Aduriz saca sus uñas en Mestalla
Valencia, As
Aritz Aduriz apareció en Mestalla para hacer un gol que le da al Athletic el pase a los cuartos de final y que dejó en nada el buen hacer de un Valencia que se vuelve a ir de Europa contra un equipo español con cara de “qué he hecho yo para merecer esto”. Los de Gary Neville rozaron la remontada. De hecho la llegaron a lograr con los goles de Santi Mina y Santos. Pero Aduriz, en una acción precedida de polémica al golpear el balón en la mano de Susaeta, mandó al traste el pundonor blanquinegro.
La tarde comenzó como acabó el partido de San Mamés, con una ocasión de Aduriz. Pero a partir de ahí nada fue igual a lo visto en la ida. El Valencia, con Gayà siendo el Gayà de antaño y con Vezo como si fuera lateral toda la vida, fue arrinconando al Athletic, un equipo que se sintió atado en corto como Beñat por Danilo y Javi Fuego y que veía cómo los balones divididos siempre acaban del bando blanquinegro. Y así, tras un contragolpe guiado por Gayà, un remate de Negredo y la pillería de Mina para adelantarse a los centrales tras el rechace de Herrerín, fue como el Valencia igualaba la eliminatoria.
Solo habían transcurrido 12’ y el encuentro se ponía como Gary Neville hubiera soñado. Su Valencia daba a su público lo que éste pedía para estar de principio a fin siendo parte de la remontada y no juez de su temporada. Para el Athletic todo eran señales negativas, como la lesión de Muniain. Y la cosa se les torció aún más a los de Valverde cuando Santos se sacó de la chistera, de nuevo tras centro de Gayà, un remate de cabeza que para su colección quisiera más de un especialista en la materia. Corría el 38’ y el Valencia le había dado la vuelta a la eliminatoria. Hasta Mat Ryan se sumaba a la fiesta ché con una parada a Laporte al filo del descanso.
Tras la reanudación los papeles de unos y otros estaban claros. El Athletic iba a tener el control de la pelota y el Valencia, a defender su remontada y a ponerle velocidad a sus salidas. Los de Valverde, aún con la pelota, ni se sentían cómodos ni encontraban la profundidad necesaria como para poner en aprietos a Ryan. Al contrario. Quien estuvo más cerca de dar la puntilla fue un omnipresente Gayà.
Pero claro, un gol del Athletic alteraba el orden establecido y por ello Mestalla estaba como un padre primerizo en la sala de espera del paritorio. Los de Neville tenían 45’ por delante para demostrar que también podían dejar su portería a cero. Pero fracasaron. Beñat empezó a poder dejarse ver y por el lado de Susaeta y De Marcos comenzaban a encontrar una vía de aproximación. Y por ese lado derecho nació la acción del gol de Aduriz, precedido de un majestuoso pase de tacón de Raúl García y unas manos de Susaeta que Gary Neville protestó hasta que el árbitro le echó.
El Valencia tenía 16’ por delante para no quedarse otra vez a las puertas de una remontada como le sucediera hace dos años contra el Sevilla. Neville sacó a Alcácer mientras que Valverde ya tenía todas sus piezas de refresco colocadas de antemano al 2-1. Y precisamente la tuvo Alcácer, cuyo remate de cabeza a bocajarro se topó con Herrerín. Mestalla empujó lo que pudo y más cuando el colegiado prolongó el partido 5 minutos. Pero sus opciones de pasar a cuartos de final se evaporaron y su temporada prácticamente se acabó con un lanzamiento de falta de Dani Parejo que se marchó fuera. El Athletic se puso el mono de faena e hizo valer el gol de un hombre hecho y derecho como es Aduriz, quien a sus 35 años llama cual adolescente a la puerta de Del Bosque.
Aritz Aduriz apareció en Mestalla para hacer un gol que le da al Athletic el pase a los cuartos de final y que dejó en nada el buen hacer de un Valencia que se vuelve a ir de Europa contra un equipo español con cara de “qué he hecho yo para merecer esto”. Los de Gary Neville rozaron la remontada. De hecho la llegaron a lograr con los goles de Santi Mina y Santos. Pero Aduriz, en una acción precedida de polémica al golpear el balón en la mano de Susaeta, mandó al traste el pundonor blanquinegro.
La tarde comenzó como acabó el partido de San Mamés, con una ocasión de Aduriz. Pero a partir de ahí nada fue igual a lo visto en la ida. El Valencia, con Gayà siendo el Gayà de antaño y con Vezo como si fuera lateral toda la vida, fue arrinconando al Athletic, un equipo que se sintió atado en corto como Beñat por Danilo y Javi Fuego y que veía cómo los balones divididos siempre acaban del bando blanquinegro. Y así, tras un contragolpe guiado por Gayà, un remate de Negredo y la pillería de Mina para adelantarse a los centrales tras el rechace de Herrerín, fue como el Valencia igualaba la eliminatoria.
Solo habían transcurrido 12’ y el encuentro se ponía como Gary Neville hubiera soñado. Su Valencia daba a su público lo que éste pedía para estar de principio a fin siendo parte de la remontada y no juez de su temporada. Para el Athletic todo eran señales negativas, como la lesión de Muniain. Y la cosa se les torció aún más a los de Valverde cuando Santos se sacó de la chistera, de nuevo tras centro de Gayà, un remate de cabeza que para su colección quisiera más de un especialista en la materia. Corría el 38’ y el Valencia le había dado la vuelta a la eliminatoria. Hasta Mat Ryan se sumaba a la fiesta ché con una parada a Laporte al filo del descanso.
Tras la reanudación los papeles de unos y otros estaban claros. El Athletic iba a tener el control de la pelota y el Valencia, a defender su remontada y a ponerle velocidad a sus salidas. Los de Valverde, aún con la pelota, ni se sentían cómodos ni encontraban la profundidad necesaria como para poner en aprietos a Ryan. Al contrario. Quien estuvo más cerca de dar la puntilla fue un omnipresente Gayà.
Pero claro, un gol del Athletic alteraba el orden establecido y por ello Mestalla estaba como un padre primerizo en la sala de espera del paritorio. Los de Neville tenían 45’ por delante para demostrar que también podían dejar su portería a cero. Pero fracasaron. Beñat empezó a poder dejarse ver y por el lado de Susaeta y De Marcos comenzaban a encontrar una vía de aproximación. Y por ese lado derecho nació la acción del gol de Aduriz, precedido de un majestuoso pase de tacón de Raúl García y unas manos de Susaeta que Gary Neville protestó hasta que el árbitro le echó.
El Valencia tenía 16’ por delante para no quedarse otra vez a las puertas de una remontada como le sucediera hace dos años contra el Sevilla. Neville sacó a Alcácer mientras que Valverde ya tenía todas sus piezas de refresco colocadas de antemano al 2-1. Y precisamente la tuvo Alcácer, cuyo remate de cabeza a bocajarro se topó con Herrerín. Mestalla empujó lo que pudo y más cuando el colegiado prolongó el partido 5 minutos. Pero sus opciones de pasar a cuartos de final se evaporaron y su temporada prácticamente se acabó con un lanzamiento de falta de Dani Parejo que se marchó fuera. El Athletic se puso el mono de faena e hizo valer el gol de un hombre hecho y derecho como es Aduriz, quien a sus 35 años llama cual adolescente a la puerta de Del Bosque.