha permitido descubrir al verdadero Presidente, y eso afecta su credibilidad y continuidad como líder político y a los valores que él representa en el país, sobre todo el mundo aymara”.
En ese sentido, Vásquez indicó que esos hechos van afectando a Morales en su relación con el pueblo, la condena se hace más fuerte y las críticas van creciendo porque el caso involucra recursos del Estado. "No es casual que Zapata haya operado desde ambientes del Ministerio de la Presidencia, destinados para la primera dama, como lo confirmó el Vicepresidente. El que la expareja de Evo Morales haya utilizado el personal, equipos, vehículos, recursos superan todo”, sostuvo Vásquez.
De Lewinsky a Fernando Lugo
Los escándalos amorosos también salpicaron a algunos mandatarios de América Latina, incluso a Estados Unidos.
Es el caso del otrora obispo católico y expresidente de Paraguay Fernando Lugo, quien durante su gobierno (en abril de 2009) admitió la paternidad del niño Armindo, entonces de tres años, concebido cuando era sacerdote.
Luego, en 2013, reconoció como suyo a un niño de 10 años, cuya madre conoció mientras se desempeñaba como obispo diocesano en el norteño departamento de San Pedro. "Ese fue un escándalo, pero no causó daño en la estructura del Gobierno de Lugo, pues no estaba conectado a contratos o recursos con el Estado, como el caso Zapata (en Bolivia)”, afirmó Vásquez.
El "escándalo Lewinsky” es uno de los más emblemáticos. Durante su tiempo como becaria en la Casa Blanca, Monica Lewinsky mantuvo relaciones con el presidente Bill Clinton. Aunque en un principio ambos negaron dicha relación, las noticias sobre ella, la investigación resultante y la acusación del presidente fueron conocidas como "el escándalo Lewinsky”.
La exbecaria admitió que su relación con Clinton consistió en practicarle sexo oral.
El caso finalizó con una acusación penal en contra del presidente por un delito de perjurio.
Sin primera dama
Presidentes Los tres adoran la palabra revolución, los discursos extenuantes y la ovación calurosa del pueblo. Pero algo más hermana a Fidel Castro, el extinto Hugo Chávez y a Evo Morales: los tres son presidentes que no tuvieron primeras damas, y ejercen el poder sin contrapesos femeninos. Pero detrás de cada uno se esconde una historia diferente con exparejas, amantes, escándalos e hijos no reconocidos, según reporte del portal argentino parati.com.ar.
Mandatarios bolivianos implicados en escándalos amorosos
"Muchos han debido ser, probablemente, los presidentes de Bolivia, así como de otros países (incluido Estados Unidos), que tuvieron amantes, pero guardaron discreción sobre sus desvelos amorosos. (Mariano) Melgarejo hizo gala de su concubinato, acaso porque amaba a su "Juanacha”. Prueba de ello es que cuando perdió la Presidencia, viajó a Lima, donde Juana se había refugiado a tiempo. Intentó recuperarla, pero fue rechazado.
Como su insistencia se tornaba amenazante, un día fue victimado de un balazo por un hermano de Juana Sánchez. Esos eran los tiempos”, se lee en el libro Lydia. Una mujer en la historia, del autor Alfonso Crespo.
El exsenador de oposición Luis Vásquez recordó que en los más de 30 años de democracia en Bolivia evidentemente se registraron varios escándalos amorosos en los que se vieron involucrados presidentes, pero ninguno causó tanto revuelo como la relación de Evo Morales con Gabriela Zapata.
"Gran parte de los presidentes tuvieron un conflicto sentimental en su periodo de gobierno, pero eso no afectó ni se constituyó en un gran escándalo porque eran episodios que parecían parte de la vida privada de un presidente. El caso Zapata involucra amor, dinero del Estado y poder”, dijo Vásquez.
El expresidente de la Cámara de Diputados dijo que este caso "no es un escándalo sexual puro y simple, este es un escándalo porque la persona (Zapata) era menor de edad, además involucra a bienes y servicios del Estado”.
Punto de vista
Marco Zelaya
Periodista
Un epílogo de pacotilla para la "década de oro”
En el balance, Gabriela Geraldine Zapata Montaño ha logrado aquello que al parecer buscaba desde el principio: notoriedad. Pero no precisamente la que anhelaba. A juzgar por sus fotos posadas en el caserón del extinto jefe adenista Guillermo Fortún, quería dotarse de una imagen que mezclara, en dosis iguales, el glamour de la femme fatale, de la modelo de pasarela, y la frialdad de la ejecutiva exitosa. O, lo que es lo mismo, parecía que, trasplantada desde un entorno de clase media, buscaba aceptación social con la desesperación típica del que adquiere una repentina y opulenta condición; eso es, finalmente, lo que no deja dormir al nuevo rico: el qué dirán.
Se especuló mucho sobre su metamorfosis física. Se exageró, en las redes sociales, al publicar supuestas fotos suyas, en las que se veía a una joven de vestimenta gris, a la militante de las juventudes masistas -uno piensa en las seguidoras de la revolución cultural de Mao, en China-, lista para gritar consignas a favor del proceso de cambio, al lado de la Gabriela transformada por el bisturí que reflejaban las imágenes no de una, sino de numerosas publinotas y de publicaciones de chimentos. Posiblemente entonces no llegó a columbrar, cuando aún era adolescente, que su ingreso a filas de los Trabajadores Sociales Comunitarios de Bolivia, una agrupación al estilo cubano, venezolano o bolivariano de activistas y valedores de los proyectos sociales del MAS, la conduciría no sólo a aprender el catecismo azul del oficialismo, sino al corazón mismo del poder.
En la vorágine del escándalo, su tía Pilar Guzmán ha revelado que la "robaron” cuando precisamente era adolescente, algo sobre lo cual nadie se ha pronunciado, pese a que el Código Penal tipifica esta conducta punible. No se trata del rapto de Proserpina o de otra aventura del machista y patriarcal Zeus, sino de algo más prosaico, que según la denuncia del periodista Carlos Valverde, hoy parapetado en su casa de Las Palmas, derivó en el nacimiento de otro hijo -ya van tres- del presidente Evo Morales.
Ese niño, para Valverde, es el lazo que prueba un presunto tráfico de influencias entre el Presidente, Gabriela y la empresa china CAMC; para Gabriela, como para toda madre, es alguien al que se debe proteger y si bien se había anunciado que el menor sería presentado ante los medios internacionales, ahora hay una contramarcha; para el Presidente es prácticamente un renacido, porque él dice que le habían informado que estaba muerto, aunque ni siquiera fue al entierro, y por el que hoy incluso se querella contra Zapata, a la que acusa de haber expuesto a su hijo a violencia psicológica. Lo cierto es que nadie sabe a ciencia cierta si el niño de la polémica vive o no, lo cual da un toque de misterio a toda esta telenovela.
Lo que ha quedado claro es que se tiene que dudar de la modalidad de adquisición pública llamada contratación directa, porque una mayoría de las obras del Gobierno se ha efectuado por esta vía, cuando lo más transparente era la licitación; las compras directas dan lugar a la discrecionalidad y a la corrupción; en la década del MAS en el poder, se ha escuchado que la licitación es engorrosa, que traba la gestión pública, pero a la luz de lo que ha ocurrido en el caso CAMC está claro que más vale que las adjudicaciones demoren a que den paso a la corrupción.
La detención preventiva de Gabriela lleva a reflexionar en los extremos del uso desproporcionado del poder. Ese encarcelamiento preventivo es apenas una salida parcial, porque el problema no es exclusivamente Zapata, sino un Gobierno poco autocrítico que no se atreve a decir la verdad, a pedir disculpas -ahora, incluso es tarde para eso- y que prefiere enredarse más y más…
La fatalidad ha escrito un epílogo de pacotilla para la denominada "década de oro” del masismo.
La cronología
3 de febrero, Carlos Valverde denuncia un supuesto tráfico de influencias a favor de la ejecutiva de la firma china CAMC Gabriela Zapata, exnovia y madre de un hijo del presidente Evo Morales.
4 de febrero, el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, confirma la relación Morales-Zapata. Al día siguiente, el Presidente ratifica su relación con Zapata, pero -según dijo- rompió todo contacto en 2007 tras la muerte de su hijo, a pocos meses de nacido.
9 de febrero. Después de que circuló en redes sociales una fotografía de Evo y Gabriela en el Carnaval de Oruro 2015, el mandatario confirmó la veracidad de la imagen y dijo que ese entonces no la reconoció. "Era cara conocida”, justificó Morales.
10 de febrero, Zapata rompe el silencio, se declaró víctima y anunció juicios contra quienes mellaron su dignidad. Paralelamente, Morales pide al Contralor y la Asamblea investigar los contratos con CAMC para desvirtuar que hubo tráfico de influencias.
16 de febrero, se conforma la comisión mixta para investigar a Zapata, los contratos millonarios entre el Estado y CAMC. El 22 se cobran las boletas de garantía de la CAMC porque no avanzó en la construcción de la línea férrea Montero-Bulo Bulo.
26 de febrero, Zapata es detenida por presunto tráfico de influencias. Luego su tía Pilar Guzmán revela que el hijo de Evo "está vivo”. Un día después, Zapata es remitida al penal de Obrajes y luego la Fiscalía detiene a su "amiga íntima”, Cristina Choque.
2 de marzo. Choque es enviada al penal de Obrajes, en donde está su amiga Zapata. En la noche, la Fiscalía allana la casa de Zapata, secuestran documentos. Tras un mes del caso, no hay evidencia de si el hijo de Evo Morales está con vida o no.