Zidane, una leyenda sin experiencia como entrenador
El emblema de la novena asume el cargo de primer entrenador del Madrid con apenas un año y medio de experiencia en el Castilla
Pablo Pérez
Madrid, El País
Es la hora de Zinedine Zidane. Poco más de un año y medio después de emprender su carrera como entrenador en solitario, el francés, héroe de la novena Copa de Europa en 2002, toma el relevo de Rafa Benítez en el banquillo del Real Madrid. Hombre de club desde 2011, cuando ingresó en la parcela deportiva, Florentino Pérez le dio los mandos del primer filial blanco, el Real Madrid Castilla, el 25 de junio de 2014 después de un año fogueándose de la mano de Carlo Ancelotti en el primer equipo madridista.
Un primer equipo que ahora dirigirá a pesar de su escasa experiencia, algo de lo que el propio Zidane es más que consciente. "El año pasado me faltaba algo y sé que me falta todavía. Falta mucho para llegar al primer equipo. Nunca un entrenador está preparado. Estoy haciendo las cosas poco a poco y no tengo prisa", dijo el francés el pasado noviembre al ser preguntado por su posible ascenso al banquillo del Madrid. Un reto, que experiencia aparte, Zidane lleva esperando desde verano. "Hubiera aceptado sustituir a Ancelotti. Me considero un profesional y no hubiera rechazado el desafío", reconoció entonces. Las contradictorias palabras de Zidane contrastan con la seguridad de un Florentino que en 2013 ya le abría la puerta del banquillo blanco. "Podría ser el entrenador. Tiene el título y es madridista. Pero cumple todos los requisitos seguros, una declaración de intenciones que fue ganando peso con el paso del tiempo hasta la confesión del máximo dirigente hace escasas semanas en El Larguero de la Cadena Ser. "Será un gran entrenador y será entrenador del Real Madrid. Estoy seguro de que él quiere, ha aprendido a pasos agigantados. Se le nota, se le ve y será entrenador", aseguró Florentino
Inicio complicado en el Castilla
Zidane se lleva postulando para el cargo desde la marcha de Carlo Ancelotti, justo al término de su primera temporada al frente del Real Madrid Castilla. Una trayectoria en el filial que en sus comienzos estuvo marcada por la polémica y los malos resultados. La primera victoria del equipo llegó en la cuarta jornada, después de las tres derrotas iniciales que abrieron la etapa de Zidane como entrenador. En medio de la irregularidad de resultados de un Castilla que no arrancaba, el francés fue sancionado a finales de octubre de 2014 por la RFEF a tres meses de inhabilitación al entrenar sin el carné necesario en Segunda División B. Zidane, que obtuvo el título en Francia, tenía entonces el nivel 2 cuando la categoría exigía el nivel 3, título que Zidane llevaba años sacándose en Francia y que finalmente obtuvo en mayo del pasado año.
Antes, el TAD anuló la suspensión de tres meses y Zidane pudo completar su primera temporada en el Castilla. Lo hizo sin mucho éxito y sin lograr el objetivo inicial. El filial, que se recuperó del bache inicial y llegó a liderar la categoría, se desplomó en el tramo final del curso y terminó la temporada en sexta posición quedándose fuera de los puestos de playoff de ascenso.
Un objetivo, el del ascenso, con el que arrancaba también su segunda temporada como técnico castillista, en la que tampoco ha faltado la polémica. Esta vez en torno a su hijo, Enzo, y la decisión del técnico de nombrarle capitán pese a ser su primera temporada en el filial. En lo deportivo, Zidane se había asentado en un Castilla totalmente renovado y que tras la última jornada ocupaba la segunda posición, cuatro puntos por detrás del Barakaldo, líder del grupo II de Segunda División B.
Miedo a la exposición mediática
Si hay algo que Zidane, que será el primer entrenador francés en la historia del Madrid, ha ido trabajando en este año y medio en el Castilla es papel con los medios de comunicación. Zidane que ya temía comparecer ante la prensa durante su etapa como jugador, debutó en el Castilla huyendo de los medios en Huesca, una tónica que se repitió durante todo su primer año como entrenador, en el que decidió no realizar ninguna comparecencia ante la prensa.
Sí que lo ha hecho durante estos siete meses, en los que ha atendido a los medios después de cada partido en el Alfredo Di Stéfano respondiendo sin miedo a todo tipo de preguntas, incluso sobre la imputación de Benzema y la difícil situación que vivía Benítez en el primer equipo. Ahora, el que será el entrenador más joven con 43 años desde Valdano en 1994, se expondrá por primera vez a las críticas, la expectación y la exigencia propias de un entrenador del Real Madrid y que ya pudo experimentar durante su presentación.
Sin un esquema claro
Lo que todavía es una incógnita es el sistema por el que optará Zidane para relanzar al Real Madrid. Durante su etapa castillista, el exjugador no se decantó por ninguno en especial e intercaló habitualmente el 4-3-3 con el 4-4-2 en una alineación que variaba semanas tras semana y en la que solían proliferar los mediapuntas, que abundan en la plantilla de un Castilla en el que Zidane ha dejado entrever sus características como entrenador.
Tranquilo, cercano y dialogante, ha acentuado el papel de gestor y asesor que ya demostró durante su etapa como segundo de Ancelotti. Unas cualidades que demuestra en su día a día y que evidencia también desde la banda, en la que que vive los partidos con intensidad y en los que trata de no excederse en sus órdenes a los jugadores
Pablo Pérez
Madrid, El País
Es la hora de Zinedine Zidane. Poco más de un año y medio después de emprender su carrera como entrenador en solitario, el francés, héroe de la novena Copa de Europa en 2002, toma el relevo de Rafa Benítez en el banquillo del Real Madrid. Hombre de club desde 2011, cuando ingresó en la parcela deportiva, Florentino Pérez le dio los mandos del primer filial blanco, el Real Madrid Castilla, el 25 de junio de 2014 después de un año fogueándose de la mano de Carlo Ancelotti en el primer equipo madridista.
Un primer equipo que ahora dirigirá a pesar de su escasa experiencia, algo de lo que el propio Zidane es más que consciente. "El año pasado me faltaba algo y sé que me falta todavía. Falta mucho para llegar al primer equipo. Nunca un entrenador está preparado. Estoy haciendo las cosas poco a poco y no tengo prisa", dijo el francés el pasado noviembre al ser preguntado por su posible ascenso al banquillo del Madrid. Un reto, que experiencia aparte, Zidane lleva esperando desde verano. "Hubiera aceptado sustituir a Ancelotti. Me considero un profesional y no hubiera rechazado el desafío", reconoció entonces. Las contradictorias palabras de Zidane contrastan con la seguridad de un Florentino que en 2013 ya le abría la puerta del banquillo blanco. "Podría ser el entrenador. Tiene el título y es madridista. Pero cumple todos los requisitos seguros, una declaración de intenciones que fue ganando peso con el paso del tiempo hasta la confesión del máximo dirigente hace escasas semanas en El Larguero de la Cadena Ser. "Será un gran entrenador y será entrenador del Real Madrid. Estoy seguro de que él quiere, ha aprendido a pasos agigantados. Se le nota, se le ve y será entrenador", aseguró Florentino
Inicio complicado en el Castilla
Zidane se lleva postulando para el cargo desde la marcha de Carlo Ancelotti, justo al término de su primera temporada al frente del Real Madrid Castilla. Una trayectoria en el filial que en sus comienzos estuvo marcada por la polémica y los malos resultados. La primera victoria del equipo llegó en la cuarta jornada, después de las tres derrotas iniciales que abrieron la etapa de Zidane como entrenador. En medio de la irregularidad de resultados de un Castilla que no arrancaba, el francés fue sancionado a finales de octubre de 2014 por la RFEF a tres meses de inhabilitación al entrenar sin el carné necesario en Segunda División B. Zidane, que obtuvo el título en Francia, tenía entonces el nivel 2 cuando la categoría exigía el nivel 3, título que Zidane llevaba años sacándose en Francia y que finalmente obtuvo en mayo del pasado año.
Antes, el TAD anuló la suspensión de tres meses y Zidane pudo completar su primera temporada en el Castilla. Lo hizo sin mucho éxito y sin lograr el objetivo inicial. El filial, que se recuperó del bache inicial y llegó a liderar la categoría, se desplomó en el tramo final del curso y terminó la temporada en sexta posición quedándose fuera de los puestos de playoff de ascenso.
Un objetivo, el del ascenso, con el que arrancaba también su segunda temporada como técnico castillista, en la que tampoco ha faltado la polémica. Esta vez en torno a su hijo, Enzo, y la decisión del técnico de nombrarle capitán pese a ser su primera temporada en el filial. En lo deportivo, Zidane se había asentado en un Castilla totalmente renovado y que tras la última jornada ocupaba la segunda posición, cuatro puntos por detrás del Barakaldo, líder del grupo II de Segunda División B.
Miedo a la exposición mediática
Si hay algo que Zidane, que será el primer entrenador francés en la historia del Madrid, ha ido trabajando en este año y medio en el Castilla es papel con los medios de comunicación. Zidane que ya temía comparecer ante la prensa durante su etapa como jugador, debutó en el Castilla huyendo de los medios en Huesca, una tónica que se repitió durante todo su primer año como entrenador, en el que decidió no realizar ninguna comparecencia ante la prensa.
Sí que lo ha hecho durante estos siete meses, en los que ha atendido a los medios después de cada partido en el Alfredo Di Stéfano respondiendo sin miedo a todo tipo de preguntas, incluso sobre la imputación de Benzema y la difícil situación que vivía Benítez en el primer equipo. Ahora, el que será el entrenador más joven con 43 años desde Valdano en 1994, se expondrá por primera vez a las críticas, la expectación y la exigencia propias de un entrenador del Real Madrid y que ya pudo experimentar durante su presentación.
Sin un esquema claro
Lo que todavía es una incógnita es el sistema por el que optará Zidane para relanzar al Real Madrid. Durante su etapa castillista, el exjugador no se decantó por ninguno en especial e intercaló habitualmente el 4-3-3 con el 4-4-2 en una alineación que variaba semanas tras semana y en la que solían proliferar los mediapuntas, que abundan en la plantilla de un Castilla en el que Zidane ha dejado entrever sus características como entrenador.
Tranquilo, cercano y dialogante, ha acentuado el papel de gestor y asesor que ya demostró durante su etapa como segundo de Ancelotti. Unas cualidades que demuestra en su día a día y que evidencia también desde la banda, en la que que vive los partidos con intensidad y en los que trata de no excederse en sus órdenes a los jugadores