España: El PP hurga en la crisis del PSOE mientras Rajoy busca apoyos
El líder del PP vuelve este martes a la actividad con un comité de dirección
Javier Casqueiro
Madrid, El País
Mariano Rajoy retomará este martes su actividad política tras las vacaciones con un comité de dirección del PP en el que reafirmará su voluntad de ser investido o en caso contrario de volver a presentarse a otras elecciones generales. En el PP y el Gobierno hurgan en las divisiones del PSOE y la debilidad de su líder, Pedro Sánchez, mientras el presidente en funciones se prepara para retomar otra ronda de contactos con los principales líderes en la que pedir su apoyo para que un “Ejecutivo estable” evite los malos ejemplos radicales como en Cataluña.
Rajoy no parece tener dudas sobre sus planes y sus intenciones ante las próximas y decisivas semanas. Antes de Navidades lo enunció en público en su última rueda de prensa del año 2015, luego se lo contó en privado a varios dirigentes del PP en su copa de Navidad y lo ratificó a los ministros y sus cónyuges a los que invitó a cenar también justo antes de las fiestas. “Va a intentar hasta el final volver a ser presidente del Gobierno y está absolutamente decidido a llegar a la votación de investidura incluso aunque no tenga seguro al cien por cien el respaldo del PSOE y si hay que repetir elecciones quiere y volverá a ser el candidato del PP”. Esta afirmación prácticamente calcada procede de dos ministros de su Gabinete ahora en funciones y la comparten varios miembros de la cúpula del partido.
Rajoy, por tanto, ultima cómo reiniciar esta misma semana a partir del jueves 7 de enero otra batería de charlas con los principales líderes políticos del nuevo Parlamento. El primer objetivo sigue siendo reunirse y convencer al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, de que aparque sus grandes diferencias en el pasado reciente y se avenga a negociar un pacto de estabilidad para toda la legislatura, que en el PP ya no sostienen en privado que tiene que durar cuatro años.
La disposición ahora del PP a hablar de todo con el PSOE es el mantra que se repite para lamentar a continuación el rechazo frontal con el que Sánchez llegó a la primera cita y que impidió concretar esa hoja de ruta.
La estrategia de Rajoy y el PP pasa por volver a hablar en persona con Sánchez, y también con Albert Rivera y Pablo Iglesias, para contrastar qué tipo de reformas políticas, institucionales y económicas podrían consensuar para iniciar la legislatura. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría y el portavoz parlamentario actual, Rafael Hernando, llevarían las riendas de las conversaciones con otros dirigentes políticos.
Rajoy y el PP quieren ofrecer la imagen de que están dispuestos a casi todo, incluso a reformas que ahora están en el programa del PSOE y que hace poco parecían inasumibles, para incrementar la presión sobre Sánchez y que acabe cediendo en una segunda o tercera votación de investidura para la que no se ponen fecha. El plan b consistiría en dejar pasar el mayor tiempo posible, que la crisis interna del PSOE acabe derivando en un congreso y relevo al frente de ese partido y que la nueva e hipotética secretaria general, la andaluza Susana Díaz, fuera más receptiva a la finalidad de arrancar el mandato, poner en marcha algunos cambios sustanciales en el país y permitir una legislatura breve que culminaría con otras elecciones, estas ya más que probablemente sin Rajoy al frente del PP.
Los ministros y dirigentes del PP que comentan en privado esta hipótesis admiten que no se la han planteado a la cara al propio Rajoy. En lo que sí coinciden es en que el escenario catalán mete también más presión a Sánchez para llegar a un acuerdo.
Algunos ministros en funciones, como este lunes el titular de Sanidad, Alfonso Alonso, volvieron a insistir en la idea de que Sánchez tiene que “tomar nota de los ruidos” que provienen estos días de la situación bloqueada en Cataluña por unos grupos que catalogó de radicales y extremistas para reconsiderar su actitud y permitir un gobierno estable.
Mientras Alonso y otros dirigentes más comedidos optaban por esa vía en el PP se distribuyó la consigna de hurgar en los ataques a la debilidad de Sánchez y la crisis interna del PSOE. El argumentario fue idéntico para la vicesecretaria de Estudios y Programas, Andrea Levy, y para el vicesecretario de Organización y número tres del PP, Fernando Martínez Maíllo, cuando ambos recurrieron al latiguillo de que están dispuestos a negociar con “Pedro Sánchez y/o el PSOE”.
Maíllo llegó a exigir por un lado un “ejercicio de responsabilidad” a Sánchez para aprender de esa lección ocurrida en Cataluña y en otras instituciones gobernadas por el PSOE con Podemos para reclamarle finalmente que asuma la realidad de que perdió las elecciones del 20-D y no puede intentar gobernar España tras haber obtenido solo 90 diputados. Luego demandó al PSOE y a Sánchez que comiencen “cuanto antes” una mesa de diálogo con Rajoy.
Javier Casqueiro
Madrid, El País
Mariano Rajoy retomará este martes su actividad política tras las vacaciones con un comité de dirección del PP en el que reafirmará su voluntad de ser investido o en caso contrario de volver a presentarse a otras elecciones generales. En el PP y el Gobierno hurgan en las divisiones del PSOE y la debilidad de su líder, Pedro Sánchez, mientras el presidente en funciones se prepara para retomar otra ronda de contactos con los principales líderes en la que pedir su apoyo para que un “Ejecutivo estable” evite los malos ejemplos radicales como en Cataluña.
Rajoy no parece tener dudas sobre sus planes y sus intenciones ante las próximas y decisivas semanas. Antes de Navidades lo enunció en público en su última rueda de prensa del año 2015, luego se lo contó en privado a varios dirigentes del PP en su copa de Navidad y lo ratificó a los ministros y sus cónyuges a los que invitó a cenar también justo antes de las fiestas. “Va a intentar hasta el final volver a ser presidente del Gobierno y está absolutamente decidido a llegar a la votación de investidura incluso aunque no tenga seguro al cien por cien el respaldo del PSOE y si hay que repetir elecciones quiere y volverá a ser el candidato del PP”. Esta afirmación prácticamente calcada procede de dos ministros de su Gabinete ahora en funciones y la comparten varios miembros de la cúpula del partido.
Rajoy, por tanto, ultima cómo reiniciar esta misma semana a partir del jueves 7 de enero otra batería de charlas con los principales líderes políticos del nuevo Parlamento. El primer objetivo sigue siendo reunirse y convencer al secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, de que aparque sus grandes diferencias en el pasado reciente y se avenga a negociar un pacto de estabilidad para toda la legislatura, que en el PP ya no sostienen en privado que tiene que durar cuatro años.
La disposición ahora del PP a hablar de todo con el PSOE es el mantra que se repite para lamentar a continuación el rechazo frontal con el que Sánchez llegó a la primera cita y que impidió concretar esa hoja de ruta.
La estrategia de Rajoy y el PP pasa por volver a hablar en persona con Sánchez, y también con Albert Rivera y Pablo Iglesias, para contrastar qué tipo de reformas políticas, institucionales y económicas podrían consensuar para iniciar la legislatura. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría y el portavoz parlamentario actual, Rafael Hernando, llevarían las riendas de las conversaciones con otros dirigentes políticos.
Rajoy y el PP quieren ofrecer la imagen de que están dispuestos a casi todo, incluso a reformas que ahora están en el programa del PSOE y que hace poco parecían inasumibles, para incrementar la presión sobre Sánchez y que acabe cediendo en una segunda o tercera votación de investidura para la que no se ponen fecha. El plan b consistiría en dejar pasar el mayor tiempo posible, que la crisis interna del PSOE acabe derivando en un congreso y relevo al frente de ese partido y que la nueva e hipotética secretaria general, la andaluza Susana Díaz, fuera más receptiva a la finalidad de arrancar el mandato, poner en marcha algunos cambios sustanciales en el país y permitir una legislatura breve que culminaría con otras elecciones, estas ya más que probablemente sin Rajoy al frente del PP.
Los ministros y dirigentes del PP que comentan en privado esta hipótesis admiten que no se la han planteado a la cara al propio Rajoy. En lo que sí coinciden es en que el escenario catalán mete también más presión a Sánchez para llegar a un acuerdo.
Algunos ministros en funciones, como este lunes el titular de Sanidad, Alfonso Alonso, volvieron a insistir en la idea de que Sánchez tiene que “tomar nota de los ruidos” que provienen estos días de la situación bloqueada en Cataluña por unos grupos que catalogó de radicales y extremistas para reconsiderar su actitud y permitir un gobierno estable.
Mientras Alonso y otros dirigentes más comedidos optaban por esa vía en el PP se distribuyó la consigna de hurgar en los ataques a la debilidad de Sánchez y la crisis interna del PSOE. El argumentario fue idéntico para la vicesecretaria de Estudios y Programas, Andrea Levy, y para el vicesecretario de Organización y número tres del PP, Fernando Martínez Maíllo, cuando ambos recurrieron al latiguillo de que están dispuestos a negociar con “Pedro Sánchez y/o el PSOE”.
Maíllo llegó a exigir por un lado un “ejercicio de responsabilidad” a Sánchez para aprender de esa lección ocurrida en Cataluña y en otras instituciones gobernadas por el PSOE con Podemos para reclamarle finalmente que asuma la realidad de que perdió las elecciones del 20-D y no puede intentar gobernar España tras haber obtenido solo 90 diputados. Luego demandó al PSOE y a Sánchez que comiencen “cuanto antes” una mesa de diálogo con Rajoy.