Dakar: Loeb dice adiós al título

Salta, As
Anteayer, en Salta, hablaba con Daniel Elena, copiloto de Sébastien Loeb. "No tenemos miedo ante lo que vendrá esta semana. La navegación supondrá un desafío, pero tenemos ganas, para eso nos lanzamos en esta aventura", me contaba. Y decía “estar disfrutando mucho” en ese Dakar que el domingo cubría su ecuador. Ni siquiera veinticuatro horas después, Elena y Loeb se despedían de la lucha por el título tras sufrir un espectacular accidente cuando apuraban el final de la especial. Dieron varias vueltas de campana. El Peugeot 2008 DKR quedaba seriamente dañado, ellos estaban bien. Desafortunadamente, el Dakar que imaginaban ya no lo corren.


No estaba siendo una buena jornada para Loeb, que ya al paso por el WP6 cedía 6:15 respecto a quien entonces lideraba la carrera, Nasser Al-Attiyah. La arena comenzaba a ser protagonista, esa que reclamaban muchos para que el Dakar se pareciera un poquito más al Dakar. Loeb perdía ocho minutos en el WP9 y, cuando las crónicas ya cantaban su pérdida de liderato en favor de Peterhansel, llegó el accidente. Es decir, la pérdida de sus aspiraciones de conquistar el Dakar a las primeras de cambio. "Ha sido en un río seco, la verdad es que una zona que en principio no entrañaba muchos riesgos", comentaba Peterhansel, el nuevo líder, ya a su llegada al campamento en Belén. "Es una pena, porque los tres Peugeot estábamos ahí arriba, pero afortunadamente ellos (Loeb y Elena) se encuentran bien, es la buena noticia", añadía el once veces campeón del Dakar.

En Peugeot aguardaban la llegada de Loeb, que finalmente pudo completar la especial sin requerir del camión de asistencia rápida, a una hora y ocho minutos de Al-Attiyah. Adiós al Dakar en la reanudación de la carrera tras una jornada de descanso a la que el piloto francés había llegado con 2:22 de ventaja sobre su compatriota Peterhansel, mientras que Sainz era tercero a 4:50 del nueve veces campeón del mundo de rallys.

Anteayer, en Salta, con Elena relajado e incidiendo en “el buen feeling” que él y Loeb estaban teniendo en su estreno en los raids, el copiloto estaba ansioso por desentrañar las trampas del roadbook de jornadas como la de ayer. Aunque insistía en que la última palabra la tenía el piloto: "Podemos saber cómo va a ser el recorrido, tener una idea, pero cuando estás pilotando no sabes si hay un agujero, si tienes que ir más rápido o si tienes que frenar". Hubo agujero. En un río seco. Fue allí donde acabó su aventura.

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