El valor de la banca cae a mínimos desde la crisis de deuda europea

En menos de un año los parqués mundiales han visto reducida su capitalización en el equivalente al PIB de la eurozona

Ignacio Fariza
Claudi Pérez
Madrid / Bruselas, El País
Las dudas, cada día mayores, sobre la salud de la banca europea llevaron este jueves la cotización del sector financiero a su nivel más bajo desde agosto de 2012, en plena crisis de deuda y justo después de que Mario Draghi jurase que no dejaría caer el euro. Hoy, la moneda única no está en entredicho y las variables macroeconómicas todavía esquivan los tambores de recesión. Pero las dudas sobre Deutsche Bank, que ya cotiza en mínimos históricos; sobre la banca italiana y, desde este jueves, sobre Société Générale, son suficientes para que el manto de desconfianza se haya extendido a todo el sector y haya multiplicado el castigo sobre las Bolsas. Este jueves, el Ibex se dejó un 4,88%. Y, desde los máximos del año pasado, los parqués mundiales han visto reducida su capitalización en el equivalente al PIB de la eurozona.


Una mes, septiembre de 2008, volvió este jueves a la mente de los inversores ante el desplome de las Bolsas y, muy especialmente, del sector bancario. “No queda tan lejos, la gente todavía lo recuerda y el miedo está ahí”, reconocían, casi al unísono, varios informes de analistas. Las sangre aún no ha llegado al río —comparar el batacazo bursátil y los temores actuales sobre la situación real de los balances bancarios con la mayor crisis desde la Gran Depresión es a todas luces prematuro—, pero ha sido suficiente para extender la sombra de la duda a todo el sector y ha desatado una auténtica crisis en los parqués del Viejo Continente, que cotizan a su nivel más bajo en dos años y medio.

El amago de réplica de la crisis financiera mantiene en vilo a Europa, aunque los ministros de la eurozona se empeñan en mantener la aureola tranquilidad que suele preceder a la tormenta. El jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, subrayó este jueves que la banca europea es fuerte como una roca: “Hay volatilidad e incertidumbre, pero el euro es más fuerte ahora, y con los bancos sucede lo mismo”. El comisario Pierre Moscovici defendió también “la solidez de la recuperación europea y del sistema financiero”.

Frente a los vientos de agitación en los mercados por las dudas sobre la banca, por la desaceleración económica, las tensiones geopolíticas, los problemas en China y un buen puñado de riesgos más, la eurozona cierra filas. “Hay cierto punto de exageración en los mercados”, acertó a decir el ministro alemán, Wolfgang Schäuble, “y está ligado a unas perspectivas de crecimiento global más débiles”, le secundó el italiano Pier Carlo Padoan. Todo eso es cierto. Como lo es también que los mercados tienen sus ojos puestos en la periferia —Grecia, Portugal, España—, pero esta vez no pierden de vista la caza mayor: el primer banco alemán, Deutsche Bank, tiene problemas y la banca italiana ofrece serias, formidables dudas. “Deberíamos estar bastante relajados en este momento”, cerró el finlandés Alexander Stubb ante la perspectiva de que la unión bancaria aleje el peligro.

Pero los analistas dudan de la solidez de un proyecto que sigue en construcción, a medio hacer. Y advierten por enésima vez que casi 10 años después del inicio de la Gran Crisis, y después de haber gastado miles de millones de euros en las muletas del sector financiero, Europa no sabe exactamente cómo están sus bancos. Hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI) dejó entrever este jueves su “preocupación” por el deterioro de las perspectivas de la banca del Viejo Continente.

“La banca europea sigue infracapitalizada, pero el problema es que esto acabe en una crisis de confianza”, dispara Juan Ignacio Crespo. “Sus márgenes son cada vez más estrechos y es el sector más expuesto al ciclo”, cierra Ángel Berges, socio de AFI. Si el peor escenario —el de la recesión global, como la que se desencadenó a partir de septiembre de 2008— acaba de tomar cuerpo, el financiero sería el sector que antes y en mayor medida sufriría. Esa idea, a la luz de las cifras, ya ha calado en las Bolsas.

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