De Laurentiis, sobre el caso de evasión fiscal: "Tonterias"
Nápoles, As
El fútbol italiano vivió ayer su enésimo escándalo: la 'Operación Fuera de Juego' de la Fiscalía de Nápoles implicó a 35 clubes entre Serie A y B y 64 personas entre dirigentes, futbolistas y representantes, acusados de evasión fiscal y facturaciones falsas. La Guardia di Finanza registró la sede de varios equipos (incluida la del Milán) y secuestró bienes por valor de doce millones de euros. La operación empezó de manera casual: en 2012 se investigaba sobre unos atracos a los futbolistas del Nápoles, y fue interceptada una llamada entre Ezequiel Lavezzi y Alejandro Mazzoni: el delantero argentino hablaba con su agente de una cuenta bancaria en Suiza para su compañero Chávez, y Mazzoni le contestó que pronto iban a abrir otra. Un diálogo que despertó el interés de los investigadores, y a partir de entonces se abrió la caja de Pandora: según la Fiscalía, los agentes facturaban sus servicios solo a los equipos, simulando que su intermediación fuera exclusivamente para los clubes, mientras que, de hecho, tutelaban los intereses de los jugadores.
En la lista de implicados, además del Pocho, hay grandes nombres del Calcio, y ayer llegaron las primeras reacciones: el Milán publicó un comunicado para defender al consejero delegado Adriano Galliani (“es un caso marginal e infundado”), mientras que Aurelio De Laurentiis, presidente del Nápoles, no dio importancia al asunto: “Estoy supertranquilo, es una investigación vieja: son todas tonterías”.
El presidente de la Federcalcio Carlo Tavecchio no quiso comentar (“De momento son cosas que no conozco”), aunque el del comité olímpico, Giovanni Malagó, fue más tajante: “Necesitamos que todo quede muy claro, esto lógicamente nos hace bastante daño”. Los equipos implicados, de todas formas, no corren peligro de sanciones deportivas: el eventual castigo sería una multa que no perjudicaría los resultados del campo. La imagen del fútbol del Bel Paese, no obstante, si está más que perjudicada: ayer empezó otro partido que se jugará en los tribunales y que dará mucho que hablar.
El fútbol italiano vivió ayer su enésimo escándalo: la 'Operación Fuera de Juego' de la Fiscalía de Nápoles implicó a 35 clubes entre Serie A y B y 64 personas entre dirigentes, futbolistas y representantes, acusados de evasión fiscal y facturaciones falsas. La Guardia di Finanza registró la sede de varios equipos (incluida la del Milán) y secuestró bienes por valor de doce millones de euros. La operación empezó de manera casual: en 2012 se investigaba sobre unos atracos a los futbolistas del Nápoles, y fue interceptada una llamada entre Ezequiel Lavezzi y Alejandro Mazzoni: el delantero argentino hablaba con su agente de una cuenta bancaria en Suiza para su compañero Chávez, y Mazzoni le contestó que pronto iban a abrir otra. Un diálogo que despertó el interés de los investigadores, y a partir de entonces se abrió la caja de Pandora: según la Fiscalía, los agentes facturaban sus servicios solo a los equipos, simulando que su intermediación fuera exclusivamente para los clubes, mientras que, de hecho, tutelaban los intereses de los jugadores.
En la lista de implicados, además del Pocho, hay grandes nombres del Calcio, y ayer llegaron las primeras reacciones: el Milán publicó un comunicado para defender al consejero delegado Adriano Galliani (“es un caso marginal e infundado”), mientras que Aurelio De Laurentiis, presidente del Nápoles, no dio importancia al asunto: “Estoy supertranquilo, es una investigación vieja: son todas tonterías”.
El presidente de la Federcalcio Carlo Tavecchio no quiso comentar (“De momento son cosas que no conozco”), aunque el del comité olímpico, Giovanni Malagó, fue más tajante: “Necesitamos que todo quede muy claro, esto lógicamente nos hace bastante daño”. Los equipos implicados, de todas formas, no corren peligro de sanciones deportivas: el eventual castigo sería una multa que no perjudicaría los resultados del campo. La imagen del fútbol del Bel Paese, no obstante, si está más que perjudicada: ayer empezó otro partido que se jugará en los tribunales y que dará mucho que hablar.