Brasil se frota las manos con el verano argentino
Más de dos millones de argentinos visitarán Brasil este verano
María Martín
Río de Janeiro, El País
En algunas playas de Florianópolis, la capital del estado de Santa Catarina (sur de Brasil) no solo es posible comer un asado, unas empanadas típicamente argentinas o encontrar yerba mate en cualquier esquina, sino que hasta la compra del supermercado y la cuenta del restaurante se pueden pagar en pesos. Destino tradicional de los hermanos desde los años 80, desde entonces no es raro escuchar español en las arenas brasileñas, pero el verano de 2016 va a batir el récord de visitantes argentinos, según los datos del Gobierno brasileño. Más de dos millones de turistas del país vecino viajarán a Brasil en sus próximas vacaciones. Un 20% más que el año pasado.
Dos coyunturas, de alguna forma paralelas, han influido en que hoy haya un 80% más de salidas de Aerolíneas Argentinas hacia Brasil en comparación con la temporada 2014- 2015, según el diario La Nación. Y eso sin contar con que la mayoría de los argentinos llega a Brasil por vía terrestre. Una de ellas es una pesadilla para los importadores, pero miel en los labios para quienes tienen una moneda fuerte: la devaluación del real con relación al dólar, que pasó de 2,7 dólares en enero de 2015 a 4 hoy. La otra es la decisión del recién formado Gobierno de Mauricio Macri de anular el cargo de un 35% sobre las compras en el extranjero con tarjeta de crédito.
"La devaluación del real ha sido impresionante y superior a la del peso argentino [el dólar pasó de valer 9,7 pesos a 13,8 en apenas un mes]. Quienes vienen con dólares, moneda habitual de ahorro de los argentinos, vienen con mucha ventaja", explica Alejandro Verdier, el cónsul del país en Santa Cantarina, donde llegan a diario cinco autobuses y tres vuelos, que traerán a 1,1 millones de argentinos a sus playas.
Estas dos razones son las que llevaron al director de marketing Mario Niccolini, de 44 años, y a su esposa Analía Crededio, de 43, a elegir Río de Janeiro como destino de sus vacaciones, adonde llegaron el 25 de diciembre con sus cuatro hijos ."El período de fin de año son las semanas más caras para alquilar y pagamos 4.000 dólares por 25 días en un apartamento en Ipanema de dos dormitorios, pero es cerca de un 30% de lo que pagaríamos en la costa argentina", calcula Niccolini en la cola del tranvía del Cristo Redentor.
Por primera vez, Río de Janeiro destronó a Miami como destino internacional preferido por los argentinos. De las diez ciudades extranjeras con más demanda, siete se encuentran en Brasil, según una clasificación elaborada en octubre por la principal agencia de viajes virtual, Despegar.com, que permite el pago de los viajes en 12 o 18 plazos.
Las cuentas de las vacaciones, sin embargo, acaban siendo una cuestión política y hasta de clase. Dos profesoras de universidad pública y partidarias del derrotado kirchnerismo auguran que estos serán sus últimos chapuzones en el extranjero. "Elegí Brasil por la naturaleza y por sus playas, pero no tanto por el precio. Claro que si me quedase en Argentina gastaría mucho menos. Ahora el peso está tan devaluado que ya no vamos a conseguir ahorrar. Y yo estaba de acuerdo con el cargo sobre las compras en el extranjero: si tengo el privilegio de viajar fuera, es justo poder ayudar a quien no puede ir ni a la provincia más cercana", explica Graciela Genuth, de 47 años, que invirtió 1.000 dólares en un viaje de 15 días.
La atracción de turistas a Brasil era, para el recién sustituido ministro de Hacienda Joaquim Levy, una de las recetas a corto plazo para que Brasil curase las heridas de la crisis. En noviembre, en un evento con empresarios en Río de Janeiro, el exministro afirmó que el turismo, "en tres o cuatro años", tendría una "influencia significativa" en los ingresos de la Unión. "El turismo puede ser un factor de crecimiento a relativo corto plazo. Tenemos que ver cómo sustituir la capacidad de importaciones. Tenemos que dar una respuesta rápida", dijo entonces sobre un sector que movió casi 500.000 millones de reales (125.429 millones de dólares) en 2014, según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo. Es un 9,6% del Producto Interno Bruto.
Destinos sin saneamiento básico
Los argentinos elogian las playas de Brasil por sus aguas tranquilas y cálidas y sus paisajes paradisíacos, pero muchas de ellas no tienen infraestructuras para recibir a esta avalancha de turistas. En la playa de Canasvieiras, al norte de la isla de Florianópolis, una virosis ha dejado a varios turistas en casa, muchos de ellos argentinos. Según el diario local Hora de Santa Catarina, las existencias de medicamentos contra náuseas, vómitos, diarrea, malestar, mareos y dolor de cabeza casi se agotaron en las farmacias del barrio la semana pasada. La causa, aún en fase de investigación, por parte de las autoridades, podría estar relacionada con contaminación del río Braz, destino de las aguas fecales de la región y que desemboca en la playa convirtiendo sus aguas en no aptas para el baño.
María Martín
Río de Janeiro, El País
En algunas playas de Florianópolis, la capital del estado de Santa Catarina (sur de Brasil) no solo es posible comer un asado, unas empanadas típicamente argentinas o encontrar yerba mate en cualquier esquina, sino que hasta la compra del supermercado y la cuenta del restaurante se pueden pagar en pesos. Destino tradicional de los hermanos desde los años 80, desde entonces no es raro escuchar español en las arenas brasileñas, pero el verano de 2016 va a batir el récord de visitantes argentinos, según los datos del Gobierno brasileño. Más de dos millones de turistas del país vecino viajarán a Brasil en sus próximas vacaciones. Un 20% más que el año pasado.
Dos coyunturas, de alguna forma paralelas, han influido en que hoy haya un 80% más de salidas de Aerolíneas Argentinas hacia Brasil en comparación con la temporada 2014- 2015, según el diario La Nación. Y eso sin contar con que la mayoría de los argentinos llega a Brasil por vía terrestre. Una de ellas es una pesadilla para los importadores, pero miel en los labios para quienes tienen una moneda fuerte: la devaluación del real con relación al dólar, que pasó de 2,7 dólares en enero de 2015 a 4 hoy. La otra es la decisión del recién formado Gobierno de Mauricio Macri de anular el cargo de un 35% sobre las compras en el extranjero con tarjeta de crédito.
"La devaluación del real ha sido impresionante y superior a la del peso argentino [el dólar pasó de valer 9,7 pesos a 13,8 en apenas un mes]. Quienes vienen con dólares, moneda habitual de ahorro de los argentinos, vienen con mucha ventaja", explica Alejandro Verdier, el cónsul del país en Santa Cantarina, donde llegan a diario cinco autobuses y tres vuelos, que traerán a 1,1 millones de argentinos a sus playas.
Estas dos razones son las que llevaron al director de marketing Mario Niccolini, de 44 años, y a su esposa Analía Crededio, de 43, a elegir Río de Janeiro como destino de sus vacaciones, adonde llegaron el 25 de diciembre con sus cuatro hijos ."El período de fin de año son las semanas más caras para alquilar y pagamos 4.000 dólares por 25 días en un apartamento en Ipanema de dos dormitorios, pero es cerca de un 30% de lo que pagaríamos en la costa argentina", calcula Niccolini en la cola del tranvía del Cristo Redentor.
Por primera vez, Río de Janeiro destronó a Miami como destino internacional preferido por los argentinos. De las diez ciudades extranjeras con más demanda, siete se encuentran en Brasil, según una clasificación elaborada en octubre por la principal agencia de viajes virtual, Despegar.com, que permite el pago de los viajes en 12 o 18 plazos.
Las cuentas de las vacaciones, sin embargo, acaban siendo una cuestión política y hasta de clase. Dos profesoras de universidad pública y partidarias del derrotado kirchnerismo auguran que estos serán sus últimos chapuzones en el extranjero. "Elegí Brasil por la naturaleza y por sus playas, pero no tanto por el precio. Claro que si me quedase en Argentina gastaría mucho menos. Ahora el peso está tan devaluado que ya no vamos a conseguir ahorrar. Y yo estaba de acuerdo con el cargo sobre las compras en el extranjero: si tengo el privilegio de viajar fuera, es justo poder ayudar a quien no puede ir ni a la provincia más cercana", explica Graciela Genuth, de 47 años, que invirtió 1.000 dólares en un viaje de 15 días.
La atracción de turistas a Brasil era, para el recién sustituido ministro de Hacienda Joaquim Levy, una de las recetas a corto plazo para que Brasil curase las heridas de la crisis. En noviembre, en un evento con empresarios en Río de Janeiro, el exministro afirmó que el turismo, "en tres o cuatro años", tendría una "influencia significativa" en los ingresos de la Unión. "El turismo puede ser un factor de crecimiento a relativo corto plazo. Tenemos que ver cómo sustituir la capacidad de importaciones. Tenemos que dar una respuesta rápida", dijo entonces sobre un sector que movió casi 500.000 millones de reales (125.429 millones de dólares) en 2014, según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo. Es un 9,6% del Producto Interno Bruto.
Destinos sin saneamiento básico
Los argentinos elogian las playas de Brasil por sus aguas tranquilas y cálidas y sus paisajes paradisíacos, pero muchas de ellas no tienen infraestructuras para recibir a esta avalancha de turistas. En la playa de Canasvieiras, al norte de la isla de Florianópolis, una virosis ha dejado a varios turistas en casa, muchos de ellos argentinos. Según el diario local Hora de Santa Catarina, las existencias de medicamentos contra náuseas, vómitos, diarrea, malestar, mareos y dolor de cabeza casi se agotaron en las farmacias del barrio la semana pasada. La causa, aún en fase de investigación, por parte de las autoridades, podría estar relacionada con contaminación del río Braz, destino de las aguas fecales de la región y que desemboca en la playa convirtiendo sus aguas en no aptas para el baño.