Comerciantes de la Uyustus reciben aportes voluntarios

Pamela Pomacahua / La Paz
Comerciantes de la calle Uyustus realizaron la apertura de cinco ánforas para que la población realice un aporte voluntario en favor de las personas que perdieron su negocio en el incendio del pasado 1 enero.


"Ahora hemos realizado la apertura de cinco ánforas, para que nos puedan ayudar con un granito de arena. Yo pido a las personas que visitan la feria que por favor se solidaricen con esta situación ‘hoy por mí, mañana ti’”, dijo Rosario Machicado, una de las comerciantes afectadas.
La iniciativa nació de personas del interior y extranjeras que preguntaron dónde podían dar un apoyo económico. "Un gringuito vino y me dijo yo quiero darles este dinero. Eran 20 dólares”, contó otra comerciante de ese populoso mercado.

El lunes 1 de enero, a las 0:20, se produjo un voraz incendio en Alto Uyustus, que provocó cuantiosos daños económicos y materiales aún no cuantificados. El dinero recaudado será destinado a la instalación de nuevas tarimas y sombrillas para los 195 puestos de venta consumidos por el fuego.

"Esta platita se va a ir directo para mis compañeras que lo perdieron todo, ya sea para reconstruir su tarima, sombrilla, hasta puede ser para que arranque nuevamente su negocio”, señaló Martha Coronel, vendedora.

Personas que pasaban por el lugar introducían a la caja algunos billetes y monedas como señal de solidaridad.

Apertura de cuenta
Germán Mamani, dirigente del sector, informó que hasta la media jornada de hoy se abrirá una cuenta bancaria en el banco de Fomento a las Iniciativas Económicas (FIE) S.A, para que las personas solidarias puedan realizar sus aportes en favor de las vendedoras damnificadas.
"A sugerencia de la misma población vamos a abrir una cuenta bancaria para que depositen los corazones solidarios de la ciudad”, enfatizó .

Algunas comerciantes limpiaban ayer con lija algunos fierros que se lograron salvar de las llamas el viernes en la madrugada. Otras empezaron a pintar de color azul su tarima o hacían soldar los fierros.

Janet Plata contó que una nueva plataforma le costará 800 bolivianos y la elaboración de la sombrilla de fierro unos 500 bolivianos, que tendrá que prestarse de su hermana.

María Callisaya, vendedora, relató que ella tenía dos tarimas en el centro de la calle y se quemó todo. El cerrajero le cotizó 1.200 bolivianos por el trabajo y las sombrillas 600 bolivianos.

"No sé de dónde voy a sacar el dinero, sólo me queda prestarme de mis hermanos, porque debo al banco y ellos no me van a querer dar más préstamo para reencausar mi negocio”, apuntó muy afligida por su situación.

Plantearán tres propuestas en reunión con ministra Ramos

En la reunión que sostendrán los dirigentes de la Uyustus con la ministra de Desarrollo Productivo, Verónica Ramos, se le planteará tres propuestas para ayudar a las vendedoras a arrancar con un capital nuevo.

La primera es la condonación de la deuda que tienen los comerciantes que perdieron todo en el incendio de la madrugada del 1 de enero.
La segunda es que se reprograme el pago de las deudas que se tiene en las entidades financieras, porque algunos venden en puestos que alquilaron o pagan un anticrético.

La tercera es que se pueda canalizar créditos a los afectados con cero tasa de interés, de modo que puedan arrancar con un capital.
Estás propuestas serán planteadas en la reunión que sostendrán el 5 de enero en el despacho de la Ministra de Desarrollo Productivo.
Asimismo, explicó que aún se continúa elaborando la lista de los comerciantes que tienen deudas en el banco, las planillas serán entregadas a la autoridad.

Vendedora: "Pido solidaridad a la gente de buen corazón”

Un recipiente plástico de jugo de cinco litros ahora es el envase donde ingresan algunas monedas y billetes que las personas van colocando al pasar por Alto Uyustus.

Deysi Vargas Cori (de 28 años) es la que está agarrando esta ánfora improvisada en sus manos para pedir "solidaridad a la gente de buen corazón”, dice ella, porque perdió su negocio de calzas y buzos deportivos en el incendio del 1 de enero.

Ella está parada al centro de la calle. Algunas personas la miran con lástima, pero se pasan sin depositar ni una moneda, otras sacan uno que otro billete y lo colocan en ese recipiente.

Uno de ellos le da ánimos para que pueda recuperarse de la tragedia. "No te rindas, sigue adelante y no te avergüences de lo que estás haciendo”.
Vargas tiene cuatro hijos, uno de ellos está en su espalda, envuelto en un aguayo, que no se da cuenta lo que pasó a su alrededor, pero mira a la gente que pasa cerca a su madre.

En el incendio del 1 de enero, más de 195 comerciantes perdieron sus puestos de venta.

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