Set fácil a un Athletic con diez
Barcelona, As
Si ya es complicado jugar ante el Barcelona en el Camp Nou en igualdad de condiciones, hacerlo con un jugador menos desde el minuto tres de partido es una misión suicida. El Barça fue un rodillo inclemente ante un Athletic que se llevó un doloroso 6-0 en el primer acto de la serie de partidos entre ambos equipos, pero que de ninguna manera viene a suponer que la eliminatoria de Copa vaya a ser algo similar. En el momento en el que el Barcelona marcó el 2-0 en superioridad, ambos equipos ya empezaron a pensar en la Copa y el Athletic, fruto de estrategia o del desgaste de jugar con uno menos, bajó la intensidad. Y cuando bajas el pistón contra el Barcelona, tienes todas las papeletas para irte del Camp Nou con un saco. Fue lo que ocurrió.
No es extraño que los partidos se decidan por momentos puntuales, pero lo que no es tan habitual es que éstos momentos acontezcan nada más empezar el partido, que es lo que pasó en el enfrentamiento entre el Barcelona y el Athletic.
Al minuto tres de partido, una distracción de Etxeita fue aprovechada por Suárez, una tortura para la zaga vasca durante todo el partido, para robarle el balón y encarar a un Gorka que tuvo que salir de urgencia de su marco y cometió un claro penal sobre Suárez. Luego, Mateu Lahoz aplicó un reglamento que es cruel con el portero, pues expulsó a Gorka y ahí empezó a fundirse el partido. Valverde se vio obligado a retirar a Muniain del campo para dar entrada a Herrerín con lo que el plan del técnico visitante de proponer una presión alta y la amenaza del contragolpe quedaba anulada de inicio.
Messi marcó el penalti y dio inicio a un monólogo barcelonista. El partido, con la excepción de las cabalgadas en solitario de Williams, pasó a jugarse en la mitad de campo del Athletic. Los vascos eran un frontón que se limitaban a achicar los balones que el Barça trataba de filtrar por detrás de su defensa. Todos ellos caían en los pies de los defensas blaugrana que de nuevo volvían a armar el siguiente ataque.
A fuerza de insistir y recuperar, el Barça consiguió el segundo al filo de la media hora de juego tras asistencia de Suárez a Neymar, que superó al portero con un toque sutil. El partido, en lo que atañía al reparto de puntos final, quedaba visto para sentencia. Otra cosa era el hueco que podía abrirse en el marcador.
En el descanso, ambos entrenadores se enfrentaban al dilema de mover sus piezas pensando más en el partido del miércoles que en el que estaba en juego, donde todo el pescado parecía ya vendido. Luis Enrique fue el primero que actuó al dejar en el vestuario a Messi, algo absolutamente inédito en el Camp Nou y que creó cierta preocupación entre los aficionados. Según se supo después, Messi no jugó la segunda parte por precaución al sentir molestias en los isquiotibiales, pero la intranquilidad reinó en el estadio barcelonista.
Valverde también movió pieza y retiró a Williams, que se estaba desgastando en vano ante un equipo que, de la mano de un Suárez que al estar sancionado de cara a la Copa quiso adelantar faena marcando tres goles en 45 minutos. Si Suárez andaba desencadenado, no lo estaba menos Neymar, quien sigue en un estado en el que es imposible pararle en el uno contra uno. La jugada en la que le regala el cuarto gol a Rakitic fue sencillamente sublime.
En medio de un plácido partido, el Barcelona perdió a Alba por una lesión muscular que con toda probabilidad le impedirá jugar en San Mamés, donde ni el escenario ni el argumento de la obra tendrán nada que ver con la que se representó en el Camp Nou.