Munir remata la faena
Munir fue el brazo ejecutor del tercer acto de un derbi sin demasiada historia que tras el 0-2 de Cornellà acabó con el Barça en cuartos de final tras un marcador global de 6-1 a favor de los blaugrana. La eliminatoria, de hecho, se acabó en el Camp Nou cuando el Barça se impuso por 4-1 en un partido en el que hubo de todo. De cara a la vuelta, estaba más en cuestión la urbanidad de unos y otros que el desenlace deportivo de la eliminatoria, que se daba por concedida a los barcelonistas desde hace una semana.
La cuestión estaba, por tanto, en ver si los protagonistas eran capaces de dedicarse a jugar a fútbol y la buena noticia fue que sí. El partido discurrió por cauces lógicos con alguna excepción, pero nada que se saliera de madre. No se puede decir lo mismo del comportamiento de una parte de la grada, que aprovecharon un estadio de Cornellà medio vacío para hacerse notar con unas pancartas absolutamente lamentables que podrían conllevar algún tipo de investigación.
Ambos técnicos aprovecharon el encuentro para hacer rotaciones y de salida, fue el Espanyol el que más se pareció al modelo al que aspira su técnico. Con la presión alta, los españolistas dominaron los primeros lances del partido, mientras que al Barça se le atragantaba el nuevo dibujo y no lograba hilar posesiones largas.
El Barça estaba incomodo, pero sobre el campo estaba el hombre de los cinco Balones de Oro, que nunca se esconde. Suyas fueron las dos primeras ocasiones de gol y suya la asistencia de gol a Munir que dejó definitivamente enterrada cualquier remota esperanza de remontada.
El intento de reacción del Espanyol fue conjurado por un Ter Stegen que siempre le pudo a Caicedo con el balón en juego y ya en la segunda parte, el partido languideció hasta que Munir, a falta de tres minutos sentenció el duelo y dio por acabada una serie abrupta. Gracias a dios.
