Rusia y EE UU discrepan de la fecha para un alto el fuego en Siria

Medvédev agita el fantasma de una guerra permanente o incluso una mundial

Luis Doncel
Múnich, El País
El hotel Hilton de Múnich acogió ayer el pulso que los principales actores internacionales de la guerra siria echan para lograr una salida del conflicto lo más cercana a sus intereses. Mientras que la situación para los civiles se complica más y más, las potencias negociaban un alto el fuego que parecía casi imposible. Los jefes de las diplomacias de EE UU y Rusia representaban a los bandos: el primero exigía un alto el fuego ya y el segundo, dejarlo para el 1 de marzo.


Son solo dos semanas y media de diferencia, pero este es un tiempo precioso para que el presidente Bachar el Asad, que tiene en Moscú a su gran valedor, consolide sus avances militares y pueda sentarse en una futura mesa negociadora con una posición de fuerza. “Hemos hecho propuestas de alto el fuego totalmente concretas. Esperamos a la respuesta norteamericana”, decía el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, después de reunirse con su homólogo estadounidense, John Kerry. Pero este, según las fuentes diplomáticas consultadas, se mostraba inflexible en su exigencia de un cese inmediato de las hostilidades.

Tras estos dos grandes gigantes diplomáticos, discutían los representantes de organismos internacionales (la UE, la Liga Árabe y la ONU), países europeos (Francia, Alemania y Reino Unido), actores regionales (Irán, Arabia Saudí, Turquía, Egipto, Irak, Jordania, Líbano, Omán, Qatar y Emiratos Árabes) y China. Una muestra de cómo se ha deteriorado la situación en los últimos meses es que, cuando las potencias extranjeras se reunieron el pasado octubre en Viena (Austria), el gran punto conflictivo era el papel que El Asad debía desempeñar en una hipotética futura Siria en paz. Ahora, cinco años después de que comenzara la guerra, que ha causado al menos 250.000 muertos, ni siquiera se ponen de acuerdo en cómo y cuándo habría que dejar de tirar bombas.

“Estamos en las fases iniciales del diálogo. Y lo mejor que hoy puede salir de Múnich es un compromiso muy vago en el que se fijen algunas condiciones para rebajar las hostilidades. Nada parecido a una tregua completa y duradera”, dice Julien Barnes-Dacey, del centro de estudios European Council on Foreign Relations.

Guerra permanente

Todo se complicó aún más la semana pasada, cuando se interrumpieron las conversaciones de paz que se celebraban en Ginebra (Suiza) a los pocos días de empezar. Los negociadores insistieron en que no se trataba de una cancelación, sino tan solo de un retraso, pero era evidente que la negociación estaba encallada.

La escalada verbal ha continuado desde entonces. El primer ministro ruso, Dmitri Medvédev, que participará en la Conferencia de Seguridad que comienza hoy en Múnich, alertó sobre la posibilidad de una guerra permanente o incluso una guerra mundial si las potencias no son capaces de negociar una salida negociada. “Los americanos y nuestros socios árabes deberían pensar bien: ¿desean una guerra permanente? Sería imposible de ganar, especialmente en el mundo árabe, en el que todo el mundo lucha contra todo el mundo”, dijo Medvédev en una entrevista al diario económico alemán Handelsblatt.

La tensión diplomática se solapa con el agravamiento del sufrimiento de los civiles. Según la Cruz Roja, unas 50.000 personas han tenido que abandonar sus hogares, sobre todo al norte de la provincia de Alepo, por la última ofensiva del régimen de El Asad apoyada por bombardeos rusos. Algunas rutas para el envío de ayuda humanitaria han sido cortadas. Además, una nueva estimación de los fallecidos en un lustro de conflicto eleva la cifra considerablemente. Según el Centro Sirio de Investigación Política, los muertos causados directa o indirectamente por la guerra son 470.000, casi el doble de los 250.000 que calcula la ONU, que dejó de contarlos hace 18 meses.

Entradas populares