El plan de tregua en Siria choca con la voluntad de El Asad de retomar el país

El presidente ha advertido de que continuará “luchando contra el terrorismo” mientras negocia

Luis Doncel
Múnich / Jerusalén, El País
El plan internacional sellado en la madrugada del viernes para lograr un alto el fuego en el conflicto sirio en el plazo de una semana se topó enseguida con dificultades que parecen insalvables. Mientras la aviación rusa seguía bombardeando, la agencia France Presse hizo públicas unas declaraciones hechas por Bachar el Asad horas antes del acuerdo, en las que el líder del régimen asegura que seguirá combatiendo mientras se negocia y que está decidido a reconquistar todo el país. La exitosa ofensiva del régimen complica la perspectiva de una tregua.


Bachar el Asad ha advertido de que continuará “luchando contra el terrorismo” mientras negocia con las fuerzas de la oposición. Después de casi cinco años de guerra, el presidente sirio ha declarado a la agencia France Presse en Damasco que el régimen aspira a recuperar el control de todo el país, aunque admite que ese objetivo puede llevar “mucho tiempo”. “Vamos a intentar (la reconquista) sin vacilaciones, ya veremos si podemos lograrlo o no”.

En su primera entrevista desde la ruptura de las conversaciones de paz de Ginebra, el pasado día 3, El Asad asegura que la batalla que se libra en la actualidad en Alepo, en el norte del país y que ha provocado el éxodo de decenas de miles de civiles, persigue cortar las rutas de suministro de los rebeldes desde Turquía, y no apoderarse de la parte de la segunda ciudad de Siria controlada por las fuerzas de la oposición.

Mientras El Asad intenta dejar clara su posición ante el cese de las hostilidades, previsto para dentro de una semana, y el reinicio de las conversaciones de Ginebra, el próximo día 25, los países occidentales consideran que mientras Rusia siga bombardeando a los rebeldes no hay margen para una solución negociada. Los insurgentes informaron este viernes de que la ciudad de Tal Rifaat, al norte de Alepo, estaba siendo machacada por la aviación rusa. La ONG Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informó de que los ataques aéreos han alcanzado también la ciudad de Homs (centro).

La comunidad internacional intenta dar pasos también para auxiliar a los miles de sirios cercados sin medicinas ni alimentos en más de una decena de frentes de combate. La denominada Fuerza de Acceso Humanitario a Siria se reunió este viernes en la sede de Naciones Unidas en Ginebra con los 17 países que forman el denominado Grupo Internacional de Apoyo a Siria, para que a partir de la próxima semana puedan llegar los primeros envíos de ayuda a casi un millón de personas cercadas.
Medio millón de personas asediadas

Casi medio millón de sirios están atrapados en zonas asediadas, según detalló este viernes Naciones Unidas. Otros 4,5 millones de personas están en zonas de difícil acceso para las agencias humanitarias y varios millones más no tienen vivienda, según el organismo.

La Cruz Roja exigió este viernes, a través de su jefe regional, Robert Mardini, a los contendientes acceso a los civiles necesitados. “A corto plazo, con o sin alto el fuego, necesitamos acceso inmediato, regular y sin restricciones a todas las zonas afectadas”.

En Múnich, la ciudad en la que las potencias extranjeras firmaron en la madrugada del viernes el acuerdo de paz para Siria, el sentimiento más extendido este viernes era el escepticismo. Prácticamente los mismos protagonistas que se habían sentado en la mesa de negociaciones unas horas antes volvieron a verse en la Conferencia de Seguridad que este fin de semana reunirá a un buen puñado de presidentes, jefes de Gobierno y ministros de países de todo el mundo. Y prácticamente todos insistieron en la dificultad de poner en marcha un plan para reducir la violencia por medio de un alto el fuego que se declararía en el plazo de una semana y que en ningún caso incluiría a grupos yihadistas como el ISIS o el Frente al Nusra, la marca con la que Al Qaeda opera en Siria.

Las miradas de los dirigentes reunidos en la capital bávara se dirigían a lo que ocurrirá en los próximos días en Siria, que será definitivo para determinar si hay una voluntad real de poner fin a cinco años de guerra devastadora. Uno de los más claros fue el ministro de Defensa francés, Jean-Yves le Drian, que cargó sobre los hombros de Rusia la responsabilidad del éxito o fracaso del acuerdo. “Puede traer progresos si lleva a un alto el fuego, si permite el acceso de la ayuda humanitaria y si incluye el fin de los bombardeos indiscriminados por parte del régimen sirio y de Rusia”, dijo el ministro. Pero Moscú no comparte este diagnóstico

Serguéi Lavrov, ministro ruso de Exteriores, dijo que espera que el acuerdo se ponga pronto en marcha, pero dejó claro que eso no incluye poner fin a sus operaciones militares. “Nuestras fuerzas aéreas seguirán operando contra organizaciones [yihadistas]”, dijo Lavrov. Formalmente, el ministro se atañe a lo pactado el día anterior. El problema es que Occidente reprocha a Moscú que en sus operaciones contra el Frente al Nusra, también carga contra los rebeldes sirios, que operan en los mismos territorios.

Esta es la acusación que este viernes repitió el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg. “Rusia ha atacado principalmente grupos de la oposición, y no el ISIS. Y estas operaciones aéreas han socavado los esfuerzos para lograr una solución pacífica negociada”, dijo Stoltenberg. “Aplaudo el acuerdo; pero aún hay que ver si va entrar en vigor”, añadió.

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