Racing se impuso a un Boca sin ataque

Racing ganó el clásico con una delicia de Roger Martínez y estiró a cinco las victorias de manera consecutiva sobre el Boca de Arruabarrena, que no le sacó ni un punto desde que se sentó en el banco. El jueves se vuelven a ver, en la Bombonera, por la Copa.



Emiliano Sotomayor @emisotomayor
esotomayor@ole.com.ar
No importa si se juega en Avellaneda o en La Boca: si es contra Arruabarrena, este Racing lo gana caminando.

Boca ni siquiera pudo sacarle un empate desde que el Vasco se sentó en el banco. Cinco clásicos, cinco derrotas. Antes con Cocca; ahora, con Sava. Y si no juega Bou, el arma letal de este equipo (ocho goles a Boca en los últimos cuatro partidos), la Academia se lo gana con una genialidad de Roger Martínez. Paternidad al taco.


En el Cilindro no hubo una marcada superioridad de Racing, pero aún así se quedó con la victoria. Y lo hizo porque en los pocos minutos que dominó el encuentro supo sacar diferencia. A Boca, en cambio, le costó horrores hacerlo. Sin 9 ni un enlace definido, generar situaciones de peligro se convirtió en un karma. Tuvo mucho la pelota, pero pocas veces pudo llegarle con claridad al arco de Ibáñez. Que Pablo Pérez llegue por sorpresa al área rival es un acierto que muta a desacierto cuando se lo obliga a jugar en una posición que decididamente no siente. ¿Por qué no adelantar a Bentancur, un futbolista mucho más apto para ese puesto? La respuesta sólo la tiene Arruabarrena, quien en Colombia, luego de la lesión de Lodeiro, había optado por jugar de la misma manera.


El Vasco entendió que había cometido un error recién en el entretiempo, cuando Racing ya estaba 1-0. Ahí mandó a la cancha a Chávez y corrió a Tevez al medio, ubicádolo casi como centrodelantero (después se tiró unos metros más atrás). Y entonces, con Palacios a la derecha y el Comandante a la izquierda, Carlitos creció y Boca fue otro equipo, no desde lo compacto pero sí desde lo agresivo. Tuvo un mano a mano clarísimo, algunos remates de media distancia y al menos una decena de centros que cayeron al punto del penal y que convirtieron a Ibáñez en figura, no porque Boca lo haya bombardeado sino por la seguridad que le dio a Racing bajo los tres palos.
Gran atajada de Ibañez para que Racing siga ganando

¿Por qué ganó Racing, entonces? Porque aunque no tuvo a Bou desde el arranque encontró en Roger al goleador que tanto le falta a Boca, que, con Osvaldo lesionado (¿¡llega al jueves?!) sigue pagando las consecuencias de no haber traído otro 9. Más allá de que Chávez pueda aportar desde el esfuerzo, ni él ni ninguno de los jugadores del plantel tienen al área contraria como hábitat. Sin más alternativas, ¿no es tiempo de apostar por alguno de los chicos de la Reserva?

El jueves, por la Copa y en una Bombonera a puertas cerradas, Racing y Boca volverán a verse las caras. Tal vez con la vuelta de Dani Stone y Lodeiro la historia sea diferente...

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