Las exportaciones de gas natural, quinua y soya caen hasta en 44%

Página Siete / La Paz
Las exportaciones de gas, quinua, soya y productos manufacturados se encuentran entre los productos que registraron las caídas más pronunciadas entre enero y noviembre de 2015, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).


Las ventas cayeron en 32% el último año con relación a la gestión 2014.

Dentro de este grupo, las exportaciones de gas alcanzaron 3.524 millones de dólares, que representan una baja de 37% con respecto a 2014.

Las ventas de quinua llegaron a 103 millones de dólares, un 44% menos que en la gestión pasada, mientras que las de soya sumaron 727 millones de dólares, 22% menos.

En el sector manufacturero, la industria textil es la más afectada con una caída de 36% y ventas de 23 millones de dólares.

De acuerdo con Gary Rodríguez, presidente del Instituto Boliviano del Comercio Exterior (IBCE), la caída en las exportaciones responde a dos factores, el bajón generalizado de los precios en el mercado internacional y la disminución del volumen producido en el caso de la oferta no tradicional.

"Estos factores dan cuenta del fin del superciclo de precios altos para las materias primas y la caída de las cotizaciones internacionales para los productos de consumo”, remarcó.

Para Rodríguez, la caída de los precios tuvo un efecto adverso al contribuir a la pérdida de competitividad de los productores, quienes, al ver reducidos sus ingresos, disminuyeron el volumen de producción y la inversión en distribución y comercialización. "Este efecto a la larga lo que produce es la pérdida de mercados y la baja del volumen de la producción, que es lo que está pasando en la mayoría de los casos”, sostuvo.

El presidente de la Cámara Nacional de Exportadores de Bolivia (CANEB), Guillermo Pou Munt, señaló que si bien su sector ya prevía una caída de más de 30%, esta situación plantea un escenario complicado para los exportadores.

En su criterio, el descenso de los precios de los hidrocarburos, así como el de los minerales, es preocupante.

Sin embargo, para el presidente de CANEB lo más inquietante es lo que ocurre con los productos agrícolas y las manufacturas.

"A pesar de haber remontado las ventas muy parcialmente en los últimos meses, aún estamos esperando una caída en valor del 20% y en volumen del 18%”, expresó el ejecutivo.

La baja en las exportaciones en este sector es especialmente significativa y tiene dos efectos, por un lado se contrae la demanda y por otro se genera desempleo.

Quinua

Tanto Rodríguez como Pou Munt señalan que la baja en las exportaciones de la quinua responde a una mala estrategia adoptada por los productores, lo que permitió que el mercado sea ocupado por la producción impulsada por Perú.

"Los productores de quinua, en un intento de mantener los precios de la quinua altos, mantuvieron los volúmenes de producción bajos, en oposición con los productores peruanos que respondieron a la demanda internacional con un incremento en la producción”, manifestó el gerente del IBCE.

Pou Munt enfatizó que la quinua representó una oportunidad que no se supo aprovechar.
"No supimos generar condiciones para responder con volúmenes y productividad a la demanda internacional”, añadió.

Actualmente, el quintal de quinua se comercializa en 300 bolivianos, cuando antes, en febrero de 2014, estaba en 2.500 bolivianos, según datos de la Asociación de Productores de Quinua de La Paz.

Punto de vista
Gary Rodríguez
Presidente IBCE

"Las industrias se contraerán”

"La principal consecuencia de esta caída en las exportaciones es que hay un retroceso en las exportaciones no tradicionales, entre ellas las manufaturas, la agricultura y la industria de la madera.

Estos sectores no tradicionales requieren de ciertas condiciones para su crecimiento y la contracción de los mercados va a poner las cosas más difíciles.

Este retroceso significa menos ingresos para el país, la contracción de industrias que estaban en crecimiento y menos empleos para los bolivianos.

Este retroceso tendrá un impacto muy fuerte también en el sector forestal, así como en el sector de las confecciones textiles, los cuales se enfrentarán a condiciones adversas.

Lo que queda por hacer es desarrollar estrategias y salvaguardas más agresivas para evitar que estas caídas sean tan pronunciadas, de manera de proteger a las industrias y así asegurar su desarrollo en el tiempo”

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