El Athletic viste por primera vez de rojiblanco (1910)
Madrid, As
El Athletic de Bilbao (y el de Madrid, que en los primeros años fue una sucursal de aquel) no vestía de rojiblanco en los primeros años, sino una camisola mitad azul mitad blanca, en sendas franjas verticales desde el hombro hasta la cintura. Así fue hasta 1910. En las navidades de 1909, Juanito Elorduy, uno de los jugadores del club en la sucursal de Madrid, hizo un viaje a Londres. Aprovecharon para encargarle que se aprovisionara de camisetas, que allí se hacían de la mejor calidad: no desteñían y estaban revestidas por dentro con una felpilla que las hacía más agradables. Las del Athletic coincidían, además, con las del Blackburn Rovers, de manera que pensaron que serían fáciles de encontrar. Pero Juanito Elorduy lo fue dejando para el último día y cuando las buscó no encontró en número suficiente. Ya en Southampton, donde fue a tomar el barco, siguió buscando, pero no había. Lo que sí había por todas partes eran camisetas del Southampton, de rayas rojas y blancas, así que decidió comprarlas, aun a riesgo de que las rechazaran sus compañeros. Compró cincuenta, el número acordado. Hay que tener en cuenta que había que aprovisionar a dos equipos, el de Bilbao y el de Madrid.
Las nuevas camisetas gustaron sobre todo por su calidad, tan diferenciada de las que se podían elaborar aquí, y por su atrevido colorido.Además, los colores coincidían con los de la Villa de Don Diego. Hubo sus discusiones entre la «línea clásica», que aconsejaba seguir con la camiseta azul y blanca que vestía el club desde 1902, y la nueva. Esta se estrenó por fin poco después, en un partido jugado en Irún tal día como hoy, frente al Sporting de aquella ciudad, contra el que perdieron por 2-0. No obstante, no la adoptaron como definitiva hasta el 13 de noviembre, ya en la temporada siguiente, que fue cuando desecharon las otras. Más tarde, el 1 de enero de 1911, jugaron un partido los dos Athletic, el de Bilbao y el de Madrid, cuyos jugadores, vizcaínos todos, pasaban las vacaciones esos días en Bilbao. Los del equipo de Madrid se habían quedado admirados de las camisetas de los bilbaínos. Ellos habían vestido la antigua. Salió a relucir el asunto, y entonces Juanito Elorduy dijo que había traído cincuenta y que aún tenía veinticinco guardadas. Y los madrileños decidieron pagárselas, llevárselas y vestirlas. El Athletic Sucursal, como se le llamaba entonces, las estrenó en su partido de la Copa Rodríguez Arzuaga, contra la Gimnástica de Madrid, el 22 de enero de 1911, y las adoptó ya de forma permanente.
Aquel año el Athletic alcanzó la final de Copa, y fue la última vez que en la misma alineó, mezclados, a jugadores de la sección de Bilbao y de la de Madrid. Hay que aclarar que en aquellos años era, en esencia, un mismo club, y cada jugador tenía una ficha que le permitía alinearse indistintamente en el equipo de cualquiera de las dos ciudades. Estaba previsto que si les tocaba emparejarse en la Copa no habría enfrentamiento, sino que seguiría adelante un solo Athletic. Ese año, el club bilbaíno alcanzó la final, que ganó al Espanyol de Barcelona. En ella jugaron seis jugadores de la sección de Bilbao y cinco de la de Madrid. La final se jugó con las camisetas rojiblancas.
El Athletic de Bilbao (y el de Madrid, que en los primeros años fue una sucursal de aquel) no vestía de rojiblanco en los primeros años, sino una camisola mitad azul mitad blanca, en sendas franjas verticales desde el hombro hasta la cintura. Así fue hasta 1910. En las navidades de 1909, Juanito Elorduy, uno de los jugadores del club en la sucursal de Madrid, hizo un viaje a Londres. Aprovecharon para encargarle que se aprovisionara de camisetas, que allí se hacían de la mejor calidad: no desteñían y estaban revestidas por dentro con una felpilla que las hacía más agradables. Las del Athletic coincidían, además, con las del Blackburn Rovers, de manera que pensaron que serían fáciles de encontrar. Pero Juanito Elorduy lo fue dejando para el último día y cuando las buscó no encontró en número suficiente. Ya en Southampton, donde fue a tomar el barco, siguió buscando, pero no había. Lo que sí había por todas partes eran camisetas del Southampton, de rayas rojas y blancas, así que decidió comprarlas, aun a riesgo de que las rechazaran sus compañeros. Compró cincuenta, el número acordado. Hay que tener en cuenta que había que aprovisionar a dos equipos, el de Bilbao y el de Madrid.
Las nuevas camisetas gustaron sobre todo por su calidad, tan diferenciada de las que se podían elaborar aquí, y por su atrevido colorido.Además, los colores coincidían con los de la Villa de Don Diego. Hubo sus discusiones entre la «línea clásica», que aconsejaba seguir con la camiseta azul y blanca que vestía el club desde 1902, y la nueva. Esta se estrenó por fin poco después, en un partido jugado en Irún tal día como hoy, frente al Sporting de aquella ciudad, contra el que perdieron por 2-0. No obstante, no la adoptaron como definitiva hasta el 13 de noviembre, ya en la temporada siguiente, que fue cuando desecharon las otras. Más tarde, el 1 de enero de 1911, jugaron un partido los dos Athletic, el de Bilbao y el de Madrid, cuyos jugadores, vizcaínos todos, pasaban las vacaciones esos días en Bilbao. Los del equipo de Madrid se habían quedado admirados de las camisetas de los bilbaínos. Ellos habían vestido la antigua. Salió a relucir el asunto, y entonces Juanito Elorduy dijo que había traído cincuenta y que aún tenía veinticinco guardadas. Y los madrileños decidieron pagárselas, llevárselas y vestirlas. El Athletic Sucursal, como se le llamaba entonces, las estrenó en su partido de la Copa Rodríguez Arzuaga, contra la Gimnástica de Madrid, el 22 de enero de 1911, y las adoptó ya de forma permanente.
Aquel año el Athletic alcanzó la final de Copa, y fue la última vez que en la misma alineó, mezclados, a jugadores de la sección de Bilbao y de la de Madrid. Hay que aclarar que en aquellos años era, en esencia, un mismo club, y cada jugador tenía una ficha que le permitía alinearse indistintamente en el equipo de cualquiera de las dos ciudades. Estaba previsto que si les tocaba emparejarse en la Copa no habría enfrentamiento, sino que seguiría adelante un solo Athletic. Ese año, el club bilbaíno alcanzó la final, que ganó al Espanyol de Barcelona. En ella jugaron seis jugadores de la sección de Bilbao y cinco de la de Madrid. La final se jugó con las camisetas rojiblancas.