Por qué solo Pep Guardiola puede ganar tanto como Lionel Messi

Múnich, Goal.com
El técnico del Bayern Múnich pasará a otro nivel con su salario en el Manchester City, al alcance de muy pocos jugadores.
Hay una corriente entre algunos aficionados del mundo del fútbol que aseguran que el juego moderno ha muerto. Hay quienes se ven a sí mismos como verdaderos fans y que echan de menos el tiempo cuando las cosas eran más simples. Esos eran los días antes de TV vía satélite y Qatar 2022, cuando ningún esfuerzo para un atractivo global se hizo por parte de los clubes.

Hay consuelo en esa especie de nostalgia, ya que recuerda a la gente que el juego que pasan gran parte de su vida viendo es exactamente eso; un juego puro y simple. Esa línea de pensamiento hace que Pep Guardiola pueda ser un referente. Él está lleno de historia de fútbol; todo el camino desde Johan Cruyff, difundiendo el mensaje total de fútbol en el Barcelona y una plantilla para la eternidad. Pep fue, después de todo, elegido a dedo por Cruyff para ser el "eje" de su equipo ideal.

Sin embargo, su herencia no ha pasado desapercibida para los anunciantes. Por ejemplo, Adidas firmó a Guardiola como embajador de la Liga de Campeones en 2013, en la misma temporada que llegó al Bayern, con un sueldo de un millón de euros, algo entendible y nada comparable a lo que la marca deportiva genera para su estandarte Lionel Messi.

"Adidas tiene un patrimonio increíble, pero al mismo tiempo también están orgullosos de estar a la vanguardia de fútbol y estas son dos cualidades que admiro mucho", dijo Guardiola en el comunicado de prensa que acompañó a su firma.

Pep creció como futbolista y entrenador a través de los años en los que el fútbol cambió - para mejor o peor. Es la manifestación principal de lo que el fútbol es en este momento - con su espíritu capitalista rapaz y sus contradicciones. Los clubes en los que ha trabajado -Barcelona y Bayern Munich - son el tipo de grandes gigantes tradicionales por los que se define el fútbol. Al igual que Pep, una mezcla entre los valores antiguos y otros nuevos y emergentes. Se hace constante referencia a la forma en que Qatar, por ejemplo, trata a sus trabajadores migrantes, la tasa de muertes en los proyectos de construcción. Pero Guardiola parece no tener reparos. Fue un pionero jugando allí y luego uno de las caras visibles en la candidatura de la Copa del Mundo de 2022. 

No hay ninguna consideración moral de esas decisiones. Es el nuevo fútbol de alto nivel; depende de la riqueza de los estados y las personas que quieren la limpieza de reputación a cambio de su dinero. El Manchester City, nuevo equipo de Pep, es quizás el mejor ejemplo con sus inversores de Abu Dabi, o también el París Saint-Germain, Barcelona y Bayern con sus lazos a Qatar. Arsenal y Real Madrid tienen patrocinio que proviene principalmente de Dubai. El dinero, sea cual sea la fuente, debe fluir hasta los mejores clubes. Es lo que los sostiene. Y en los mejores clubes es donde nos encontramos con gente como Pep Guardiola.

Guardiola será el entrenador de fútbol mejor pagado en la historia al unirse al Manchester City la próxima temporada. Las estimaciones más recientes calculan que se embolsará entre 20 y 25 millones de euros anuales en el Etihad. Las figuras de los jugadores y lo entrenadores se han sitúado a otro nivel en los nuevos tiempos, por encima de los clubes. La ambición de ganar el Balón de Oro coincide ahora con la ambición de ganar trofeos en equipo. Y ahora más que nunca, los clubes más grandes tienen grandes talentos y se necesita a alguien muy capaz para motivar y dirigir un equipo construido con egos.

Existe la posibilidad de que un entrenador pueda ser visto como un títere entre un elenco de estrellas. Hemos visto que esto ha pasado con Rafael Benítez en el Real Madrid esta misma temporada. Las limitaciones no están permitidas para clubes como el Barcelona o el Bayern. Las soluciones se compran. No hay excusa para el fracaso. Se espera que estos clubes ganen. Ta es su reputación ahora, que no se espera nada menos de Guardiola que el triplete en Manchester.

Guardiola sabe manejar la presión a diario porque posee una creencia inquebrantable en su propia manera de jugar al fútbol. Él confía en sus propias capacidades para reinventar su equipo y sus jugadores, pero sus ideas requieren a los mejores jugadores. Por esta razón, el argumento de que Guardiola debe demostrar su valía en un equipo más pequeño cae tan fácilmente. Hubo una vez un gran técnico, Brian Clough, que llevó al Nottingham Forest hasta el ascenso, para después ganar la liga y dos Copas de Europa seguidas. Antes había que demostrar las cosas así, no existían los superclubes.

Sería imposible para Guardiola trabajar con jugadores promedio cuando ha pasado casi una década entrenando clubes de prestigio que ofrecen la talla de Lionel Messi, Xavi Hernández y Thomas Muller. En el City, llega ahora el momento de cambiar. Es una interpretación de un partido de fútbol que nunca se ha leído en tal manera antes. Cada partido es una sinfonía, compuesta en honor de la oposición. Guardiola interpreta el fútbol de otra dimensión. Ese tipo de fútbol es digno de 20 millones al año y no es tan malo ayudarse de Abu Dhabi o Qatar para permitirlo.