Excamarada da su versión: “No fue ‘El Killer’. Fue Pizarro. Yo reconocí su voz”

Especial para ANF / Cecilia Lanza
Lobo "Lo identificaron. ¡Aquí está!, gritó él, e inmediatamente sonaron los disparos. Yo reconocí su voz y supe desde el primer momento quién era el asesino de Marcelo Quiroga Santa Cruz", dice José C., compañero de curso de Franz Pizarro Solano en la Escuela Militar de Sargentos.


Compartieron dos años de estudios entre 1969 y 1971. Cómo olvidar su voz. José quiso ser oficial del Ejército boliviano pero sus recursos económicos solo le permitieron cursar dos años en la Escuela de Sargentos en Cochabamba donde compartió días y noches, durante aquellos veinticuatro meses, con Pizarro Solano y esa tanda de suboficiales que poco tiempo después terminó anclada en el fango de la dictadura.

Ni bien egresaron, en 1971, se arrimaron a Bánzer Suárez como hombres de confianza del exdictador. Posteriormente abandonó la carrera militar y comenzó a trabajar como visitador médico; se afilió a un sindicato y con el paso de los años acabó como Secretario Ejecutivo Nacional de la Confederación de Trabajadores de Salud de Bolivia.

En julio de 1980 se desempeñaba como miembro del Comité Ejecutivo Nacional de la Central Obrera Boliviana (COB) y miembro del Consejo Nacional de Defensa de la Democracia (CONADE). De modo que el jueves 17 de julio, día del golpe de Estado de Luis García Meza, a las 11:30 de la mañana, José estaba en la sede de la COB convocado por Juan Lechín Oquendo. Tras la toma por parte de los paramilitares, vio a Marcelo desplomarse y oyó la voz de su excamarada, Pizarro Solano. Estaba encapuchado, pero José supo que era él.

"Marcelo estaba con las manos en la nuca, me acuerdo, con una camisa negra y un saco gris. Fue en ese momento cuando los paramilitares encapuchados lo identificaron y gritaron: ¡aquí está! e inmediatamente sonaron los disparos y murió (?). Yo pasé sobre su cadáver. Reconocí la voz (de quien disparó) y supe desde el primer momento quién era el asesino de Marcelo Quiroga Santa Cruz".

Así contó José lo que había vivido el 17 de julio de 1980. "Junto a varios otros compañeros fui apresado y torturado (en) los calabozos del Ministerio del Interior y del DOP (Dirección de Orden Político)", afirma. Pero no divulgó su versión. Su testimonio fue recogido recién a mediados del año 2012 para un libro que estoy a punto de publicar. José no estaba seguro de contar el hecho, pero sí del hecho mismo. Porque en alguna otra ocasión, en una reunión de camaradería, José volvió a escuchar esa voz. Su pecado fue comentar el asunto. Desde entonces, sus excamaradas le mandan sutiles mensajes, esperando de su parte "silencio".

Pero José llevaba esta historia atorada en la conciencia. Por eso, ahora que atraparon a Froilán Molina, ‘El Killer’, señalado como autor del crimen, le pedí autorización para publicar su versión. Aceptó. Y es que, finalmente, saber quién de todos disparó es importante pero no es lo central. No fue ‘El Killer’, fue Pizarro, fueron todos.

Lo grave es saber que durante años, todos ellos -incluido Pizarro- se pasearon impunemente por las calles arropados por el silencio de sus camaradas de las FFAA. Lo inadmisible es comprobar la complicidad del Estado. Cecilia Lanza Lobo es comunicadora social

Entradas populares