El gobernador Chris Christie respalda la candidatura de Donald Trump
El magnate cambia la narrativa de un discurso que no le favorecía tras el debate de Houston y da un golpe de efecto
Yolanda Monge
Washington, El País
El gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, irrumpió este viernes en la campaña por la nominación republicana para dar su apoyo al magnate Donald Trump y cambiar la narración de un partido que protagonizó unas horas Marco Rubio. El respaldo del excandidato republicano es de alto nivel y supone el primer cambio de bando de un moderado considerado parte del establishment a cinco días de la próxima cita importante con las primarias en el supermartes el próximo 1 de marzo.
De esta campaña presidencial se puede decir muchas cosas pero desde luego no que sea aburrida -hay quien dice que es loca-. Si hubiera que haber buscado un sonido para la banda sonora de la noticia de ayer el más apropiado sería el de la explosión de una granada.
El de Christie es el respaldo más importante que ha conseguido hasta el momento Trump, un candidato impredecible que no solo no se adscribe a las estructuras del Partido de Abraham Lincoln, de Dwight Eisenhower, de Ronald Reagan sino que, como declaró en el debate del jueves por la noche en Houston está construyendo “un nuevo Partido Republicano”.
Se suponía que este viernes era el día de Gloria de Marco Rubio. Pero ya se encargó el mago de la transformación que es Donald Trump de devolver a Rubio a su dura realidad de perdedor en las encuestas y aguarle sus 15 minutos de buena fama tras un debate en la noche del jueves en el que por primera vez sacó las garras y se atrevió con el favorito.
“Estoy orgulloso de estar aquí para apoyar a Donald Trump como presidente de Estados Unidos”, dijo Christie durante el inesperado acto junto a Trump en Texas, en el que destacó sus vínculos con el magnate, y del que no hubo imagen televisiva debido a la mala calidad.
Días atrás, ambos hombres se atacaban en el último debate en el que participó el gobernador antes de abandonar su campaña tras los malos resultados obtenidos en New Hampshire —donde quedó en sexto lugar—. En ese Estado, en un acto en un centro de mayores, el gobernador decía que Trump no era real, que era todo un teatro de cara a la televisión, una actuación. Ya no parece considerarlo así, o al menos se ha unido al elenco.
Frenar a Hillary Clinton
Christie tiene fama de abusón y no cabe duda de que a partir de ahora Trump pondrá esas cualidades del político de Nueva Jersey al servicio de su campaña.
El gobernador declaró que respaldaba al multimillonario de 69 años porque era la mejor baza para arrebatar la Casa Blanca a los demócratas en noviembre. “Lo único verdaderamente importante que tiene que hacer el partido es nominar a la persona que tenga la mejor opción para derrotar a Hillary Clinton”, dijo Christie. “Esa persona es sin duda Donald Trump”.
Según Christie, sólo el empresario y no los “jóvenes senadores” —en referencia a sus rivales Marco Rubio y Ted Cruz— pueden gobernar convenientemente el país.
En un anticipo de las descalificaciones que vendrán, Christie declaró que encontraba “fascinante” que alguien que apenas ha aparecido en su puesto de trabajo —en referencia a los pocos días que Rubio ha acudido a su escaño en el Senado— pueda acusar a Trump de no estar preparado para ser presidente.
Trump fue más allá, él siempre lo hace y su público lo agradece con cerrados aplausos y sonoros vítores. “Está desesperado, es un tipo desesperado”, dijo Trump sobre Rubio, quien no vio venir el vagón que se ha sumado al tren arrollador que es el magnate. “No tiene lo que hay que tener para ser presidente”, insistió Trump. “Es un manojo de nervios”, prosiguió, ridiculizando a Rubio debido a su alta sudoración y recordando su necesidad continua de beber agua regando a los presentes en su acto con una botella de agua.
Trump se ensañaba así con Rubio para resarcirse de los daños —si los hubo— provocados por el senador de Florida la noche anterior, cuando despertó de un largo letargo y se atrevió con el abusón del colegio, con el hombre que ha humillado, insultado, amenazado...
El apoyo de Christie convierte en historia los 15 minutos de gloria de Rubio. Y lo que es más importante: aumenta aún más el atractivo de Trump de cara al voto de las clases trabajadoras.
Yolanda Monge
Washington, El País
El gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie, irrumpió este viernes en la campaña por la nominación republicana para dar su apoyo al magnate Donald Trump y cambiar la narración de un partido que protagonizó unas horas Marco Rubio. El respaldo del excandidato republicano es de alto nivel y supone el primer cambio de bando de un moderado considerado parte del establishment a cinco días de la próxima cita importante con las primarias en el supermartes el próximo 1 de marzo.
De esta campaña presidencial se puede decir muchas cosas pero desde luego no que sea aburrida -hay quien dice que es loca-. Si hubiera que haber buscado un sonido para la banda sonora de la noticia de ayer el más apropiado sería el de la explosión de una granada.
El de Christie es el respaldo más importante que ha conseguido hasta el momento Trump, un candidato impredecible que no solo no se adscribe a las estructuras del Partido de Abraham Lincoln, de Dwight Eisenhower, de Ronald Reagan sino que, como declaró en el debate del jueves por la noche en Houston está construyendo “un nuevo Partido Republicano”.
Se suponía que este viernes era el día de Gloria de Marco Rubio. Pero ya se encargó el mago de la transformación que es Donald Trump de devolver a Rubio a su dura realidad de perdedor en las encuestas y aguarle sus 15 minutos de buena fama tras un debate en la noche del jueves en el que por primera vez sacó las garras y se atrevió con el favorito.
“Estoy orgulloso de estar aquí para apoyar a Donald Trump como presidente de Estados Unidos”, dijo Christie durante el inesperado acto junto a Trump en Texas, en el que destacó sus vínculos con el magnate, y del que no hubo imagen televisiva debido a la mala calidad.
Días atrás, ambos hombres se atacaban en el último debate en el que participó el gobernador antes de abandonar su campaña tras los malos resultados obtenidos en New Hampshire —donde quedó en sexto lugar—. En ese Estado, en un acto en un centro de mayores, el gobernador decía que Trump no era real, que era todo un teatro de cara a la televisión, una actuación. Ya no parece considerarlo así, o al menos se ha unido al elenco.
Frenar a Hillary Clinton
Christie tiene fama de abusón y no cabe duda de que a partir de ahora Trump pondrá esas cualidades del político de Nueva Jersey al servicio de su campaña.
El gobernador declaró que respaldaba al multimillonario de 69 años porque era la mejor baza para arrebatar la Casa Blanca a los demócratas en noviembre. “Lo único verdaderamente importante que tiene que hacer el partido es nominar a la persona que tenga la mejor opción para derrotar a Hillary Clinton”, dijo Christie. “Esa persona es sin duda Donald Trump”.
Según Christie, sólo el empresario y no los “jóvenes senadores” —en referencia a sus rivales Marco Rubio y Ted Cruz— pueden gobernar convenientemente el país.
En un anticipo de las descalificaciones que vendrán, Christie declaró que encontraba “fascinante” que alguien que apenas ha aparecido en su puesto de trabajo —en referencia a los pocos días que Rubio ha acudido a su escaño en el Senado— pueda acusar a Trump de no estar preparado para ser presidente.
Trump fue más allá, él siempre lo hace y su público lo agradece con cerrados aplausos y sonoros vítores. “Está desesperado, es un tipo desesperado”, dijo Trump sobre Rubio, quien no vio venir el vagón que se ha sumado al tren arrollador que es el magnate. “No tiene lo que hay que tener para ser presidente”, insistió Trump. “Es un manojo de nervios”, prosiguió, ridiculizando a Rubio debido a su alta sudoración y recordando su necesidad continua de beber agua regando a los presentes en su acto con una botella de agua.
Trump se ensañaba así con Rubio para resarcirse de los daños —si los hubo— provocados por el senador de Florida la noche anterior, cuando despertó de un largo letargo y se atrevió con el abusón del colegio, con el hombre que ha humillado, insultado, amenazado...
El apoyo de Christie convierte en historia los 15 minutos de gloria de Rubio. Y lo que es más importante: aumenta aún más el atractivo de Trump de cara al voto de las clases trabajadoras.