Si no hay gol hay suspense
Eindhoven, As
No hubo clic en el Philips Stadion. Ni de Griezmann ni de un Atlético cegado arriba, apagado, off, kaput. Y, sin gol, todo es suspense y un eterno caminar por el alambre. De ayer no se puede decir que no lo intentara el Atleti. Porque lo hizo, de todos los modos posibles. Con balones largos o de jugada. Desde fuera y en el área. Con Vietto, Correa o Torres. Contra once o contra diez, pero nada, siempre nada. O el balón se va al aire o el portero rival se convierte en internacional. Por ahí, al Cholo ya se le escapó la Copa del Rey y también casi la Liga. El Calderón contará el próximo 15 de marzo cual es el final de esta eliminatoria de octavos de la Champions ante el PSV. De la ida, el Philips Stadion sólo puede decir 0-0, otro maldito 0-0, cinco lleva ya el Atleti esta temporada.
Los primeros cuarenta y cinco minutos fueron a ratos plácidos, a ratos locos. Ninguno de los dos equipos lograba hacerse con el control, a pesar de que ambos equipos acumulaban jugadores en el centro, que Guardado había regresado al PSV y que Óliver era titular en el Atleti mes y medio después. Aún así, fue un milagro que el marcador dijera 0-0 cuando el árbitro pitó el descanso. Y es que la primera jugada del Atlético había sido un aviso: en el 2', Gabi buscó el desmarque de Vietto con un balón desde 40 metros, el argentino la picó ante un Zoet vencido y tuvo que correr Bruma para sacar el balón bajo palos.
Con Óliver medio apagado, Koke intermitente y Gabi tan enorme como demasiado solo, los balones largos eran una vez más, el mejor arma, para desarbolar a todo PSV en un par de toques. La segunda vez que lo intentó el Atlético los protagonistas fueron Savic y Koke. Idéntico pase de 40 metros del central desde su campo, vaselina del canterano, despeje de Zoet. Un calco. La tercera vez fueron tres los toques y resultó la ocasión más clara del partido: Gabi peleió un balón el centro de cabeza y Koke, al primer toque, busca a Griezmann pero la picada del francés la saca Zoet con una mano de balonmano. Preocupa Griezmann, que hace un mes esa la metía. Ayer el francés se había cambiado hasta ligeramente el pelo, más despeinado, buscando la cresta, a ver si así, pero no funcionó. Desde que Griezmann no sonríe todo es más difícil.
Justo después de la de Griezmann tuvo el PSV la suya, la más clara, un remate a bocajarro de Propper (soberbio, un míster en el campo) que despejó Oblak. Hacía varios partidos que el esloveno no hacía una de las suyas. Pero da igual. Le exigan o no, él siempre está. Atento. De milagro. San Oblak. Después del descanso quien le probó fue Koke, que casi marca en la portería que no debe al ir a despejar un centro de Willens. Hubiera sido de traca. Como fue el gol que no fue de Godín: lo marcó tras rematar de cabeza un córner subiéndose a caballito a los lomos de Moreno. Sólo le faltó decir arre. El árbitro, claro, lo anuló. Y el Atlético siguió buscándolo, contra once y contra diez los 25 minutos que el PSV jugó sin Pereiro. Lo intentó Gabi desde fuera del área pero paró Zoet. Y también Torres, pero el balón se fue alto. Y de córner, que lanzó diez. Pero el balón jamás volvió a entrar y al Atlético se fue con el empate y la sensación de una oportunidad perdida.