El Roma sólo consigue empatar y todo el Olímpico protesta
Roma, As
Roma y Milán empataron 1-1 un partido con dos caras para ambos conjuntos: si en la primera parte el rival del Madrid en la Champions parecía por fin haber vuelto a un buen nivel y estar listo para olvidar el empate ante el Chievo del miércoles, en la reanudación los visitantes se hicieron con el control de la pelota y estuvieron a un paso de llevarse el triunfo. El resultado deja a los locales a 5 puntos del liderato del Inter (que mañana recibirá al Sassuolo) mientras que el conjunto de Berlusconi cierra la primera vuelta con apenas 29 puntos y muy lejos de la lucha por el Scudetto.
El comienzo del partido fue traumático para el Milán: tras 14 segundos un paradón de Donnarumma neutralizó un gran intento del sustituto del sancionado Dzeko, Sadiq, en un choque entre dos jugadores que juntos apenas suman 34 años. En el 4', además, los giallorossi abrieron la lata con Rudiger, que firmó su primer gol en la Serie A aprovechando un perfecto centro desde un lanzamiento de falta del especialista Pjanic. La pesadilla rossonera duró hasta el minuto 20, cuando otra vez Donnarumma, milagrosamente, desvió en el travesaño un potente cabezazo del mismo Rudiger tras un córner (lanzado, obviamente, por Pjanic).
A partir de entonces, el conjunto de Mihajlovic empezó a meterse en el partido y, tras el descanso, lo acabó dominando. En el 50', de hecho, un gran testarazo de Kucka puso las tablas tras un bonito centro de Honda. El gol hizo volver el run-rún de un Olímpico medio vacío (la Curva Sud continuó su huelga por la decisión de las autoridades de dividir el sector), le sacó confianza al Roma y acrecentó la del Milán, al que solo le hacía falta un pase vertical para crear peligro y poner un jugador delante de Szczesny. Mihajlovic sacó a Boateng (que firmó el 4 de enero su nuevo contrato con el club tras la negativa experiencia en el Schalke 04), que mostró un gran nivel de forma y, en el 60', aprovechando un error de Rudiger, cedió a Kucka un balón a un metro de la línea de gol, aunque el eslovaco esta vez chutó muy alto. Los sustos no se habían acabado para los locales, que segundos después dejaron a Bacca espacio para buscar la portería con una gran rosca que golpeó el larguero y acabó fuera.
El miedo que se apoderó del Roma y de todo el estadio, casi pareció desaparecer cuando volvió al césped después de más de tres meses (por una lesión en el bíceps femoral) Francesco Totti, cuya presencia despertó a su equipo y encendió a los hinchas. Fue el mayor merito del Capitano, que en un estado físico todavía precario pudo hacer poco más; los dos conjuntos buscaron ambos la victoria hasta el final, pero con pocas emociones y – quizá – asumiendo que un empate podía ser el mal menor en el momento de crisis que viven. El marcador no se movió y si el 1-1 puede ser un buen resultado para los visitantes (tras la horrible derrota en San Siro ante el Bolonia), para el Roma, en cambio, representa otra decepción subrayada por los estrepitosos pitos de sus tifosi. El banquillo de Garcia sigue temblando.
Roma y Milán empataron 1-1 un partido con dos caras para ambos conjuntos: si en la primera parte el rival del Madrid en la Champions parecía por fin haber vuelto a un buen nivel y estar listo para olvidar el empate ante el Chievo del miércoles, en la reanudación los visitantes se hicieron con el control de la pelota y estuvieron a un paso de llevarse el triunfo. El resultado deja a los locales a 5 puntos del liderato del Inter (que mañana recibirá al Sassuolo) mientras que el conjunto de Berlusconi cierra la primera vuelta con apenas 29 puntos y muy lejos de la lucha por el Scudetto.
El comienzo del partido fue traumático para el Milán: tras 14 segundos un paradón de Donnarumma neutralizó un gran intento del sustituto del sancionado Dzeko, Sadiq, en un choque entre dos jugadores que juntos apenas suman 34 años. En el 4', además, los giallorossi abrieron la lata con Rudiger, que firmó su primer gol en la Serie A aprovechando un perfecto centro desde un lanzamiento de falta del especialista Pjanic. La pesadilla rossonera duró hasta el minuto 20, cuando otra vez Donnarumma, milagrosamente, desvió en el travesaño un potente cabezazo del mismo Rudiger tras un córner (lanzado, obviamente, por Pjanic).
A partir de entonces, el conjunto de Mihajlovic empezó a meterse en el partido y, tras el descanso, lo acabó dominando. En el 50', de hecho, un gran testarazo de Kucka puso las tablas tras un bonito centro de Honda. El gol hizo volver el run-rún de un Olímpico medio vacío (la Curva Sud continuó su huelga por la decisión de las autoridades de dividir el sector), le sacó confianza al Roma y acrecentó la del Milán, al que solo le hacía falta un pase vertical para crear peligro y poner un jugador delante de Szczesny. Mihajlovic sacó a Boateng (que firmó el 4 de enero su nuevo contrato con el club tras la negativa experiencia en el Schalke 04), que mostró un gran nivel de forma y, en el 60', aprovechando un error de Rudiger, cedió a Kucka un balón a un metro de la línea de gol, aunque el eslovaco esta vez chutó muy alto. Los sustos no se habían acabado para los locales, que segundos después dejaron a Bacca espacio para buscar la portería con una gran rosca que golpeó el larguero y acabó fuera.
El miedo que se apoderó del Roma y de todo el estadio, casi pareció desaparecer cuando volvió al césped después de más de tres meses (por una lesión en el bíceps femoral) Francesco Totti, cuya presencia despertó a su equipo y encendió a los hinchas. Fue el mayor merito del Capitano, que en un estado físico todavía precario pudo hacer poco más; los dos conjuntos buscaron ambos la victoria hasta el final, pero con pocas emociones y – quizá – asumiendo que un empate podía ser el mal menor en el momento de crisis que viven. El marcador no se movió y si el 1-1 puede ser un buen resultado para los visitantes (tras la horrible derrota en San Siro ante el Bolonia), para el Roma, en cambio, representa otra decepción subrayada por los estrepitosos pitos de sus tifosi. El banquillo de Garcia sigue temblando.