Morata marca de penalti y la Juventus sigue líder del Calcio
El equipo de Turín cosechó una victoria cómoda ante el Inter gracias a los goles de Bonucci y el español de penalti. La Juve está a cuatro del Nápoles.
Turín, As
La Juve derrotó en su estadio a un Inter generosa y ordenada, aunque sencillamente inferior: los bianconeri, con el paso de los minutos, mostraron plácidamente su superioridad y gracias a un gol regalado por D'Ambrosio a Bonucci poco después de la reanudación, gestionaron el ritmo de juego a su gusto hasta el pitido final, al que llegaron con un 2-0 en el marcador tras un penalti forzado y realizado por Morata.
Los contrincantes, ambos en el campo con un 3-5-2 cuyas parejas de delanteros eran Mandzukic-Dybala en un lado e Icardi-Palacio en el otro, protagonizaron una primera mitad muy animada, con ocasiones en las dos áreas: los bianconeri golpearon el travesaño con un latigazo de Hernanes después de apenas cinco minutos, mientras que los visitantes desperdiciaron un gran balón con Icardi, que no aprovechó un buen centro de Palacio. La Vecchia Signora (que perdió a Chiellini otra vez por lesión, fue sustituido por Rugani) fue superior, pero los nerazzurri saltaron al campo del 'Stadium' muy ordenados y dieron la impresión de creer en la hazaña.
Sin embargo, todo el buen trabajo del conjunto de Mancini en los 45' iniciales fue tirado apenas dos minutos después de la reanudación: D'Ambrosio desvió con la cabeza (y con torpeza) un lanzamiento de falta de Dybala, regalando el balón a un solísimo Bonucci, que batió a Handanovic con una volea. Poco después, además, el mismo Dybala pudo sentenciar tras un buen centro de Alex Sandro, pero su chut acabó fuera y a partir de entonces el partido cambió.
Mancini sacó al lateral Telles y al mediocampista Medel reforzando su artillería con Ljajic y Perisic, dibujando un ofensivo 4-2-3-1: lo que consiguió fue hacerse con el control del balón, pero porque lo quiso la Juve. El campeón de Italia sabe de sobra que si se pone con dos líneas estáticas delante de Buffon, hacerle un gol es casi imposible (lleva ocho jornadas consecutivas sin encajar ninguno) y solo hace falta esperar el momento oportuno para armar un contragolpe para sentenciar.
Hoy lo hizo Morata: el español sustituyó a Dybala en el 82' y dos minutos después forzó un penalti por falta de Miranda, que él mismo trasformó llegando a 8 goles en este curso. El Inter no se rindió, y con orgullo buscó el asalto final para volver a meterse en el partido: esta vez sí consiguió llegar muy cerca de Buffon, pero superarlo ya es otra cosa. El legendario meta, con dos paradones, defendió su imbatibilidad que alcanzó el histórico récord de 746 minutos. La victoria llegó con otro 'clean sheet' y que manda otra gran señal a toda la Liga y sobretodo al Nápoles: los azzurri tiraron este lunes la oportunidad de volver a apoderarse del primer puesto empatando con el Milán 1-1 y mañana jugarán en Florencia para volver a situarse a un punto del líder. Que, por su parte, tiene toda la pinta de no querer volver a conceder regalitos a su único rival en la lucha por un Scudetto que en octubre parecía utopía. Y que ahora vuelve a ser habitual realidad.
Turín, As
La Juve derrotó en su estadio a un Inter generosa y ordenada, aunque sencillamente inferior: los bianconeri, con el paso de los minutos, mostraron plácidamente su superioridad y gracias a un gol regalado por D'Ambrosio a Bonucci poco después de la reanudación, gestionaron el ritmo de juego a su gusto hasta el pitido final, al que llegaron con un 2-0 en el marcador tras un penalti forzado y realizado por Morata.
Los contrincantes, ambos en el campo con un 3-5-2 cuyas parejas de delanteros eran Mandzukic-Dybala en un lado e Icardi-Palacio en el otro, protagonizaron una primera mitad muy animada, con ocasiones en las dos áreas: los bianconeri golpearon el travesaño con un latigazo de Hernanes después de apenas cinco minutos, mientras que los visitantes desperdiciaron un gran balón con Icardi, que no aprovechó un buen centro de Palacio. La Vecchia Signora (que perdió a Chiellini otra vez por lesión, fue sustituido por Rugani) fue superior, pero los nerazzurri saltaron al campo del 'Stadium' muy ordenados y dieron la impresión de creer en la hazaña.
Sin embargo, todo el buen trabajo del conjunto de Mancini en los 45' iniciales fue tirado apenas dos minutos después de la reanudación: D'Ambrosio desvió con la cabeza (y con torpeza) un lanzamiento de falta de Dybala, regalando el balón a un solísimo Bonucci, que batió a Handanovic con una volea. Poco después, además, el mismo Dybala pudo sentenciar tras un buen centro de Alex Sandro, pero su chut acabó fuera y a partir de entonces el partido cambió.
Mancini sacó al lateral Telles y al mediocampista Medel reforzando su artillería con Ljajic y Perisic, dibujando un ofensivo 4-2-3-1: lo que consiguió fue hacerse con el control del balón, pero porque lo quiso la Juve. El campeón de Italia sabe de sobra que si se pone con dos líneas estáticas delante de Buffon, hacerle un gol es casi imposible (lleva ocho jornadas consecutivas sin encajar ninguno) y solo hace falta esperar el momento oportuno para armar un contragolpe para sentenciar.
Hoy lo hizo Morata: el español sustituyó a Dybala en el 82' y dos minutos después forzó un penalti por falta de Miranda, que él mismo trasformó llegando a 8 goles en este curso. El Inter no se rindió, y con orgullo buscó el asalto final para volver a meterse en el partido: esta vez sí consiguió llegar muy cerca de Buffon, pero superarlo ya es otra cosa. El legendario meta, con dos paradones, defendió su imbatibilidad que alcanzó el histórico récord de 746 minutos. La victoria llegó con otro 'clean sheet' y que manda otra gran señal a toda la Liga y sobretodo al Nápoles: los azzurri tiraron este lunes la oportunidad de volver a apoderarse del primer puesto empatando con el Milán 1-1 y mañana jugarán en Florencia para volver a situarse a un punto del líder. Que, por su parte, tiene toda la pinta de no querer volver a conceder regalitos a su único rival en la lucha por un Scudetto que en octubre parecía utopía. Y que ahora vuelve a ser habitual realidad.
