Lopetegui, en la cuerda floja
Oporto, ABC
El entrenador del Oporto, Julen Lopetegui, se abona a la teoría de la conspiración después de perder el liderato a manos del Sporting de Lisboa. El 2-0 del sábado por la noche en Alvalade se ha convertido en la antesala para ponerlo en la cuerda floja.
Cuando salió a hablar ante la prensa una vez consumada la derrota, el visceral técnico vasco se despachó con una beligerancia subida de tono: «Me queréis despellejar, cortar en trozos o en tiras y alimentar mentiras, pero el equipo no está tan mal, a sólo dos puntos del liderato».
«Los caminos no son fáciles y no tenemos ninguna ayuda. Ninguna. Los medios de comunicación son negativos conmigo y con el club, pero es algo que no podemos controlar», dijo.
Y, sorpresa, Jorge Jesus ha moderado sus críticas hacia él desde que ‘traicionó’ al Benfica y fichó el pasado verano para dirigir el banquillo del Sporting. Ahora prefiere arremeter contra los propietarios del Estádio da Luz antes que atacar al ex seleccionador español sub-21.
«Lopetegui es un entrenador de calidad. Y lo digo con toda la sinceridad. Es un líder y está haciendo un buen campeonato. En la décimocuarta jornada, tenía cinco puntos más que la temporada pasada. Hay quien tiene ocho o nueve menos y a ése no le hacéis esas preguntas», lanzó en clara referencia al Benfica que comanda el gris Rui Vitória, tercero en la Liga portuguesa con 34 puntos, a cuatro del líder, el Sporting.
Y eso que, sólo unos meses atrás, casi llegan a las manos Lopetegui y Jorge Jesus al finalizar un Benfica-Oporto. Sucedió el 26 de abril, cuando el polémico técnico portugués tuvo que escuchar: «Como me cambies otra vez el nombre [le había llamado ‘Lo-to-pegui’], te doy un golpe».
El caso es que la afición del Oporto ya comienza a cantar «Recen por Lopetegui», especialmente porque nunca comulgó con él. Mucho menos desde que resultó eliminado de la Champions por el Chelsea de Mourinho hace casi un mes.
EFE
Por cierto, Do Dragao tendrá un hueso duro de roer en febrero, cuando el temible Borussia Dortmund visite el estadio en los dieciseisavos de final de la Europa League.
El entrenador del Oporto, Julen Lopetegui, se abona a la teoría de la conspiración después de perder el liderato a manos del Sporting de Lisboa. El 2-0 del sábado por la noche en Alvalade se ha convertido en la antesala para ponerlo en la cuerda floja.
Cuando salió a hablar ante la prensa una vez consumada la derrota, el visceral técnico vasco se despachó con una beligerancia subida de tono: «Me queréis despellejar, cortar en trozos o en tiras y alimentar mentiras, pero el equipo no está tan mal, a sólo dos puntos del liderato».
«Los caminos no son fáciles y no tenemos ninguna ayuda. Ninguna. Los medios de comunicación son negativos conmigo y con el club, pero es algo que no podemos controlar», dijo.
Y, sorpresa, Jorge Jesus ha moderado sus críticas hacia él desde que ‘traicionó’ al Benfica y fichó el pasado verano para dirigir el banquillo del Sporting. Ahora prefiere arremeter contra los propietarios del Estádio da Luz antes que atacar al ex seleccionador español sub-21.
«Lopetegui es un entrenador de calidad. Y lo digo con toda la sinceridad. Es un líder y está haciendo un buen campeonato. En la décimocuarta jornada, tenía cinco puntos más que la temporada pasada. Hay quien tiene ocho o nueve menos y a ése no le hacéis esas preguntas», lanzó en clara referencia al Benfica que comanda el gris Rui Vitória, tercero en la Liga portuguesa con 34 puntos, a cuatro del líder, el Sporting.
Y eso que, sólo unos meses atrás, casi llegan a las manos Lopetegui y Jorge Jesus al finalizar un Benfica-Oporto. Sucedió el 26 de abril, cuando el polémico técnico portugués tuvo que escuchar: «Como me cambies otra vez el nombre [le había llamado ‘Lo-to-pegui’], te doy un golpe».
El caso es que la afición del Oporto ya comienza a cantar «Recen por Lopetegui», especialmente porque nunca comulgó con él. Mucho menos desde que resultó eliminado de la Champions por el Chelsea de Mourinho hace casi un mes.
EFE
Por cierto, Do Dragao tendrá un hueso duro de roer en febrero, cuando el temible Borussia Dortmund visite el estadio en los dieciseisavos de final de la Europa League.