El Nápoles se gusta, golea y se corona campeón de invierno
Nápoles, As
Por primera vez en los últimos 26 años el Nápoles es el campeón de invierno de la Serie A. El conjunto de Maurizio Sarri acabó una primera vuelta fantástica (41 puntos, 38 goles marcados y 15 encajados), destrozando al Frosinone a domicilio con un indiscutible 5-1. El conjunto sureño mostró su habitual y bonito juego – con triangulaciones en el mediocampo y mucha presión arriba - y superó al Inter, que cayó en San Siro con el Frosinone.
Tras la derrota de los nerazzurri de esta mañana, muchos en Nápoles temían el choque con los ciociari: uno de los pocos defectos de los azzurri es su escasa capacidad de superar con tranquilidad a los equipos más pequeños, como demuestran el empate a cero con el Carpi y la derrota en Bolonia (3-2) del 6 de diciembre. Sin embargo, los partenopei saltaron al campo del Matusa conscientes de tener en sus manos una oportunidad demasiado grande (ayer también perdió la Fiorentina y el Roma empató con el Milán) y tardaron solo 20 minutos en abrir la lata. Tras un córner de Jorginho, Raúl Albiol aprovechó la indecisión de Zappino y empujó entre palos, logrando su segundo gol con los napolitanos, un premio merecido tras el gran momento que está viviendo. El gol del exmadridista puso el choque cuesta abajo para los de Sarri, que a partir de entonces se hicieron con el control de la pelota y diez minutos después metieron el segundo. Gonzalo Higuaín forzó un penalti y lo trasformó, cancelando su personal maldición desde los once metros (había fallado los últimos tres que lanzó) en una temporada donde está sencillamente imparable.
La reanudación siguió mostrando el dominio del Nápoles, que sentenció en el 59' con una típica cabalgada de Hamsik, que el eslovaco concluyó con un preciso chut raso. Apenas un minuto después, además, Gonzalo Higuaín firmó su doblete regateando a cuatro rivales y batiendo sin apuros a Zappino, causando miles de “¡mamma mia!” en el Matusa. El argentino llegó a 18 goles en 19 partidos en la Serie A, de la que es el capocannoniere inalcanzable (y en este curso también metió dos en la Europa League). Con un Pipita así soñar es inevitable, pero los partenopei pueden contar con muchos talentos más. Uno de ellos es Manolo Gabbiadini, que es el suplente del argentino (y eso hace que tenga muy poco espacio), y cada vez que Sarri le da una oportunidad no falla: el italiano, que entró en el 65', seis minutos después firmó el 5-0 con aquella perfecta rosca zurda que ya mostró muchas veces en su carrera.
En el tramo final también hubo tiempo para otro bonito gol, esta vez del Frosinone, con Sammarco que terminó una bonita jugada colectiva firmando el gol del honor en el 82'. Después, solo hubo tiempo para la fiesta napolitana: nunca en su historia los sureños habían acabado la primera vuelta como líderes sin Maradona (había pasado tres veces, y siempre con el Pelusa), y si para Sarri hablar de Scudetto seguirá siendo “decir una blasfemia”, las 450 iglesias de Nápoles en las próximas semanas tendrán trabajo de sobra...
Por primera vez en los últimos 26 años el Nápoles es el campeón de invierno de la Serie A. El conjunto de Maurizio Sarri acabó una primera vuelta fantástica (41 puntos, 38 goles marcados y 15 encajados), destrozando al Frosinone a domicilio con un indiscutible 5-1. El conjunto sureño mostró su habitual y bonito juego – con triangulaciones en el mediocampo y mucha presión arriba - y superó al Inter, que cayó en San Siro con el Frosinone.
Tras la derrota de los nerazzurri de esta mañana, muchos en Nápoles temían el choque con los ciociari: uno de los pocos defectos de los azzurri es su escasa capacidad de superar con tranquilidad a los equipos más pequeños, como demuestran el empate a cero con el Carpi y la derrota en Bolonia (3-2) del 6 de diciembre. Sin embargo, los partenopei saltaron al campo del Matusa conscientes de tener en sus manos una oportunidad demasiado grande (ayer también perdió la Fiorentina y el Roma empató con el Milán) y tardaron solo 20 minutos en abrir la lata. Tras un córner de Jorginho, Raúl Albiol aprovechó la indecisión de Zappino y empujó entre palos, logrando su segundo gol con los napolitanos, un premio merecido tras el gran momento que está viviendo. El gol del exmadridista puso el choque cuesta abajo para los de Sarri, que a partir de entonces se hicieron con el control de la pelota y diez minutos después metieron el segundo. Gonzalo Higuaín forzó un penalti y lo trasformó, cancelando su personal maldición desde los once metros (había fallado los últimos tres que lanzó) en una temporada donde está sencillamente imparable.
La reanudación siguió mostrando el dominio del Nápoles, que sentenció en el 59' con una típica cabalgada de Hamsik, que el eslovaco concluyó con un preciso chut raso. Apenas un minuto después, además, Gonzalo Higuaín firmó su doblete regateando a cuatro rivales y batiendo sin apuros a Zappino, causando miles de “¡mamma mia!” en el Matusa. El argentino llegó a 18 goles en 19 partidos en la Serie A, de la que es el capocannoniere inalcanzable (y en este curso también metió dos en la Europa League). Con un Pipita así soñar es inevitable, pero los partenopei pueden contar con muchos talentos más. Uno de ellos es Manolo Gabbiadini, que es el suplente del argentino (y eso hace que tenga muy poco espacio), y cada vez que Sarri le da una oportunidad no falla: el italiano, que entró en el 65', seis minutos después firmó el 5-0 con aquella perfecta rosca zurda que ya mostró muchas veces en su carrera.
En el tramo final también hubo tiempo para otro bonito gol, esta vez del Frosinone, con Sammarco que terminó una bonita jugada colectiva firmando el gol del honor en el 82'. Después, solo hubo tiempo para la fiesta napolitana: nunca en su historia los sureños habían acabado la primera vuelta como líderes sin Maradona (había pasado tres veces, y siempre con el Pelusa), y si para Sarri hablar de Scudetto seguirá siendo “decir una blasfemia”, las 450 iglesias de Nápoles en las próximas semanas tendrán trabajo de sobra...