Década de Evo estuvo marcada por escándalos de corrupción
Página Siete / La Paz
En la década de gobierno de Evo Morales se registraron, al menos, 10 casos de corrupción que afectaron la imagen del Gobierno, pero sólo uno, el último -el caso Zapata-Morales- golpeó la credibilidad del Presidente.
En 2009, tres años después de que Morales asumiera la presidencia, fue asesinado a "tiros” Jorge O’Connor D’Arlach, quien manejaba la empresa fantasma Catler Uniservice. Esta muerte develó un hecho de corrupción que implicó al propio presidente de la petrolera YPFB, Santos Ramírez, alto dirigente del MAS y persona de confianza del presidente Morales.
El segundo caso de relevancia fue el de los proyectos fantasmas del ex-Fondo Indígena. El informe de la interventora de la entidad reveló un daño económico al Estado de 102 millones de bolivianos. Pero el daño en ese caso fue mucho mayor.
La reacción presidencial fue casi de inmediato. "Va a ser combatida la corrupción, caiga quien caiga, y no quiero dirigentes que defiendan a los corruptos que están dentro del Fondo Indígena”, dijo Morales. Sin embargo, opositores señalan a Nemesia Achacollo, exministra y directora de la entidad, nunca fue llamada a declarar.
Pero fue el caso Zapata-Morales el que afectó en forma al Presidente. Esta vez, su expareja gestionaba -según las denuncias- la adjudicación de contratos a favor de la empresa china.
En agosto de 2006, el Ministerio de Relaciones Exteriores denunció la falsificación de documentación para obtener visas chinas. Las investigaciones apuntaron de manera directa a los asambleístas del oficialismo Santos Ramírez, José Bailaba y Guido Guardia.
En 2008, el Gobierno reveló que nueve exfuncionarios diplomáticos de Bolivia en Argentina adquirieron vehículos, enseres personales, bebidas alcohólicas y cigarrillos con la utilización de franquicias especiales por un monto calculado en 8,1 millones de dólares.
El otro caso sonado fue el de 2008, cuando 33 camiones de contrabando evadieron el control fronterizo de la Aduana de Pando. Los responsables de estos motorizados dijeron que tenían permiso del ministro Juan Ramón Quintana para llevar esta mercadería. Sin embargo, la autoridad negó tales vínculos.
Se sumó a estos hechos el supuesto sobreprecio de 14 millones de dólares en la compra del avión presidencial Dassault Falcon 900Ex Easy en 2010. Ese año, el Gobierno adquirió, sin licitación, el avión modelo 2007 en 38,7 millones de dólares. Sin embargo, el catálogo de Falcón exhibía una nave similar modelo 2005 a 24,5 millones de dólares.
En 2014, se descubrió una red de corrupción que estaba compuesta por abogados del Ministerio de Gobierno. En esa oportunidad, el empresario estadounidense Jacob Ostreicher denunció que fue extorsionado.
El caso Papelbol se produjo entre 2007 y 2008, pero explotó en 2012. El entonces viceministro Eduardo Peinado compró equipos para Papelbol con un sobreprecio de 7,4 millones de dólares.
En diciembre de 2014 se descubrió un clan de corrupción en la petrolera estatal YPFB. En esta oportunidad, Ana Belén Camacho reveló haberse beneficiado con contratos millonarios autorizados directamente por el extinto presidente de YPFB, Carlos Villegas, con quien además, dijo, mantenía una relación amorosa.
Otro caso millonario de corrupción fue el de las barcazas chinas, hecho público en 2009.
El Vicepresidente también fue salpicado con el caso Air Catering. Su cuñada Silvana del Castillo se adjudicó el servicio de catering de BoA con una empresa creada sólo meses antes.