Jonas rompe la igualdad en el descuento y complica al Zenit


Lisboa, As
Al final, entre la mediocridad, un partido se decide por una tontería. Dada la igualdad de Benfica y Zenit durante casi todo el partido, solo una estupidez o un destello de brillantez podía decidir el partido hacia uno u otro lado. En ausencia de ambos, lo normal era acabar con empate a cero, como ocurría hasta el minuto 90.


Hasta entonces, solo un destello de un apagado Gaitán pudo desnivelar el marcador, pero el cuerpo de Lodygin tapó la trayectoria del balón. Así que solo quedaba el recurso a la estupidez humana para que se perforara una u otra portería. Y cayó del lado ruso.

El lateral italiano Criscito, que se las había tenido toda la noche con su colega Almeida, le dio innecesariamente, al borde del área, una patada por detrás al lateral portugués. El árbitro, que tenía la mano ligera con las tarjetas, le sacó la segunda, pues la tontería de Criscito era recurrente, y se fue a la calle. Almeida sacó la falta y Jonás, en su único ramalazo como artillero en toda la noche, cabeceó a la red.

Un solitario gol que puede ser más que suficiente para pasar la eliminatoria, dado el equilibrio de los dos equipos y la falta de forma del Zenit en general y de alguno de sus emblemáticos jugadores, como Hulk, en particular. El Benfica tiene en su mano el pase a cuartos, aunque para ello deberá sustituir a la parte central de la defensa, que no podrá jugar en San Petersburgo por acumulación de tarjetas.

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