Dos años sin noticias del vuelo MH370

Un resto confirmado y otros dos en estudio son las únicas pruebas materiales halladas

El País
Madrid
Dos años después de la desaparición del vuelo MH370 de Malaysia Airlines las familias de los 239 personas que iban a bordo del Boeing 777 sólo tienen la certeza de su propio dolor. La búsqueda de los restos del avión en el océano Índico no ha dado ningún resultado hasta el momento. Y lo único que se ha confirmado es que el avión se estrelló en algún lugar del inmenso mar entre Australia y África, gracias al hallazgo de restos que sin duda alguna pertenecen al aparato, en el departamento francés de La Reunión a finales de julio pasado (sobre todo un trozo de alerón de 2,5 metros). Fue la primera prueba material de que disponían los investigadores.


Se ha trasladado a Australia para su análisis otro posible trozo del avión (parte del estabilizador horizontal de cola) hallado la semana pasada por un investigador estadounidense aficionado en un banco de arena de Mozambique, en el canal que separa la costa de ese país de la isla de Madagascar (a unos 3.700 kilómetros de donde se supone que cayó el avión). Otro trozo encontrado en La Reunión el jueves pasado está siendo también analizado.

La zona en la que se halló el resto de Mozambique es consistente con las simulaciones realizadas sobre la deriva por las corrientes, según las autoridades, que se muestran sorpresivamente optimistas sobre la posibilidad de hallar los restos antes de que se dé por concluida, en julio, la búsqueda en los 120.000 kilómetros cuadrados que han señalado los especialistas. Martin Dolan, el jefe de la Autoridad de Seguridad en el Transporte Australiana (ATSB en sus siglas inglesas),declaró este lunes que es “muy probable” que se encuentre el avión en los próximos meses.

“Hemos cubierto casi tres cuartas partes del área de búsqueda y el no haber encontrado el avión en esas zonas incrementa la probabilidad de que se halle en las que no se han rastreado”, dijo Dolan.

Se prevé que las autoridades publiquen hoy martes un segundo informe sobre el MH370, que dé algún dato que determine en qué condiciones se precipitó el avión al océano (con o sin alguien a los mandos) por los análisis del alerón hallado en Reunión.

Desde que el 8 de marzo de 2014 el B777 con matrícula 9M-MRO despegó de Kuala Lumpur con destino Pekín, han proliferado las hipótesis más o menos conspirativas y se han cuestionado hasta la saciedad los métodos de las autoridades. “Las numerosas teorías y especulaciones sobre la suerte del MH370 y su paradero inquietan profundamente a las familias afectadas”, señala la asociación de víctimas Voice 370 en un comunicado publicado el miércoles pasado. Y señala que “parece” que los Gobiernos de China (que perdió a 152 de sus ciudadanos), Malasia (propietaria de la aerolínea) y Australia (responsable de la búsqueda en sus aguas territoriales) “se preparan para bajar el telón sobre la búsqueda” del avión.

Los tres países acordaron el 16 de abril de 2015 extender el área de búsqueda submarina otros 60.000 kilómetros cuadrados, para cubrir “todas las zonas con alta probabilidad” de que albergasen los restos del aparato. Pero si no hallan nada, se cancelarán los trabajos. Hasta la semana pasada se habían cubierto más de 85.000 kilómetros cuadrados de los 120.000 (una extensión equivalente a la superficie de Castilla-La Mancha y Extremadura juntas) que los expertos han señalado.

Para mediados de año se habrá peinado todo ese inmenso pajar pero de momento no hay rastro de la aguja. “En ausencia de nueva información creíble que lleve a la identificación de una localización concreta del avión los Gobiernos han acordado que no habrá una nueva ampliación de la zona de búsqueda”, explicó la Oficina Australiana de Seguridad en el Transporte en su nota del 13 de enero pasado. Fue un jarro de agua fría para las familias, que emplazan a las autoridades a no tirar la toalla considerando el caso “un misterio irresoluble”.

Las familias, que tienen hasta hoy de plazo para reclamar judicialmente a la aerolínea, no aceptan que se tome la decisión de dar carpetazo al asunto "por la falta de fondos". Ya se han presupuestado ya unos 140 millones de dólares (unos 120 millones de dólares a medias entre Malasia y Australia, más unos 20 aportados por China) a los que habría que sumar al menos otra decena de millones gastados por otros Gobiernos.

Hasta ahora se ha determinado en el informe oficial preliminar que el avión despegó a las 0.42 (hora local) de Kuala Lumpur y 40 minutos más tarde se perdió la señal de ese vuelo en los radares de los controladores aéreos. A la 1.19 fue transferido al control de Ho Chi Min. Fue la última comunicación oral de los pilotos (no se sabe con certeza cuál de ellos): “Buenas noches Malaysia Tres Siete Cero”. Un minuto después desapareció de los radares civiles. A la 1.21 un radar militar malasio detectó un giro a la derecha del aparato e inmediatamente un giro constante hacia la izquierda, hacia el suroeste.

Un satélite de Inmarsat recibió siete transmisiones del avión hasta siete horas y media después del despegue, y con esos datos se ha determinado el arco en el que posiblemente cayó el aparato. El dispositivo de búsqueda no se puso en marcha hasta más de cuatro horas después de que se perdiese la señal del avión.

Las aún difusas piezas del puzle apuntan a que alguien a bordo del avión (con conocimientos avanzados de pilotaje) desconectó los sistemas de comunicación del B777, cambió su rumbo y lo dirigió al océano Índico. Muchos dedos señalaron al comandante de la nave, que arreciaron después del caso del piloto suicida del avión de Germanwings.

Pero en el vuelo MH370 faltan, de nuevo, muchas piezas por encajar. No se ha hallado ningún indicio de que el comandante Zaharie Ahmad Shah, de 53 años, o el copiloto, Fariq Abdul Hamid, de 27, tuviesen ningún problema o vínculo que les llevase a cometer un crimen de tal magnitud. “Si no tienes nada tangible, ninguna evidencia, es equivalente a decir que es culpable mientras no se prueba que es inocente”, dijo la semana pasada Sakinab Shah, de 72 años, hermana del comandate, a Associated Press. “Eso nos devuelve a la Edad Media”.

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