Bruselas limita el número de sirios que acogerá la UE desde Turquía

La Comisión Europea rechaza las "devoluciones colectivas y en caliente"


Claudi Pérez
Lucía Abellán
Bruselas, El País
Se acerca la cumbre de la ansiedad. La Comisión Europea ha presentado este miércoles una batería de medidas para encontrar un encaje legal al preacuerdo con Turquía del pasado 7 de marzo, que abría la puerta a las devoluciones masivas de refugiados desde Grecia hacia Turquía. La propuesta limita enormemente el compromiso anunciado por la UE de readmitir en su territorio a tantos sirios como retorne a Turquía. Como cifra orientativa, ofrece apenas 72.000 plazas, independientemente de cuántos sirios sean devueltos. Eso sí: la Comisión espera que el freno de las llegadas incentive a los Estados miembros a acoger voluntariamente a más refugiados.


El revuelo creado por la propuesta europea y turca, que mereció las críticas de la agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, de organizaciones no gubernamentales y también el escepticismo de algunos Gobiernos europeos, llevó a las instituciones comunitarias a pulir el marco legal. Bruselas confía en que no hagan falta más reasentamientos porque la nueva política desincentive las salidas desde Turquía y se cierre esa vía. Pero resulta poco probable un cambio tan brusco de tendencia. En lo que va de año, 143.634 personas llegaron por mar a la UE, según datos de ACNUR. La cifra duplica la magra oferta de la UE.

Para calmar los ánimos, Bruselas rechaza tajantemente que pueda haber "devoluciones masivas o en caliente", según ha explicado el vicepresidente Frans Timmermans. Pero avala jurídicamente el principio general: ve posible que los sirios y otros extranjeros que tengan derecho a asilo sean devueltos a Turquía, respetando sus derechos a la solicitud de asilo en Europa y a recurrir, siempre bajo la premisa del "trato individualizado" y con arreglo "a las directivas europeas y al derecho internacional". El Consejo Europeo, que preside Donald Tusk, admite que sellar el acuerdo definitivo con los turcos será "difícil" ante la gran cantidad de escollos --hasta media docena-- que han surgido desde ambas partes.

El principal son las dudas legales relativas al pacto. Bruselas admite que es viable enviar a refugiados sirios de Grecia de vuelta a Turquía, con el objetivo declarado de "acabar con las mafias de traficantes de personas". Pero impone una serie de limitaciones al trato alcanzado --por unanimidad-- la semana pasada entre el primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, y los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintiocho.

Bruselas ha acordado una serie de "salvaguardias legales" solo unos días después de que tanto el Consejo como la Comisión avalaran esa propuesta, patrocinada por la canciller alemana, Angela Merkel, ante la cercanía de tres elecciones regionales (en las que su partido no salió muy bien parado). En plata: devolver a sirios con derecho al asilo a Turquía es legal porque Europa considera que allí gozan de una protección equivalente a la comunitaria. Pero no son admisibles las "devoluciones masivas". Y la UE debe garantizar que los migrantes puedan presentar la solicitud de asilo, y el recurso si fuera necesario.

Aun así, la UE quiere dotar a las autoridades griegas de los medios suficientes para que eso pueda hacerse con la máxima rapidez (en pocos días). Y, aunque merezcan protección, los griegos podrán devolver a los sirios --y a los migrantes de otras nacionalidades con los mismos problemas, como los eritreos-- de vuelta a Turquía. Para ello, tanto Grecia como Turquía deben comprometerse a aprobar modificaciones legales. En el caso de Turquía esos cambios serán muy sustanciales: Ankara debe dar la misma protección a los refugiados sirios y a otros que daría a los europeos, algo que ahora no ocurre. Eso puede retrasar meses la puesta en práctica del pacto.

Además, Bruselas impone límites al número de asilados que aceptará con ese modelo que define como "extraordinario y temporal", consistente en readmitir a un refugiado sirio desde Turquía por cada uno reenviado al país vecino. Ese esquema apenas durará "semanas o como máximo meses", según una alta fuente europea. La Comisión apunta que solo 72.000 personas podrán beneficiarse del acuerdo: 18.000 de las 22.500 reubicaciones acordadas en julio del año pasado, más 54.000 plazas adicionales correspondientes al esquema de reubicación de refugiados dentro de la UE. Esa es la dotación para el programa que permite a Turquía enviar a la UE a un sirio por cada sirio que sea devuelto desde Grecia. "No se trata de un programa ilimitado", según fuentes europeas. Es decir, aunque la UE acabe reenviando a cientos de miles, solo reasentará desde Turquía a 72.000. El Consejo Europeo espera, eso sí, que una vez cesen los flujos los países se animen -siempre de forma voluntaria- a acoger a más personas.
Dudas legales

Con todo, el acuerdo no está nada claro. Diversas delegaciones --entre ellas, la española-- han expuesto sus dudas al respecto. Las principales siguen siendo las legales, que Bruselas trata de sortear con ese enjuague que consiste en el "tratamiento individualizado" de los refugiados y descartando las devoluciones masivas. Pero hay más. Varios socios muestran sus preocupaciones por la posibilidad de que el cierre de la ruta balcánica reabra otras vías (a través de Libia o de Marruecos, por ejemplo). Las capitales tampoco ven claras muchas de las concesiones a Turquía, en particular la aceleración de la liberalización de visados: los turcos podrán viajar a Europa sin visados desde junio, según el preacuerdo de la semana pasada, pero para ellos deberían cumplir con 72 requisitos que ahora mismo están lejos de satisfacer. Ankara "debería cumplirlos a finales de abril", según la Comisión. "No va a haber atajos", subraya Timmermans.

Varias delegaciones muestran también dudas con los 3.000 millones de euros adicionales para mejorar las condiciones de los sirios refugiados en Turquía. Esos fondos solo se liberarán cuando se agoten los 3.000 millones ya aprobados. Bruselas avala también la aceleración de las negociaciones de acceso de Turquía a la Unión Europea -con la apertura de cinco nuevos capítulos, a pesar del veto de Chipre al respecto.

"Estamos de acuerdo en que los sirios, los eritreos, los afganos o los iraquíes tengan protección internacional. Pero intentamos mandar un mensaje claro: si esos migrantes, que tienen derecho a asilo, están dispuestos a esperar una solución legal, podrán entrar en Europa. Si usan las mafias para llegar a Grecia serán devueltos a Turquía", ha asegurado Timmermans.

Más allá de los tratos con Turquía, el reparto de refugiados dentro de Europa marcha a un ritmo exasperantemente lento. De los 160.000 que se acordó reubicar desde Grecia e Italia al resto de socios, el pasado septiembre, solo se han traslado 937. La Comisión pide que se aceleren los procedimientos hasta llegar a 5.600 al mes, algo de momento muy lejano.

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