Amarga historia de una madre que busca justicia para su hijo Fabián, víctima de las pandillas y del Borolas
La Paz, ANF
El 8 de agosto de 2015 Fabián Gastón Ávila (22) murió atacado con un arma blanca y, según las imágenes registradas por una cámara de seguridad ciudadana y testigos, el autor del hecho sería Miguel Ángel Suaznabar Portillo, más conocido como “El Borolas”.
Desde esa fecha, María del Carmen Ávila, madre del joven asesinado, peregrina día y noche en busca de justicia. Ese fatídico día ella se encontraba en España, donde radicaba hace un par de años trabajando para enviar dinero para la manutención de sus dos hijos. Se enteró de lo sucedido por una prima e inmediatamente viajó a Bolivia. Llegó al velorio y entierro de su hijo y solo después tuvo conocimiento de las circunstancias y los pormenores de su asesinato.
“Yo no voy a parar hasta que se haga justicia por la muerte de mi hijo. Yo no sé qué pasa con la policía, con la justicia, la fiscalía, existen todos los elementos que incriminan al principal sospechoso y hasta ahora no se hace justicia. No sé qué más tiene que pasar. Mi hijo no tenía antecedentes, esta gente que lo ha matado es gente con un largo prontuario y está libre”, sostuvo.
Ávila explicó que el día de la muerte de su hijo, él asistió a una fiesta organizada por el grupo F-ridaz en la discoteca Amnesia ubicada en la calle Sucre, al interior de la misma se desató una pelea por lo que el dueño del local ordenó que se apaguen las luces y procedió a desocupar el local. En ese ínterin y aprovechando el desorden, L.A.C., miembro del grupo F-ridaz y amigo del joven asesinado, se habría dedicado a robar celulares de guardarropía, entre ellos el de la hermana de Borolas, Yessica Suaznabar. Al parecer, ese fue el motivo para que la pandilla de Borolas persiguiera al otro grupo hasta el pasaje Núñez del Pardo, de donde lograron escapar, para ser luego interceptados por tres automóviles a la altura de la avenida 16 de Julio y Colombia.
Fue ahí donde Fabián intentó defender a su amigo. En ese lugar, la cámara de seguridad captó cómo el Borolas sacó un arma blanca, luego la cámara gira y cuando vuelve a registrar la escena del crimen, el joven yace en el piso.
En el velorio de su hijo, la madre se comprometió a dar con los culpables y no ha parado en esa búsqueda. Entonces accedió a las imágenes de seguridad ciudadana y por declaraciones de los mismos “amigos” de su hijo se enteró que el autor del crimen era el Borolas. En septiembre, contrató los servicios legales del abogado Wilson Echave, quien presentó la denuncia de la muerte de Fabián ante las instancias pertinentes.
Sin embargo, en primera instancia, la abogada designada por el Ministerio Público le pidió 7 mil bolivianos supuestamente para entregarles a los policías, con el fin de que agilicen la investigación. “Desde un principio me quisieron extorsionar”, señaló la mujer.
Pero el día 7 de septiembre, ocurre un hecho que podría haber sido la oportunidad para ver al presunto asesino de su hijo pagando su culpa. Esa noche, en la discoteca La Diosa, el Borolas cometió un robo agravado y agredió con arma blanca al dueño del local, Ernesto Córdova. Al día siguiente, con notoria celeridad, la policía lo capturó y, dos días después, fue imputado por los delitos de robo agravado e intento de asesinato.
El mismo día de la audiencia cautelar, Echave tuvo conocimiento de la aprehensión de Borolas., por lo que Ávila se constituyó para que se escuche su declaración y denuncia por el asesinato de su hijo. Sin embargo estas no fueron tomadas en cuenta en dicho proceso.
Pero Borolas sí ingresó a la cárcel de San Pedro por el caso Córdova y guardó reclusión por tan solo tres meses, pese a contar con antecedentes penales.
La madre, pensando que el caso seguiría su curso, después de haber visto al Borolas en prisión, se fue nuevamente a España. Sin embargo, al ver que el proceso no avanzaba, retornó definitivamente a Bolivia, dejando su fuente laboral. Entonces se dio cuenta que su abogado apenas en noviembre, tres meses después de la muerte de su hijo, presentó la querella formal contra el acusado. Pero además detectó otra irregularidad, Echave no había presentado los antecedentes penales del Borolas que se habían solicitado en septiembre y que debían servir como agravantes en el juicio.
Borolas fue convocado a declarar aproximadamente ocho veces y ninguna audiencia precedió, por no contar con la presencia del acusado o de su abogado, que finalmente derivaron en que en diciembre, Borolas, luego de pagar fianza y presentar garantías, sea liberado sin haber declarado por el caso de la muerte de Fabián.
Entonces, la mujer se dio cuenta que su defensa no procedía con celeridad y apartemente tampoco con trasparencia, por lo que decidió prescindir de los servicios legales de Echave y se acogió al Servicio Plurinacional de Asistencia a la Víctima del Ministerio de Justicia, donde le asignaron un nuevo abogado, quien el 2 de febrero emitió un pedido para que Borolas se presente a declarar, lo que finalmente ocurrió el 16 de febrero. Entonces Borolas negó haber cometido el hecho y señaló que el día de los sucesos encontraba en una discoteca en las inmediaciones de la Universidad Mayor de San Andrés.
Posteriormente, se le impuso un plazo para que pueda presentar testigos y otros descargos que certifiquen que él no estaba en lugar, a pesar de existir un video que lo incrimina directamente. El próximo 23 de marzo se celebrará una audiencia, donde se espera que el acusado se presente, aunque existe la versión de que habría salido del país.
Asimismo, Ávila comentó que en reiteradas oportunidades ha sido amenazada mediante llamadas y mensajes, incluso en alguna oportunidad se le ha acercado gente en la calle amenazándola, por lo que la mujer ha pedido garantías a la policía, considerando que las pandillas son peligrosas, sin embargo a la fecha ese requerimiento tampoco ha sido atendido
Para la madre, toda esta peregrinación ha significado un enorme gasto económico que no tiene comparación al desgaste emocional y psicológico del que ella y su familia han sido víctimas después de ese 8 de agosto.
Ahora, la madre de Fabián pide a las autoridades policiales que den con el principal sospechosos de la muerte de su hijo y que los administradores de justicia cumplan con su labor de administrar la justicia de forma proba, oportuna y trasparente.
El 8 de agosto de 2015 Fabián Gastón Ávila (22) murió atacado con un arma blanca y, según las imágenes registradas por una cámara de seguridad ciudadana y testigos, el autor del hecho sería Miguel Ángel Suaznabar Portillo, más conocido como “El Borolas”.
Desde esa fecha, María del Carmen Ávila, madre del joven asesinado, peregrina día y noche en busca de justicia. Ese fatídico día ella se encontraba en España, donde radicaba hace un par de años trabajando para enviar dinero para la manutención de sus dos hijos. Se enteró de lo sucedido por una prima e inmediatamente viajó a Bolivia. Llegó al velorio y entierro de su hijo y solo después tuvo conocimiento de las circunstancias y los pormenores de su asesinato.
“Yo no voy a parar hasta que se haga justicia por la muerte de mi hijo. Yo no sé qué pasa con la policía, con la justicia, la fiscalía, existen todos los elementos que incriminan al principal sospechoso y hasta ahora no se hace justicia. No sé qué más tiene que pasar. Mi hijo no tenía antecedentes, esta gente que lo ha matado es gente con un largo prontuario y está libre”, sostuvo.
Ávila explicó que el día de la muerte de su hijo, él asistió a una fiesta organizada por el grupo F-ridaz en la discoteca Amnesia ubicada en la calle Sucre, al interior de la misma se desató una pelea por lo que el dueño del local ordenó que se apaguen las luces y procedió a desocupar el local. En ese ínterin y aprovechando el desorden, L.A.C., miembro del grupo F-ridaz y amigo del joven asesinado, se habría dedicado a robar celulares de guardarropía, entre ellos el de la hermana de Borolas, Yessica Suaznabar. Al parecer, ese fue el motivo para que la pandilla de Borolas persiguiera al otro grupo hasta el pasaje Núñez del Pardo, de donde lograron escapar, para ser luego interceptados por tres automóviles a la altura de la avenida 16 de Julio y Colombia.
Fue ahí donde Fabián intentó defender a su amigo. En ese lugar, la cámara de seguridad captó cómo el Borolas sacó un arma blanca, luego la cámara gira y cuando vuelve a registrar la escena del crimen, el joven yace en el piso.
En el velorio de su hijo, la madre se comprometió a dar con los culpables y no ha parado en esa búsqueda. Entonces accedió a las imágenes de seguridad ciudadana y por declaraciones de los mismos “amigos” de su hijo se enteró que el autor del crimen era el Borolas. En septiembre, contrató los servicios legales del abogado Wilson Echave, quien presentó la denuncia de la muerte de Fabián ante las instancias pertinentes.
Sin embargo, en primera instancia, la abogada designada por el Ministerio Público le pidió 7 mil bolivianos supuestamente para entregarles a los policías, con el fin de que agilicen la investigación. “Desde un principio me quisieron extorsionar”, señaló la mujer.
Pero el día 7 de septiembre, ocurre un hecho que podría haber sido la oportunidad para ver al presunto asesino de su hijo pagando su culpa. Esa noche, en la discoteca La Diosa, el Borolas cometió un robo agravado y agredió con arma blanca al dueño del local, Ernesto Córdova. Al día siguiente, con notoria celeridad, la policía lo capturó y, dos días después, fue imputado por los delitos de robo agravado e intento de asesinato.
El mismo día de la audiencia cautelar, Echave tuvo conocimiento de la aprehensión de Borolas., por lo que Ávila se constituyó para que se escuche su declaración y denuncia por el asesinato de su hijo. Sin embargo estas no fueron tomadas en cuenta en dicho proceso.
Pero Borolas sí ingresó a la cárcel de San Pedro por el caso Córdova y guardó reclusión por tan solo tres meses, pese a contar con antecedentes penales.
La madre, pensando que el caso seguiría su curso, después de haber visto al Borolas en prisión, se fue nuevamente a España. Sin embargo, al ver que el proceso no avanzaba, retornó definitivamente a Bolivia, dejando su fuente laboral. Entonces se dio cuenta que su abogado apenas en noviembre, tres meses después de la muerte de su hijo, presentó la querella formal contra el acusado. Pero además detectó otra irregularidad, Echave no había presentado los antecedentes penales del Borolas que se habían solicitado en septiembre y que debían servir como agravantes en el juicio.
Borolas fue convocado a declarar aproximadamente ocho veces y ninguna audiencia precedió, por no contar con la presencia del acusado o de su abogado, que finalmente derivaron en que en diciembre, Borolas, luego de pagar fianza y presentar garantías, sea liberado sin haber declarado por el caso de la muerte de Fabián.
Entonces, la mujer se dio cuenta que su defensa no procedía con celeridad y apartemente tampoco con trasparencia, por lo que decidió prescindir de los servicios legales de Echave y se acogió al Servicio Plurinacional de Asistencia a la Víctima del Ministerio de Justicia, donde le asignaron un nuevo abogado, quien el 2 de febrero emitió un pedido para que Borolas se presente a declarar, lo que finalmente ocurrió el 16 de febrero. Entonces Borolas negó haber cometido el hecho y señaló que el día de los sucesos encontraba en una discoteca en las inmediaciones de la Universidad Mayor de San Andrés.
Posteriormente, se le impuso un plazo para que pueda presentar testigos y otros descargos que certifiquen que él no estaba en lugar, a pesar de existir un video que lo incrimina directamente. El próximo 23 de marzo se celebrará una audiencia, donde se espera que el acusado se presente, aunque existe la versión de que habría salido del país.
Asimismo, Ávila comentó que en reiteradas oportunidades ha sido amenazada mediante llamadas y mensajes, incluso en alguna oportunidad se le ha acercado gente en la calle amenazándola, por lo que la mujer ha pedido garantías a la policía, considerando que las pandillas son peligrosas, sin embargo a la fecha ese requerimiento tampoco ha sido atendido
Para la madre, toda esta peregrinación ha significado un enorme gasto económico que no tiene comparación al desgaste emocional y psicológico del que ella y su familia han sido víctimas después de ese 8 de agosto.
Ahora, la madre de Fabián pide a las autoridades policiales que den con el principal sospechosos de la muerte de su hijo y que los administradores de justicia cumplan con su labor de administrar la justicia de forma proba, oportuna y trasparente.